Matan FARC a 8 militares

BOGOTÁ.- Ocho militares murieron ayer al caer en un campo minado instalado por la mayor guerrilla izquierdista de Colombia en una zona selvática del suroeste del país, estratégica para el tráfico de drogas y de armas, informó el Ejército.

El ataque fue uno de los peores del último año con minas que anualmente matan o hieren a cientos de civiles y militares, como parte del conflicto interno de más de cuatro décadas.

El Ejército atribuyó el ataque a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el grupo rebelde activo más antiguo del hemisferio que dice luchar por imponer un sistema socialista en este país de más de 44 millones de habitantes con marcadas diferencias entre ricos y pobres.

El asalto se registró en zona rural del municipio de Barbacoas, en el departamento de Nariño, 570 kilómetros al suroeste de Bogotá.

En la región existen plantaciones de hoja de coca y laboratorios para la producción de cocaína y se ha convertido en una zona estratégica para el tráfico de drogas y de armas por su proximidad al Océano Pacífico.

El director de la Policía Nacional, General Oscar Naranjo, reveló recientemente que en esa zona trabajan aliados las FARC y grupos armados ilegales al servicio del narcotráfico conformados por antiguos combatientes de los escuadrones paramilitares de ultraderecha.

El año pasado, 467 efectivos de las Fuerzas Armadas murieron en combates contra los grupos armados ilegales, muchos mutilados por explosiones de minas.

De acuerdo con estadísticas del Gobierno, desde 1990 las minas han dejado más de 6.700 víctimas entre muertos y heridos en Colombia.

La ONU considera a este país sudamericano como el más afectado del mundo por las minas antipersonales, por encima de Camboya y Afganistán.

Las autoridades calculan que alrededor de 100 mil minas están sembradas en diferentes regiones, con un alto riesgo para la población civil y efectivos de las Fuerzas Armadas.

La guerrilla utiliza minas para proteger cultivos de hoja de coca y sus campamentos, así como para evitar el avance de las tropas a apartadas zonas selváticas y montañosas que aún controla y a donde fue replegada por una ofensiva militar liderada por el Presidente Álvaro Uribe y apoyada por Estados Unidos.

Ayer el Ejército también informó que las FARC planean envenenar los afluentes de agua del sur del país, que consumen los militares en el departamento del Caquetá.

El comandante operativo del Ejército en la zona, coronel Alfonso Salcedo Rodríguez, dijo que en las sureñas regiones de Balsillas y Guayabetal fue descubierto veneno para contaminar el agua.

"En Balsillas y Guayabetal hemos logrado incautar veneno que según las investigaciones de inteligencia militar, sería empleado por las FARC para contaminar los afluentes de los cuales se abastecen las tropas para el consumo", precisó el oficial.
AFP y AP, Reforma, 9 de octubre.

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