CUAUTITLÁN, Méx.— Migrantes centroamericanos denunciaron que en Veracruz grupos delictivos armados los secuestran al bajar de los trenes y los obligan a llamar por teléfono a sus familiares, a los que piden depositar dinero a cambio de llevarlos al norte del país.
Antonio Molina, originario de Guatemala, relató que personas armadas secuestran a los migrantes cuando descienden de los ferrocarriles en Orizaba y Tierra Blanca, en Veracruz.
“Cuando nos vieron dijeron ‘más chambita’ y nos obligaron a subir a camiones. En el tren íbamos como 30. Están armados con rifles”, destacó.
Agregó que los delincuentes registran a los indocumentados y si encuentran nombres y números telefónicos los llevan a hablar por teléfono a sus familiares, a quienes exigen mil dólares a cambio de llevar a sus familiares a la frontera norte.
“Cuando ven que no sacan nada te dejan ir. Son en su mayoría mexicanos aunque les ayudan centroamericanos. No podemos hacer nada, dejamos que nos roben la feria que llevamos”, enfatizó.
En Orizaba cada dos o tres horas llegan ferrocarriles con entre 30 y 50 migrantes centroamericanos, por lo que los traficantes de personas tienen listos camiones para subir a los indocumentados que secuestran; “a algunos sí los llevan hasta la frontera, pero a otros sólo los roban”, indicó.
Cabe destacar que Antonio Molina, junto con otros migrantes de Guatemala y Honduras, pedía dinero en Cuautitlán-México, toda vez que la zona de vías de Lechería, en Tultitlán, “está muy quemada” y las obras para el Tren Suburbano dificultan subir a los ferrocarriles que los lleven al norte de México.
Antonio comentó que a pesar de la crisis que vive Estados Unidos las esperanzas de una mejor vida son mejores que en Guatemala, su país, ya que “en el norte sí hay trabajo”.
Antonio Molina, originario de Guatemala, relató que personas armadas secuestran a los migrantes cuando descienden de los ferrocarriles en Orizaba y Tierra Blanca, en Veracruz.
“Cuando nos vieron dijeron ‘más chambita’ y nos obligaron a subir a camiones. En el tren íbamos como 30. Están armados con rifles”, destacó.
Agregó que los delincuentes registran a los indocumentados y si encuentran nombres y números telefónicos los llevan a hablar por teléfono a sus familiares, a quienes exigen mil dólares a cambio de llevar a sus familiares a la frontera norte.
“Cuando ven que no sacan nada te dejan ir. Son en su mayoría mexicanos aunque les ayudan centroamericanos. No podemos hacer nada, dejamos que nos roben la feria que llevamos”, enfatizó.
En Orizaba cada dos o tres horas llegan ferrocarriles con entre 30 y 50 migrantes centroamericanos, por lo que los traficantes de personas tienen listos camiones para subir a los indocumentados que secuestran; “a algunos sí los llevan hasta la frontera, pero a otros sólo los roban”, indicó.
Cabe destacar que Antonio Molina, junto con otros migrantes de Guatemala y Honduras, pedía dinero en Cuautitlán-México, toda vez que la zona de vías de Lechería, en Tultitlán, “está muy quemada” y las obras para el Tren Suburbano dificultan subir a los ferrocarriles que los lleven al norte de México.
Antonio comentó que a pesar de la crisis que vive Estados Unidos las esperanzas de una mejor vida son mejores que en Guatemala, su país, ya que “en el norte sí hay trabajo”.
Juan Manuel Barrera, corresponsal, El Universal, 12 de octubre.
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