“La vida en esta ciudad es como un imán, nos jala”

NUEVA YORK.— Para morir, Francisco García Vivar prefiere que sea aquí, en la urbe de los rascacielos. Le ha tomado tanto o quizás más cariño a esta tierra que a Tulcingo de Valle, Puebla, donde nació.
A 35 años de haber llegado como un indocumentado más, Francisco tiene una casa de dos pisos en un complejo habitacional en el Bronx; es suya una abarrotera en la segunda avenida y su esposa es dueña de otra tienda en Connecticut.

Hace tres décadas y media trató de cruzar 17 veces la frontera y fracasó. En el intentó 18 lo logró y a partir de entonces trabajó como auxiliar en tiendas y mesero, hasta que instaló su propio negocio en 1990.

Hoy este comerciante tiene la ciudadanía estadounidense. “Yo voté por Obama”, dice orgulloso el dueño de la tienda México Lindo, para quien el hoy presidente electo de EU representa un liderazgo con ideas nuevas y sobre todo la prueba de que algún día un ciudadano de origen mexicano será el mandatario de esta nación.

Risueño, muy abierto al hablar, García Vivar deja en claro que no regresará a México. “Se oye feo, pero no; con lo que uno ve en las noticias y si es así la inseguridad, sorry, pero no, y mira muchos de los que estamos acá, se oye feo pero ya no se va uno. Es que, probando lo bueno ya no se acostumbra uno allá”, reconoce el hombre.

Él solía viajar cada mes a Tulcingo de Valle, donde hay hermanos y primos, pero ya no más. Hay muchas cosas y pendientes aquí, pues están los dos hijos, ciudadanos estadounidenses por supuesto, además de la tienda, los pagos y los créditos por cubrir. “Esto es un imán, nos jala”, señala.

El Universal, 30 de noviembre.


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