El Acuerdo Nacional en Favor de la Economía Familiar y el Empleo revivió el viejo ritual de los gobiernos priistas.
El Palacio Nacional se inundó del Gabinete en pleno, de Gobernadores, Alcaldes, líderes sindicales, empresarios, banqueros, dirigentes de partidos, representantes del Poder Judicial y Legislativo y de organizaciones afines al tricolor.
Juntos en el acto encabezado por el Presidente Felipe Calderón, estaban como actores principales, los representantes de las organizaciones más fuertes del priismo, como la Confederación de Trabajadores de México (CTM), la Confederación Nacional Campesina (CNC), el Sindicato de Trabajadores Petroleros y la Confederación de Obreros y Campesinos (CROC). También acudió la dirigente del PRI nacional, Beatriz Paredes, a quien Calderón saludo con un beso en la mejilla.
Incluso el líder del sector obrero, Emilio Gamboa Pascoe se encargó de alabar la gestión de Calderón.
"A nombre del sector obrero le quiero dar las gracias, señor Presidente"; remató su discurso de 13 minutos que le valió algunos silbidos de los asistentes por haber prolongado su participación.
A la firma del acuerdo también acudieron el empresario Carlos Slim, los representantes de Canacintra, Concamín, agrupaciones agrarias y sindicatos como el del IMSS, entre otros, así como funcionarios federales, municipales y legisladores locales.
El salón Tesorería se acondicionó para instalar a las 74 personas que firmarían el acuerdo y a los dos testigos especiales, el presidente de la Suprema Corte de Justicia, Guillermo Ortiz Mayagoitia, y el presidente del Banco de México, Guillermo Ortiz.
Los ausentes fueron el Jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard, el Gobernador de Sonora, Eduardo Bours, y la líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Elba Esther Gordillo.
Calderón siempre mantuvo un rostro contento, pero cuando el coordinador del Consejo Agrario Permanente, José Luis Aguilera, intervino, el Presidente no pudo evitar soltar la risa.
"(Necesitamos) reactivar los mecanismos de acceso al crédito y meter al orden a banqueros abusivos y agiotistas que incrementan las tasas de intereses y el cobro excesivo de comisiones", dijo el líder agrario.
Luego de siete mensajes llegó la firma del convenio.
El orador se sincronizó con los nombres de los líderes de sectores que iban firmando, pero al llegar a los Gobernadores se había perdido el orden, pues los Mandatarios estatales comenzaron minutos antes a suscribir el mismo documento en otra carpeta, por lo que el turno que leía el maestro de ceremonias no coincidía con la imagen de quien aparecía en las pantallas gigantes.
Apenas iba el tercer firmante, cuando al fondo del salón uno de los invitados gritó: "¡Abajo las tarifas telefónicas!", y una persona más continuó "¡abajo!". De inmediato, una mujer del Estado Mayor Presidencial, se dirigió a la fila donde había surgido la queja y no se movió hasta que Calderón salió del salón.
El grito lo lanzó Manuel Martínez Medina, quien dijo trabajar en el Tribunal Superior de Justicia del DF.
"El teléfono ya no es un lujo sino una necesidad, y luego viene muy caro, también forma parte de la economía familiar", comentó al finalizar el evento, tras asegurar que agarró valor luego de que el representante del Consejo Agrario llamó abusivos a los banqueros.
Érika Hernández, Reforma, 8 de enero.
El Palacio Nacional se inundó del Gabinete en pleno, de Gobernadores, Alcaldes, líderes sindicales, empresarios, banqueros, dirigentes de partidos, representantes del Poder Judicial y Legislativo y de organizaciones afines al tricolor.
Juntos en el acto encabezado por el Presidente Felipe Calderón, estaban como actores principales, los representantes de las organizaciones más fuertes del priismo, como la Confederación de Trabajadores de México (CTM), la Confederación Nacional Campesina (CNC), el Sindicato de Trabajadores Petroleros y la Confederación de Obreros y Campesinos (CROC). También acudió la dirigente del PRI nacional, Beatriz Paredes, a quien Calderón saludo con un beso en la mejilla.
Incluso el líder del sector obrero, Emilio Gamboa Pascoe se encargó de alabar la gestión de Calderón.
"A nombre del sector obrero le quiero dar las gracias, señor Presidente"; remató su discurso de 13 minutos que le valió algunos silbidos de los asistentes por haber prolongado su participación.
A la firma del acuerdo también acudieron el empresario Carlos Slim, los representantes de Canacintra, Concamín, agrupaciones agrarias y sindicatos como el del IMSS, entre otros, así como funcionarios federales, municipales y legisladores locales.
El salón Tesorería se acondicionó para instalar a las 74 personas que firmarían el acuerdo y a los dos testigos especiales, el presidente de la Suprema Corte de Justicia, Guillermo Ortiz Mayagoitia, y el presidente del Banco de México, Guillermo Ortiz.
Los ausentes fueron el Jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard, el Gobernador de Sonora, Eduardo Bours, y la líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Elba Esther Gordillo.
Calderón siempre mantuvo un rostro contento, pero cuando el coordinador del Consejo Agrario Permanente, José Luis Aguilera, intervino, el Presidente no pudo evitar soltar la risa.
"(Necesitamos) reactivar los mecanismos de acceso al crédito y meter al orden a banqueros abusivos y agiotistas que incrementan las tasas de intereses y el cobro excesivo de comisiones", dijo el líder agrario.
Luego de siete mensajes llegó la firma del convenio.
El orador se sincronizó con los nombres de los líderes de sectores que iban firmando, pero al llegar a los Gobernadores se había perdido el orden, pues los Mandatarios estatales comenzaron minutos antes a suscribir el mismo documento en otra carpeta, por lo que el turno que leía el maestro de ceremonias no coincidía con la imagen de quien aparecía en las pantallas gigantes.
Apenas iba el tercer firmante, cuando al fondo del salón uno de los invitados gritó: "¡Abajo las tarifas telefónicas!", y una persona más continuó "¡abajo!". De inmediato, una mujer del Estado Mayor Presidencial, se dirigió a la fila donde había surgido la queja y no se movió hasta que Calderón salió del salón.
El grito lo lanzó Manuel Martínez Medina, quien dijo trabajar en el Tribunal Superior de Justicia del DF.
"El teléfono ya no es un lujo sino una necesidad, y luego viene muy caro, también forma parte de la economía familiar", comentó al finalizar el evento, tras asegurar que agarró valor luego de que el representante del Consejo Agrario llamó abusivos a los banqueros.
Érika Hernández, Reforma, 8 de enero.
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