Gobiernos estatales y municipales se sirven de manera indirecta de la violencia del crimen organizado para “poner en orden” a la prensa crítica local, afirmó el presidente de la Comisión Especial de Seguimiento a las Agresiones a Periodistas y Medios de Comunicación de la Cámara de Diputados, Gerardo Priego.
El resultado es que cada vez más medios abandonan la denuncia del crimen y de los abusos del poder público, en escenarios en los que, por igual, la mano armada de la delincuencia y las autoridades agraden a periodistas, expuso el legislador panista.
Priego urgió que se haga frente a las agresiones contra periodistas en Sonora, Michoacán, Veracruz, Oaxaca, Tamaulipas, Sinaloa, Distrito Federal y estado de México.
Los últimos años, refirió, ha sido creciente la ola de asesinatos, desapariciones, ataques contra la libertad de prensa y ahora se sufre la progresiva degradación del respeto a medios.
Explicó lo que llama “complicidad indirecta” del crimen organizado y gobernantes: “La alternancia en el poder dejó un hueco, pues no hay supervisión ni contrapeso a las acciones de gobiernos estatales y municipales que les impidan hacer lo que quieran con medios de comunicación”.
En la tribuna, Priego ha denunciado la indiferencia de los tres niveles de gobierno ante la ola de agresiones a periodistas en México. “Y no pasa nada. Es el signo de la época actual”, lamentó.
Señaló que 2008 fue el año de la indiferencia cómplice de las autoridades: mientras que a las puertas de periódicos eran dejadas cabezas humanas, explotaban granadas, balaceaban casas de periodistas, se allanaban oficinas, se intervenían celulares y computadoras y se enviaban amenazas con las fotos de hijos de profesionales de la información.
Incluso, a nivel nacional, “hay nula respuesta del gremio de los periodistas; en este sector, la indiferencia es total, y se genera un mensaje confuso a la sociedad que no comprende el significado de pérdida de libertad, en estos ataques”.
Comentó que los periodistas son más vulnerables a agresiones, ya que ninguna autoridad los protege contra asesinatos, sobre todo en localidades de alto riesgo.
Aseguró que el homicidio de Armando Rodríguez, en Ciudad Juárez, en noviembre pasado, pudo haberse evitado con medidas preventivas, que no han tomado los gobiernos, el gremio ni los dueños de medios de comunicación.
Lamentó que de los 45 asesinatos de periodistas y ocho desapariciones de los últimos 10 años, en ningún caso se haya puesto a culpables ante un juez.
Lo que está documentado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos es la cerrada competencia de quienes atacan más a los periodistas, pues de cada 10 agresiones, cuatro son de autoridades y tres, de los delincuentes, concluyó Priego.
El resultado es que cada vez más medios abandonan la denuncia del crimen y de los abusos del poder público, en escenarios en los que, por igual, la mano armada de la delincuencia y las autoridades agraden a periodistas, expuso el legislador panista.
Priego urgió que se haga frente a las agresiones contra periodistas en Sonora, Michoacán, Veracruz, Oaxaca, Tamaulipas, Sinaloa, Distrito Federal y estado de México.
Los últimos años, refirió, ha sido creciente la ola de asesinatos, desapariciones, ataques contra la libertad de prensa y ahora se sufre la progresiva degradación del respeto a medios.
Explicó lo que llama “complicidad indirecta” del crimen organizado y gobernantes: “La alternancia en el poder dejó un hueco, pues no hay supervisión ni contrapeso a las acciones de gobiernos estatales y municipales que les impidan hacer lo que quieran con medios de comunicación”.
En la tribuna, Priego ha denunciado la indiferencia de los tres niveles de gobierno ante la ola de agresiones a periodistas en México. “Y no pasa nada. Es el signo de la época actual”, lamentó.
Señaló que 2008 fue el año de la indiferencia cómplice de las autoridades: mientras que a las puertas de periódicos eran dejadas cabezas humanas, explotaban granadas, balaceaban casas de periodistas, se allanaban oficinas, se intervenían celulares y computadoras y se enviaban amenazas con las fotos de hijos de profesionales de la información.
Incluso, a nivel nacional, “hay nula respuesta del gremio de los periodistas; en este sector, la indiferencia es total, y se genera un mensaje confuso a la sociedad que no comprende el significado de pérdida de libertad, en estos ataques”.
Comentó que los periodistas son más vulnerables a agresiones, ya que ninguna autoridad los protege contra asesinatos, sobre todo en localidades de alto riesgo.
Aseguró que el homicidio de Armando Rodríguez, en Ciudad Juárez, en noviembre pasado, pudo haberse evitado con medidas preventivas, que no han tomado los gobiernos, el gremio ni los dueños de medios de comunicación.
Lamentó que de los 45 asesinatos de periodistas y ocho desapariciones de los últimos 10 años, en ningún caso se haya puesto a culpables ante un juez.
Lo que está documentado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos es la cerrada competencia de quienes atacan más a los periodistas, pues de cada 10 agresiones, cuatro son de autoridades y tres, de los delincuentes, concluyó Priego.
Juan Arvizu, El Universal, 11 de enero.
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