Después de afirmar que en 2008 más de 37 mil 500 personas perdieron su empleo en el país, el titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), Javier Lozano, planteó que el acuerdo anunciado ayer por el presidente Felipe Calderón pone énfasis en mantener las plazas y destinará recursos para que medio millón de mexicanos no pierdan su trabajo mientras pasa la crisis.
El funcionario insistió en que son preferibles los paros técnicos o la reducción de jornadas a que pudiera generarse desempleo masivo, e indicó que los puestos de trabajo no se crean por decreto y si la economía nacional no crece y su principal socio comercial está en recesión, es fundamental mantener la planta productiva, porque son momentos duros y con un impacto brutal a escala internacional, por lo que el paquete anunciado por el mandatario es muy oportuno.
En tanto, el Congreso del Trabajo, en voz de Enrique Aguilar Borrego, sostuvo que el sector obrero organizado apoyará el acuerdo y demandó que los empresarios no pongan la crisis de pretexto para despedir impunemente personal y no pagar prestaciones, y que el gobierno federal tampoco aproveche la situación para imponer una reforma laboral desfavorable para los trabajadores.
La Confederación de Trabajadores de México planteó que está de acuerdo con los paros técnicos y sostuvo que esta central ha emprendido una campaña en varios estados del país para incentivar convenios entre patrones y obreros con el propósito de que no haya cierre de fábricas.
A su vez, la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) acusó que los sindicatos independientes no fueron convocados a la firma del acuerdo; sólo recibió invitación Francisco Hernández Juárez, de la presidencia colegiada, para la presentación del mismo, porque no se tomó en cuenta la opinión de la central.
Agustín Rodríguez, dirigente del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México, señaló que espera que las medidas anunciadas realmente apoyen a los asalariados y no sirvan sólo para favorecer más a los patrones. Manifestó que no debe dejarse de lado la recuperación del poder adquisitivo del salario, ya que la mejor medida para reactivar el mercado interno es pagando mejores sueldos.
El líder de la Alianza de Tranviarios, Benito Bahena, se pronunció porque los apoyos para el sector obrero se concreten y que no suceda como con el anuncio de la congelación de precios de productos alimenticios, que fue una “tomadura de pelo”.
Cuestionó al gobierno de Felipe Calderón, que prometió ser el presidente del empleo, y dijo que ahora se quiere rescatar la planta productiva cuando antes de la crisis se hizo muy poco para incentivar la generación de trabajo. Sostuvo que las medidas anunciadas significan más apoyos para los inversionistas y patrones que para las clases más desprotegidas, que padecen y cargan la crisis.
Para la UNT, agregó, al plan gubernamental le faltaron algunos puntos, como la reducción de impuestos para los trabajadores, la eliminación de topes salariales y la obligación de las empresas de entregar bonos dignos para incentivar la producción, ya que en el acuerdo se propone aceptar la precarización del trabajo.
Patricia Muñoz Ríos, La Jornada, 8 de enero.
El funcionario insistió en que son preferibles los paros técnicos o la reducción de jornadas a que pudiera generarse desempleo masivo, e indicó que los puestos de trabajo no se crean por decreto y si la economía nacional no crece y su principal socio comercial está en recesión, es fundamental mantener la planta productiva, porque son momentos duros y con un impacto brutal a escala internacional, por lo que el paquete anunciado por el mandatario es muy oportuno.
En tanto, el Congreso del Trabajo, en voz de Enrique Aguilar Borrego, sostuvo que el sector obrero organizado apoyará el acuerdo y demandó que los empresarios no pongan la crisis de pretexto para despedir impunemente personal y no pagar prestaciones, y que el gobierno federal tampoco aproveche la situación para imponer una reforma laboral desfavorable para los trabajadores.
La Confederación de Trabajadores de México planteó que está de acuerdo con los paros técnicos y sostuvo que esta central ha emprendido una campaña en varios estados del país para incentivar convenios entre patrones y obreros con el propósito de que no haya cierre de fábricas.
A su vez, la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) acusó que los sindicatos independientes no fueron convocados a la firma del acuerdo; sólo recibió invitación Francisco Hernández Juárez, de la presidencia colegiada, para la presentación del mismo, porque no se tomó en cuenta la opinión de la central.
Agustín Rodríguez, dirigente del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México, señaló que espera que las medidas anunciadas realmente apoyen a los asalariados y no sirvan sólo para favorecer más a los patrones. Manifestó que no debe dejarse de lado la recuperación del poder adquisitivo del salario, ya que la mejor medida para reactivar el mercado interno es pagando mejores sueldos.
El líder de la Alianza de Tranviarios, Benito Bahena, se pronunció porque los apoyos para el sector obrero se concreten y que no suceda como con el anuncio de la congelación de precios de productos alimenticios, que fue una “tomadura de pelo”.
Cuestionó al gobierno de Felipe Calderón, que prometió ser el presidente del empleo, y dijo que ahora se quiere rescatar la planta productiva cuando antes de la crisis se hizo muy poco para incentivar la generación de trabajo. Sostuvo que las medidas anunciadas significan más apoyos para los inversionistas y patrones que para las clases más desprotegidas, que padecen y cargan la crisis.
Para la UNT, agregó, al plan gubernamental le faltaron algunos puntos, como la reducción de impuestos para los trabajadores, la eliminación de topes salariales y la obligación de las empresas de entregar bonos dignos para incentivar la producción, ya que en el acuerdo se propone aceptar la precarización del trabajo.
Patricia Muñoz Ríos, La Jornada, 8 de enero.
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