La Habana, 1º de enero. El presidente Raúl Castro dijo hoy que el sistema político cubano, surgido de la revolución que triunfó hace 50 años, aún está en riesgo de derrumbarse y las futuras generaciones de dirigentes “pudieran terminar siendo impotentes ante los peligros externos e internos”.
El mandatario encabezó esta noche en Santiago de Cuba, en el extremo oriental del país, la conmemoración del año nuevo de 1959, cuando Fidel Castro y sus guerrilleros entraron triunfantes a esa ciudad.
Raúl evocó el mensaje de su hermano mayor del 17 de noviembre de 2005, en el cual el lider histórico advirtió que Estados Unidos ya no podía destruir el sistema político de la isla, pero sí lo podrían hacer los propios cubanos.
El tono de Raúl fue similar al que había empleado Fidel en aquella ocasión, con un implícito recordatorio de que se acerca el final de la generación histórica, que ronda la octava década de vida, y los nuevos dirigentes no tendrán la legitimidad de origen con que han contado los que combatieron en la década de los 50.
El clima sucesorio quedó acentuado por una doble señal sobre Fidel. Sus imágenes y frases del último medio siglo son reproducidas con abundancia en estos días, pero él permanece ausente de la vida pública por enfermedad desde julio de 2006. Hace dos semanas que no publica artículos en la prensa y sólo difundió un escueto mensaje, fechado el 31 de diciembre: “Al cumplirse dentro de pocas horas el 50 aniversario del triunfo, felicito a nuestro pueblo heroico”.
Ante un posible escenario de derrumbe, dijo Raúl, “me pregunto cuál es la garantía de que no ocurra algo tan terrible para nuestro pueblo”. Y antes de desglosar advertencias y consejos, también abonando el ambiente de cambio generacional, subrayó que hablaba en nombre de todos los que participaron en acciones armadas desde hace 55 años, entre ellos Camilo Cienfuegos y el Ché Guevara.
Raúl aconsejó a los futuros líderes cubanos que desconfíen permanentemente de Estados Unidos: “Que no se reblandezcan con los cantos de sirena del enemigo y tengan conciencia de que, por su esencia, nunca dejará de ser agresivo, dominante y traicionero”.
También les pidió que no se aparten del interés popular y exhortó a los militantes a que impidan la destrucción del Partido Comunista.
“Si actúan así”, dijo Raúl, “contarán siempre con el apoyo del pueblo, incluso cuando se equivoquen en cuestiones que no violen principios esenciales. Pero si sus actos no estuvieran en consonancia con esa conducta, no contarán siquiera con la fuerza necesaria ni la oportunidad para rectificar, pues les faltará la autoridad moral que sólo otorgan las masas a quienes no ceden en la lucha”.
Los nuevos dirigentes “pudieran terminar siendo impotentes ante los peligros externos e internos e incapaces de preservar la obra fruto de la sangre y el sacrificio de muchas generaciones de cubanos”, agregó el menor de los Castro.
“Si ello llegara a suceder, nadie dude que nuestro pueblo sabrá dar la pelea y en la primera línea estarán los mambises (campesinos insurgentes) de hoy, que no se desarmarán ideológicamente, ni dejarán caer la espada”.
El mandatario encabezó esta noche en Santiago de Cuba, en el extremo oriental del país, la conmemoración del año nuevo de 1959, cuando Fidel Castro y sus guerrilleros entraron triunfantes a esa ciudad.
Raúl evocó el mensaje de su hermano mayor del 17 de noviembre de 2005, en el cual el lider histórico advirtió que Estados Unidos ya no podía destruir el sistema político de la isla, pero sí lo podrían hacer los propios cubanos.
El tono de Raúl fue similar al que había empleado Fidel en aquella ocasión, con un implícito recordatorio de que se acerca el final de la generación histórica, que ronda la octava década de vida, y los nuevos dirigentes no tendrán la legitimidad de origen con que han contado los que combatieron en la década de los 50.
El clima sucesorio quedó acentuado por una doble señal sobre Fidel. Sus imágenes y frases del último medio siglo son reproducidas con abundancia en estos días, pero él permanece ausente de la vida pública por enfermedad desde julio de 2006. Hace dos semanas que no publica artículos en la prensa y sólo difundió un escueto mensaje, fechado el 31 de diciembre: “Al cumplirse dentro de pocas horas el 50 aniversario del triunfo, felicito a nuestro pueblo heroico”.
Ante un posible escenario de derrumbe, dijo Raúl, “me pregunto cuál es la garantía de que no ocurra algo tan terrible para nuestro pueblo”. Y antes de desglosar advertencias y consejos, también abonando el ambiente de cambio generacional, subrayó que hablaba en nombre de todos los que participaron en acciones armadas desde hace 55 años, entre ellos Camilo Cienfuegos y el Ché Guevara.
Raúl aconsejó a los futuros líderes cubanos que desconfíen permanentemente de Estados Unidos: “Que no se reblandezcan con los cantos de sirena del enemigo y tengan conciencia de que, por su esencia, nunca dejará de ser agresivo, dominante y traicionero”.
También les pidió que no se aparten del interés popular y exhortó a los militantes a que impidan la destrucción del Partido Comunista.
“Si actúan así”, dijo Raúl, “contarán siempre con el apoyo del pueblo, incluso cuando se equivoquen en cuestiones que no violen principios esenciales. Pero si sus actos no estuvieran en consonancia con esa conducta, no contarán siquiera con la fuerza necesaria ni la oportunidad para rectificar, pues les faltará la autoridad moral que sólo otorgan las masas a quienes no ceden en la lucha”.
Los nuevos dirigentes “pudieran terminar siendo impotentes ante los peligros externos e internos e incapaces de preservar la obra fruto de la sangre y el sacrificio de muchas generaciones de cubanos”, agregó el menor de los Castro.
“Si ello llegara a suceder, nadie dude que nuestro pueblo sabrá dar la pelea y en la primera línea estarán los mambises (campesinos insurgentes) de hoy, que no se desarmarán ideológicamente, ni dejarán caer la espada”.
Gerardo Arreola corresponsal, La Jornada, 2 de enero.
0 Responses to "El sistema surgido de la revolución, en riesgo de derrumbarse: Raúl Castro"
Publicar un comentario