En año y medio sólo 20 millones de mexicanos económicamente activos mantendrán al resto de la población: Bouzas Ortiz, investigador de la UNAM

Alrededor de 20 millones de mexicanos económicamente activos mantendrán a la población del país en el corto plazo, es decir, en un año y medio, alertó el doctor José Alfonso Bouzas Ortiz, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.

Y es que para el especialista, las cifras de desempleo que maneja el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) son por demás conservadoras. Los últimos datos de esa organismo apuntan que, por ejemplo, el desempleo en diciembre de 2008 fue de 4.32 por ciento, un 0.92 por ciento más que en el mismo mes de 2007.

Esta cifra, conservadoramente, explica el analista, bien podría elevarse al seis por ciento, o incluso más. Hay una razón: “Esas cifras estiman que no es desempleado quien trabaja un día al mes, que no es desempleado quien está en el sector informal de la economía”.

Analiza el impacto de la crisis en México y va más allá: “Había un hecho antes de la crisis global, más de la mitad de la Población Económicamente Activa (PEA) en México carecía de empleo, no de ocupación, sino de empleo; es decir, más de 40 millones de mexicanos que querían y podían trabajar no tenían manera para hacerlo. En estas condiciones, a corto plazo, no más de un año y medio, 20 millones de mexicanos mantendrán a toda la población del país”.

Y es que la razón es muy simple, dice. El Inegi habla de empleos ubicados, tomando en cuenta empleo y ocupación.

“Si quitamos ocupación y nos quedamos con empleo, la cantidad se reduce considerablemente, de ahí que me atrevo a hablar de que un 20 por ciento será el que valorizando, mantenga a este país y además sumándole a eso la inevitable incorporación de nuevas generaciones en el mercado de trabajo”, abunda.

Bouzas Ortiz, doctorado con especialidad en Derecho del Trabajo por la UNAM, alerta sobre un panorama “tétrico” para el futuro del país. “Esto nos habla de que la pobreza extrema entendida como no tener para comer, va a crecer. Nos habla de que las clases medias nos vamos a apretar más el cinturón, vamos a vivir mayor rigor en la carencia”.

Aunque reconoce que su estimación es meramente especulativa, puesto que no se tiene una experiencia en una crisis de tal magnitud (solamente comparada con la del año 29), habría que pensar que esta crisis se prolongará no menos de cinco años, es decir, alcanzará el primer año del próximo sexenio.

Sin ser catastrofista, dice, el futuro del país se resume en una palabra. Hambre.

“Crecerá la pobreza extrema, bajará la educación profesional. Hoy se habla de que uno de cada diez que pretende la educación profesional la alcanza. Y esto lo informó recientemente la propia UNAM, y en este escenario va a ser peor, porque si no hay atención al sector educativo, lo lógico es que también repercuta allí la crisis”, explica.

Bouzas Ortiz, también Primer lugar en la Investigación Laboral 2000 (otorgado por la propia STyPS) también apunta que la crisis alcanzará al campo, amén de la incorporación al mercado de trabajo de más de dos miembros por cada unidad familiar. “Va a ser un hecho también, una repercusión negativa de mayor competencia por las escasas posibilidades de ocupación”, afirma.

En este sentido, los más afectados por la crisis serán los jóvenes, las mujeres, los discapacitados, la gente del campo… y los jubilados.

“Una persona que se jubile o que pierda el empleo con las condiciones que le posibilitaría el recurrir al ISSSTE o al Seguro Social, en cinco años se hizo talco su previsible jubilación, su pensión en manos de instituciones bancarias privadas”.

El caso Uruguay. El investigador comenta que en México se vivirá más pronto de lo que creíamos lo que se está viviendo en Uruguay, en donde las Afores le dan a las personas jubiladas, hace diez años, el equivalente a un salario mínimo.

“Ese fenómeno lo vamos a vivir aquí en menos de cinco años. En lugar de percibir lo que hasta hace poco era un promedio de diez salarios mínimos garantizados por el Estado, hasta en tanto la seguridad social estaba en manos del Estado, en manos de la iniciativa privada se nos va a presentar el fenómeno que pasó en Uruguay. En ese país se dio a los diez años y en las condiciones actuales en nuestro caso, no pasarán cinco años para que lo veamos”, vaticina.

Ahorros de los trabajadores, en peligro. En cuanto a uno de los puntos previstos en el Acuerdo Nacional en Favor de la Economía Familiar y el Empleo, aquel que habla de enviar una iniciativa al Congreso de la Unión para que se permita que un mayor número de trabajadores puedan ampliar su capacidad de realizar retiros de sus cuentas individuales dentro del Sistema de Ahorro para el Retiro en caso de desempleo, el panorama tampoco es alentador.

Esa es una parte peligrosísima, las Afores, el SAR que son ahorros de los trabajadores, que son cuotas destinadas para la censantía, pues no hay facultad alguna del Ejecutivo como para disponer de ellos. Y en el plan se habla de dos formas de disposición, comenta.

“Una, ciertamente que los trabajadores podrían hacer uso de su cuenta. Esta es una medida populista, porque aún cuando haga uso, el obtener un mes de salario o tres meses no me va a permitir comer los próximos seis meses y sí me va a abatir mi bolsa de jubilación, es decir, lo que el gobierno me está diciendo es cómete la posibilidad de jubilarte; y la otra forma que se propone, que es utilizar estos dineros para reactivar la economía es un robo en descarado”, alerta.

Dice que ese es el explícito conocimiento que a la sociedad se le hace, de que en cinco años nos van a avisar que los fondos de jubilación ya no existen.



En los últimos 5 años se perdieron 150 mil empleos en la industria textil



Un informe del Sindicato de Trabajadores “Mártires de San Ángel” de la Industria Textil, revela que este sector resintió ya el impacto irreversible de la crisis económica al registrar en los últimos cinco años —los tres últimos de la administración de Vicente Fox y los dos primeros del actual gobierno—, la pérdida de 150 mil empleos directos y el cierre de 3 mil 286 empresas.

El desastre va más allá: un sinnúmero de empresas sobrevivientes ya están paradas o trabajando al 50 por ciento de su capacidad instalada, como efecto inicial de la recesión económica en Estados Unidos, considerado por mucho tiempo como el principal comprador de textiles en México.

Otro resultado del golpeteo de la crisis es la “desindicalización”, de los más de 12 mil trabajadores afiliados al Sindicato “Mártires de San Ángel” hasta hace unos años, ahora solamente quedan por lo menos cuatro mil.

Ese es el resultado del “golpeteo” de la crisis, traducido hoy en cierre de empresas, bajas remuneraciones, pérdida de prestaciones sociales y cancelación de miles de empleos, revela María del Refugio Pérez Pérez, secretaria de Previsión Social del gremio.
Olivier Pavón, Crónica, 27 de enero.

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