Entre homenajes y fiestas

LA HABANA.- La última jornada de trabajo de los senadores mexicanos en Cuba comenzó con un bailongo en el salón de fiestas Tropicana.

Durante los primeros minutos del viernes, los integrantes de la delegación mexicana gozaron del espectáculo de baile y participaron en la fiesta.

La aventura fue tema de conversación entre los senadores, quienes relataron que el presidente del Senado, Gustavo Madero, se animó a bailar sin que tuvieran que insistirle hasta en tres ocasiones como ocurrió con el vicepresidente de la Mesa Directiva, José González Morfín.

De acuerdo con los propios senadores, los únicos que no asistieron al conocido espectáculo de canto y baile fueron la perredista Yeidckol Polevnsky y el recién estrenado coordinador del PT, Ricardo Monreal.

Ya por la mañana, los legisladores iniciaron actividades temprano con una visita al Instituto Finlay, organización científica que se dedica a la investigación y producción de vacunas.

Luego se trasladaron hasta el Monumento a José Martí, ubicado en la histórica plaza de la Revolución, donde la delegación colocó una ofrenda floral, para después realizar una guardia de honor encabezada por Madero y por el embajador de México en Cuba, Gabriel Jiménez Remus.

Tras realizar una visita al Memorial de Martí, los legisladores dejaron por un momento los automóviles de lujo y caminaron hasta las instalaciones del Partido Comunista, donde se reunieron con Fernando Remírez de Estenoz, jefe del Departamento de Relaciones Internacionales de dicho instituto político.

Ahí, en los discursos de bienvenida, tanto el dirigente como los legisladores mexicanos coincidieron en la importancia de fortalecer la relación México-Cuba, para enfrentar con una nueva visión la crisis financiera mundial.

Tal y como lo hicieron todos los funcionarios cubanos, Remírez agradeció los pronunciamientos en los que México ha rechazado el bloqueo económico y expresado su preocupación por el caso de los cinco ciudadanos cubanos presos en Estados Unidos.

Al término de la reunión, los senadores almorzaron en privado, para después depositaron una ofrenda floral en un monumento a Benito Juárez.

Ahí, en una casona de la Habana vieja, los legisladores escucharon los relatos del historiador Eusebio Leal, quien al ver al presidente del Senado sostuvo que Francisco I. Madero había regresado a la isla no sólo en espíritu e ideas, sino hasta en imagen.

Frente al panista, Leal recordó cuando un presidente cubano envió a México la única embarcación militar que tenía para tratar de salvar la vida del entonces Presidente.

Aunque el intento resultó infructuoso, relató, la familia de Francisco I. Madero si logró llegar a la isla.

Finalmente, los senadores concluyeron su visita oficial de dos días a Cuba con una recepción organizada por el embajador Jiménez Remus.

Algunos legisladores volaron por la noche de regreso a la Ciudad de México, pero el resto lo harán hoy en vuelos matutinos.

Claudia Guerrero, Reforma, 24 de enero.

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