En su primera reunión con el presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, Felipe Calderón buscará avanzar para establecer una “verdadera asociación estratégica” con ese país, basada en cuatro ejes: seguridad, competitividad, prosperidad y defensa de los derechos humanos en ambos lados de la frontera, aseguró.
Antes del encuentro con el demócrata, comentó las metas de su gobierno en política exterior, el impulso de una solución integral al problema migratorio y más acciones de defensa y lazos con la comunidad mexicana en Estados Unidos que, consideró, fue clave en la elección de Obama el 4 de julio pasado.
En la 20 Reunión de embajadores y cónsules de México, Calderón destacó que probablemente él sea el único mandatario que se reúna con Obama antes de que asuma la presidencia, y consideró fundamental “aprovechar” esta coyuntura.
Su propósito es que en el diálogo del próximo lunes se pueda ponderar el peso y la dimensión verdadera de la relación bilateral, sobre todo en temas como seguridad, recuperación económica y medio ambiente. Tras advertir que esta es una “relación vital” para México, indicó que la lucha contra el crimen es un reto y una responsabilidad compartida.
Definió como prioridad de la agenda bilateral que haya fronteras ordenadas, eficientes, seguras y prósperas, no sólo al norte, sino al sur, “que tenemos abandonada. Es hora de recordar, como dice la canción de Serrat, el sur también existe y el sur existe para México”.
Resaltó que México y Estados Unidos deben impulsar la competitividad regional, porque son economías necesaria e inevitablemente complementarias; una, intensiva en capital, la otra, en mano de obra.
Reiteró que la recuperación de la economía estadunidense pasa por una integración responsable y sensata y no una exclusión de factores económicos.
Aseguró que las aportaciones, vía impuestos, hechas por los mexicanos radicados en aquel país son mayores a los beneficios sociales que reciben, e incluso planteó que en un futuro el sistema pensionario dependerá fundamentalmente del ingreso de connacionales. Agregó que pugnará porque haya prosperidad y se defiendan los derechos humanos en ambos lados de la frontera, sin distingos.
En su visita a Washington, Calderón aprovechará para despedirse de George W. Bush, con quien cenará el próximo martes, según informó la Presidencia.
Antes del encuentro con el demócrata, comentó las metas de su gobierno en política exterior, el impulso de una solución integral al problema migratorio y más acciones de defensa y lazos con la comunidad mexicana en Estados Unidos que, consideró, fue clave en la elección de Obama el 4 de julio pasado.
En la 20 Reunión de embajadores y cónsules de México, Calderón destacó que probablemente él sea el único mandatario que se reúna con Obama antes de que asuma la presidencia, y consideró fundamental “aprovechar” esta coyuntura.
Su propósito es que en el diálogo del próximo lunes se pueda ponderar el peso y la dimensión verdadera de la relación bilateral, sobre todo en temas como seguridad, recuperación económica y medio ambiente. Tras advertir que esta es una “relación vital” para México, indicó que la lucha contra el crimen es un reto y una responsabilidad compartida.
Definió como prioridad de la agenda bilateral que haya fronteras ordenadas, eficientes, seguras y prósperas, no sólo al norte, sino al sur, “que tenemos abandonada. Es hora de recordar, como dice la canción de Serrat, el sur también existe y el sur existe para México”.
Resaltó que México y Estados Unidos deben impulsar la competitividad regional, porque son economías necesaria e inevitablemente complementarias; una, intensiva en capital, la otra, en mano de obra.
Reiteró que la recuperación de la economía estadunidense pasa por una integración responsable y sensata y no una exclusión de factores económicos.
Aseguró que las aportaciones, vía impuestos, hechas por los mexicanos radicados en aquel país son mayores a los beneficios sociales que reciben, e incluso planteó que en un futuro el sistema pensionario dependerá fundamentalmente del ingreso de connacionales. Agregó que pugnará porque haya prosperidad y se defiendan los derechos humanos en ambos lados de la frontera, sin distingos.
En su visita a Washington, Calderón aprovechará para despedirse de George W. Bush, con quien cenará el próximo martes, según informó la Presidencia.
Claudia Herrera Beltrán, La Jornada, 10 de enero.
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