El ombudsman nacional, José Luis Soberanes, afirmó que es víctima de espionaje por parte de autoridades federales; reconoció que en los nueve años y medio que lleva al frente de la CNDH nunca ha recibido línea ni “presiones” para realizar su trabajo y señaló que actualmente enfrenta una campaña de desprestigio por parte de la PGR.
“Frecuentemente mi teléfono es intervenido, sobre todo mi celular (...), pero si yo no quiero que se sepa una cosa, pues no la digo por ahí, punto. Como dice el dicho: ‘Con estos bueyes nos tocó arar’, no hay de otra.”
Sostuvo que la relación con el Ejército no ha sido fácil, pero ha aceptado las recomendaciones enviadas, excepto la del narcobatallón. Según la CNDH, de enero de 2000 a diciembre de 2008 recibió 2 mil 966 quejas contra soldados por cateos ilegales, trato cruel, ejercicio indebido de la función y detención arbitraria, entre otras causas.
Señaló que estos años en la comisión han sido “complejos, pero ricos en experiencia”, pues el organismo logró su autonomía. “Cuando llegué varios expedientes habían sido perdidos; tenían que ver con asuntos delicados (...) se hacía el trabajo sucio al gobierno”.
De su distanciamiento con algunas autoridades federales, expuso su versión: “Se debe a que hacemos bien nuestro trabajo. Si fuera un ombudsman complaciente o, para decirlo de forma coloquial, tapadera o alcahuete, tendríamos una magnífica relación con las instancias de gobierno, pero hasta el momento nuestra relación es ríspida y a veces violenta”.
Soberanes denunció un supuesto bloqueo a su trabajo por parte del procurador Eduardo Medina Mora. “Es un hombre tranquilo”, señaló, pero lo calificó como “cuchillito de palo”, porque “no le gusta lo que hacemos”.
El ombudsman nacional enumeró otros logros recientes, como el avance en la libertad de expresión y la democracia, y retrocesos como la tortura, las desapariciones forzadas y los homicidios.
“Frecuentemente mi teléfono es intervenido, sobre todo mi celular (...), pero si yo no quiero que se sepa una cosa, pues no la digo por ahí, punto. Como dice el dicho: ‘Con estos bueyes nos tocó arar’, no hay de otra.”
Sostuvo que la relación con el Ejército no ha sido fácil, pero ha aceptado las recomendaciones enviadas, excepto la del narcobatallón. Según la CNDH, de enero de 2000 a diciembre de 2008 recibió 2 mil 966 quejas contra soldados por cateos ilegales, trato cruel, ejercicio indebido de la función y detención arbitraria, entre otras causas.
Señaló que estos años en la comisión han sido “complejos, pero ricos en experiencia”, pues el organismo logró su autonomía. “Cuando llegué varios expedientes habían sido perdidos; tenían que ver con asuntos delicados (...) se hacía el trabajo sucio al gobierno”.
De su distanciamiento con algunas autoridades federales, expuso su versión: “Se debe a que hacemos bien nuestro trabajo. Si fuera un ombudsman complaciente o, para decirlo de forma coloquial, tapadera o alcahuete, tendríamos una magnífica relación con las instancias de gobierno, pero hasta el momento nuestra relación es ríspida y a veces violenta”.
Soberanes denunció un supuesto bloqueo a su trabajo por parte del procurador Eduardo Medina Mora. “Es un hombre tranquilo”, señaló, pero lo calificó como “cuchillito de palo”, porque “no le gusta lo que hacemos”.
El ombudsman nacional enumeró otros logros recientes, como el avance en la libertad de expresión y la democracia, y retrocesos como la tortura, las desapariciones forzadas y los homicidios.
Eugenia Jiménez, Milenio, 27 de enero.
0 Responses to "“Me espían”: Soberanes"
Publicar un comentario