El alto nivel de violencia en México a raíz de la guerra del narco ha provocado que Estados Unidos desarrolle planes para un "aumento" de fuerzas civiles, e incluso militares, en caso de que el derramamiento de sangre se extienda a través de la frontera, anunció ayer Michael Chertoff, Secretario de Seguridad Interna.
Chertoff dijo que la actividad delictiva en México, que ha causado más de 5 mil 300 muertes en el último año, tiene tiempo de preocupar a las autoridades estadounidenses.
Pero alcanzó un punto, el verano pasado, dijo, en el que ordenó planes específicos para enfrentar en su país el tipo de tiroteos y otros estragos que en México han cobrado las vidas de miembros de los carteles en pugna, funcionarios de impartición de justicia y víctimas inocentes, con frecuencia no muy lejos de la frontera.
"Completamos un plan de contingencia para violencia en la frontera, de manera que, si hay una filtración considerable, contamos con un aumento en la capacidad para echar mano no sólo de nuestros propios recursos, sino también trabajar con el Departamento de Defensa", señaló Chertoff, en entrevista telefónica.
Funcionarios del Departamento de Seguridad Interna explicaron que el plan requiere aviones, vehículos armados y equipos especiales para convergir en puntos problemáticos de la frontera.
Chertoff ha expresado preocupación, en meses recientes, respecto a la violencia en México, pero el plan de contingencia no ha sido debatido públicamente, y el Departamento no lo ha anunciado.
Allegados al Comité de Seguridad Interna de la Cámara de Representantes, que supervisa al Departamento y con frecuencia ha chocado con Chertoff respecto a sus políticas fronterizas, declararon ayer que no habían escuchado detalles sobre el plan, aunque lo veían con agrado.
En la entrevista, dos semanas antes de dejar el puesto, Chertoff indicó que sus esfuerzos por construir un muro a lo largo de los casi 3 mil 200 kilómetros de la frontera con México, así como el aumento de agentes de la Patrulla Fronteriza, son parte de un esfuerzo por defenderse de la violencia del narco, no sólo para controlar la inmigración ilegal.
"Ésa es otra razón, francamente, por la que he insistido en colocar la infraestructura y el muro y cosas como esas", apuntó. "Porque no quiero, Dios nos libre, que si hay una filtración considerable, haberle negado a la Patrulla Fronteriza lo necesario para proteger sus vidas y la seguridad de los ciudadanos estadounidenses".
Randall Archibold, Reforma, 8 de enero.
Chertoff dijo que la actividad delictiva en México, que ha causado más de 5 mil 300 muertes en el último año, tiene tiempo de preocupar a las autoridades estadounidenses.
Pero alcanzó un punto, el verano pasado, dijo, en el que ordenó planes específicos para enfrentar en su país el tipo de tiroteos y otros estragos que en México han cobrado las vidas de miembros de los carteles en pugna, funcionarios de impartición de justicia y víctimas inocentes, con frecuencia no muy lejos de la frontera.
"Completamos un plan de contingencia para violencia en la frontera, de manera que, si hay una filtración considerable, contamos con un aumento en la capacidad para echar mano no sólo de nuestros propios recursos, sino también trabajar con el Departamento de Defensa", señaló Chertoff, en entrevista telefónica.
Funcionarios del Departamento de Seguridad Interna explicaron que el plan requiere aviones, vehículos armados y equipos especiales para convergir en puntos problemáticos de la frontera.
Chertoff ha expresado preocupación, en meses recientes, respecto a la violencia en México, pero el plan de contingencia no ha sido debatido públicamente, y el Departamento no lo ha anunciado.
Allegados al Comité de Seguridad Interna de la Cámara de Representantes, que supervisa al Departamento y con frecuencia ha chocado con Chertoff respecto a sus políticas fronterizas, declararon ayer que no habían escuchado detalles sobre el plan, aunque lo veían con agrado.
En la entrevista, dos semanas antes de dejar el puesto, Chertoff indicó que sus esfuerzos por construir un muro a lo largo de los casi 3 mil 200 kilómetros de la frontera con México, así como el aumento de agentes de la Patrulla Fronteriza, son parte de un esfuerzo por defenderse de la violencia del narco, no sólo para controlar la inmigración ilegal.
"Ésa es otra razón, francamente, por la que he insistido en colocar la infraestructura y el muro y cosas como esas", apuntó. "Porque no quiero, Dios nos libre, que si hay una filtración considerable, haberle negado a la Patrulla Fronteriza lo necesario para proteger sus vidas y la seguridad de los ciudadanos estadounidenses".
Randall Archibold, Reforma, 8 de enero.
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