La industria nacional transita por la “más severa” recesión de su historia reciente, que se traduce en cierre de trabajos y empresas, menos inversiones, disminución de jornadas, paros técnicos, ajustes administrativos y recorte de costos.
“Si en el 2008 la economía mexicana perdió su dinamismo, en el 2009 se dirige irremediablemente hacia una profunda y larga recesión”, así lo determina la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin).
En su análisis “Pulso Industrial”, plantea que sólo con impulsar oportunamente la inversión en infraestructura y reducir el costo-país que afecta la competitividad en general de la economía mexicana se podría revertir la tendencia.
El organismo privado que encabeza Ismael Plascencia detalla que el aparato productivo nacional presenta condiciones marcadas de debilidad en sus especialidades, la desarticulación de buena parte de sus cadenas productivas y la polarización entre empresas pequeñas y grandes, exportadoras y dependientes del mercado interno.
“Esta situación amplificará los efectos nocivos de la recesión en aquellos componentes del sector industrial con mayores niveles de fragilidad, lo que se traducirá en pérdida de activos productivos y cierre de fuentes de trabajo”, establece.
Y es que los ramos industriales van en picadas consecutivas, tan sólo la minería registra 10 caídas continuas, la construcción cinco, la manufactura cuatro y la electricidad una, detalla.
Los retos del Estado
De esta forma, la Concamin considera que en el 2009, el Estado pondrá a prueba de fuego su capacidad de los fundamentos económicos y sus planes contracíclicos, además de combatir la inseguridad y la funcionalidad de la nueva reforma electoral.
Los empresarios confían en que realmente haya un avance en la agenda de trabajo acordada entre la Secretaría de Economía y el sector industrial, la cual consiste en ampliar la infraestructura de abasto y distribución de gas natural, instrumentar con eficacia el programa de apoyo a la proveeduría de PYMES, consolidar el sistema de normalización y abrir el financiamiento.
“Si en el 2008 la economía mexicana perdió su dinamismo, en el 2009 se dirige irremediablemente hacia una profunda y larga recesión”, así lo determina la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin).
En su análisis “Pulso Industrial”, plantea que sólo con impulsar oportunamente la inversión en infraestructura y reducir el costo-país que afecta la competitividad en general de la economía mexicana se podría revertir la tendencia.
El organismo privado que encabeza Ismael Plascencia detalla que el aparato productivo nacional presenta condiciones marcadas de debilidad en sus especialidades, la desarticulación de buena parte de sus cadenas productivas y la polarización entre empresas pequeñas y grandes, exportadoras y dependientes del mercado interno.
“Esta situación amplificará los efectos nocivos de la recesión en aquellos componentes del sector industrial con mayores niveles de fragilidad, lo que se traducirá en pérdida de activos productivos y cierre de fuentes de trabajo”, establece.
Y es que los ramos industriales van en picadas consecutivas, tan sólo la minería registra 10 caídas continuas, la construcción cinco, la manufactura cuatro y la electricidad una, detalla.
Los retos del Estado
De esta forma, la Concamin considera que en el 2009, el Estado pondrá a prueba de fuego su capacidad de los fundamentos económicos y sus planes contracíclicos, además de combatir la inseguridad y la funcionalidad de la nueva reforma electoral.
Los empresarios confían en que realmente haya un avance en la agenda de trabajo acordada entre la Secretaría de Economía y el sector industrial, la cual consiste en ampliar la infraestructura de abasto y distribución de gas natural, instrumentar con eficacia el programa de apoyo a la proveeduría de PYMES, consolidar el sistema de normalización y abrir el financiamiento.
Lilia González Velázquez, El Economista, 12 de enero.
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