Aprovecha experiencia

LA HABANA.- Las penurias de todo tipo provocadas en Cuba por el derrumbe de la Unión Soviética definió, a mediados de los 90, la vocación de la isleña Susel Fernández García, una estudiante de último año de Economía y Marketing en la universidad italiana de Bolonia.

"Fui la primera beca que dio la Embajada de Italia en Cuba y la gané por mis buenas notas en la prepa", dijo orgullosa a REFORMA.

Hija de un ingeniero nuclear y de una enfermera de terapia intensiva, Susel tenía 13 años cuando la isla se hundió en la peor crisis económica de su historia.

Para sobrevivir, el Gobierno tuvo que aceptar inversión extranjera, liberar el uso del dólar y permitir algunos negocios privados. Los padres de Susel obtuvieron licencia para hacer dulces en casa y ganar así algunas divisas.

"Cada trimestre debían hacer la declaración fiscal y para ello pagaban a un economista. Yo aprendí observando, me di cuenta que me gustaba la economía y pronto lo pude sustituir para que mis padres se ahorrasen ese dinero", contó esta habanera de 25 años, que además del español habla perfecto italiano e inglés y se entiende bien en alemán, francés y portugués.

Para Susel, la crisis actual es mucho más dura que la de su adolescencia porque es mundial y llega en un momento en el que su país estudia complejas reformas estructurales del sistema.

"Raúl quiere ordenar y diversificar la economía y el proceso requiere tiempo, no menos de cinco años si somos serios. Independiente de que yo piense que en el Consejo de Estado se necesita gente más joven, más dinámica, con ideas nuevas, es bueno que el Presidente piense así y me preocupa que justo ahora nos pille esta contracción global porque será muy difícil encontrar inversiones y hasta mantener las que hay", opinó.

Según Susel, empresarios con años de experiencia en la isla están perdiendo dinero, y negocios en otras partes, por falta de liquidez del Gobierno y un sistema hiper burocratizado.

"Hace poco supe que hay inversores y empresarios con problemas graves no sólo para cobrar sino para sacar el dinero de sus cuentas bancarias. Parece que el país no tiene divisa. Y ese es mi miedo que se van a ir poco a poco y la mano se nos puede poner muy dura", agregó.

En esta coyuntura mundial, perjudica aun más la baja producción interna y la dependencia de las importaciones, observa la futura economista.

"En el 63 fuimos el primer país exportador de azúcar en el mundo y ahora tenemos que importarla. Es triste. Y el gran impacto de la crisis golpeará a Cuba cuando caiga el turismo que es una de nuestras pocas industrias", afirmó.

Pese a todo, Susel se define optimista y una persona con suerte.

"Yo estudio economía en un país capitalista y creo que puedo aportar mucho a quienes se quedaron aquí. Empujando entre todos Cuba puede tener su propio futuro", sostuvo.

Además, sueña con regresar a la isla a ejercer su profesión.

"Mi alma está aquí y no me doy por vencida; fuera me falta la luz de La Habana. Y además, quiero hacer algo por mi país en estos momentos. Hay que recuperar la ilusión por las cosas bien hechas. Por eso me quiero graduar pronto, porque aquí se necesitan inversiones pero también jóvenes cubanos bien formados y con ganas de echar para adelante", concluyó.



"El cubano siempre se arregla; hemos sobrevivido a cosas peores".

Susel Fernández
Estudiante cubana en Italia
Yolanda Martínez corresponsal, Reforma, 10 de febrero.

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