Calderón: ni la seducción ni el miedo alcanzan a corromper a los militares

Tecámac, Méx., 10 de febrero. El presidente Felipe Calderón reconoció la labor de los soldados, porque saben que vale la pena arriesgar la vida, y aseguró que ni la seducción ni el miedo los alcanzan a corromper.

En medio del creciente número de asesinatos de militares en el país durante la lucha contra la delincuencia aseguró que “nada nos intimida ni nada nos detendrá”, con lo que repitió las palabras que pronunciara un día antes el secretario de la Defensa, Guillermo Galván Galván.

Al celebrar el día de la Fuerza Aérea Mexicana en la base militar de San Lucía, entregó reconocimientos a 10 de sus elementos que han participado en campañas contra el narcotráfico y operaciones de atención en desastres naturales, de quienes exaltó su labor, porque junto con marinos y soldados han estado en la primera línea de combate para cerrar el paso a las bandas de delincuentes que amenazan al país.

Destacó que sobresalen además por su conducta honesta, leal y patriota al rechazar sobornos de las organizaciones criminales, al fortalecer a las autoridades civiles para que impere la ley y sea el imperio de la soberanía el único que rija las vidas de los mexicanos.

Sin titubeos señaló que las fuerzas armadas han golpeado sin distingos a las organizaciones criminales más peligrosas de la nación, y sin vacilaciones han decomisado armas, dinero ilícito y drogas, aun a costa de la propia vida.

Por ese motivo, pidió un minuto de silencio en homenaje a los “verdaderos héroes” del país, como definió a quienes han muerto en las acciones de lucha contra el crimen organizado; en especial recordó al general de brigada Mauro Enrique Tello Quiñones, quien fue asesinado la semana pasada en Cancún, Quintana Roo.

Frente a cientos de elementos castrenses y acompañado de Galván Galván; el titular de Marina, Mariano Francisco Saynez, y el gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto, resaltó que a los militares no les arredra el riesgo de resultar heridos en los enfrentamientos con los enemigos de la nación o de afrontar condiciones de elevada peligrosidad en su esfuerzo por salvar a sus compañeros, capturar al enemigo o incautar armas.

Definió a los soldados con una frase del general Vicente Rivapalacio, quien decía que toda sociedad guarda en su seno un germen incorruptible de moralidad y un núcleo de hombres que ni la seducción ni el miedo alcanzan. México, añadió, ve en ellos una reserva de esos valores que son la garantía verdadera de la nación.

Al primero que le entregó una distinción fue al cabo de caballería Rubén Vázquez de León, quien en noviembre de 2008, durante un operativo de reconocimiento en Reynosa, Tamaulipas, logró el mayor decomiso de un arsenal en la historia de la lucha contra el narcotráfico.

El teniente piloto aviador Víctor Manuel Hernández Sahagún obtuvo una condecoración por sus logros en el combate al narcotráfico, por haber detectado en el municipio de Guadalupe y Calvo, Chihuahua, una bodega en donde se almacenaban 14.5 toneladas de mariguana.

También fueron condecorados cuatro coroneles y tres tenientes, mientras que recibió mención honorífica el coronel Román Carmona Landa, comandante de la base aérea de Santa Lucía, por haber obtenido información que llevó, además de la captura de “peligrosos narcotraficantes”, a la localización y decomiso del minisubmarino colombiano en el que se transportaban más de 5 toneladas de cocaína, en las costas de Oaxaca, en 2008.
Claudia Herrera y Gustavo Castillo, La Jornada, 11 de febrero.

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