Desespera a cubanos ausencia de reformas

LA HABANA.- A un año de asumir la presidencia de Cuba, Raúl Castro no ha presentado todavía su proyecto para realizar las "reformas estructurales y de concepto" que ofreció en su primer discurso presidencial.

Muchos cubanos dicen desconocer los planes de su Gobierno para reflotar un sistema que, a su juicio, hace aguas por todas partes pese a los incontables parches que le han ido colocando.

"Me gustaría saber si existe un proyecto porque Raúl no tiene otros 50 años para cometer y rectificar errores. Aquí ha sido pa'lante siempre, experimentando. ¿Eso nos propone también Raúl?", cuestionó Álex Afonso, propietario de un negocio de comida a domicilio.

Funcionarios, académicos e intelectuales expresan las mismas dudas y reclamos que los ciudadanos comunes ante el secretismo y la extrema lentitud con las que se inician medidas aprobadas hace meses, como la distribución de tierras a campesinos para producir más alimentos o el fin de los topes salariales para estimular el trabajo; temas que Raúl consideró prioridad nacional y no marchan como se pretendía.

"Se supone que los dirigentes están para diseñar la hoja de ruta, explicarla con claridad y que funcione. Pero aquí el pueblo es el único equivocado que se corrompe, cuando lo que debe hacer es sacrificarse y producir más", ironizó Afonso.

Al asumir el cargo de Presidente, el General Castro señaló como objetivo de su primer mandato "satisfacer las necesidades básicas de la población, tanto materiales como espirituales, partiendo del fortalecimiento sostenido de la economía nacional y de su base productiva".

Raúl se comprometió a eliminar el exceso de prohibiciones, empezando por las más sencillas, y en pocas semanas levantó a sus compatriotas el veto de alojarse en hoteles y liberó la compra de motos, DVDs, microondas y celulares.

En abril benefició a 2 millones de personas al subir las jubilaciones y la asistencia social hasta 20 por ciento, y también aprobó un aumento salarial de hasta 55 por ciento a los juristas.

El Mandatario dijo entonces que reduciría la enorme estructura del aparato en busca de eficiencia. Pero 10 mil millones de dólares de pérdidas provocadas por tres ciclones al finalizar 2008 lo llevaron a pedir más austeridad al pueblo y más tiempo a la Asamblea Nacional para las trasformaciones estructurales, que recién serán sometidas a la aprobación en el congreso del Partido Comunista en el segundo semestre de este año.

La prometida formación en diciembre de un nuevo Ejecutivo "más efectivo y ágil" también fue postergada. En lugar de la esperada reducción de cargos, la semana pasada Raúl aumentó a nueve los vicepresidentes de Gobierno con tres nuevos nombramientos: el titular de Comunicaciones e Informática, Ramiro Valdés; el Ministro de Agricultura, Ulises Rosales del Toro, y el de Transportes, Jorge Luis Sierra, quienes, además, continúan al frente de sus Ministerios.

Hasta hoy, la voluntad presidencial de aliviar la burocracia sólo alcanzó a abreviar algunos trámites antes centralizados que ahora se pueden gestionar a escala municipal.



Le ponen freno


Pese a la decepción, analistas consultados no dudan que el Presidente tenga "un programa y la voluntad política de ponerlo a caminar".

Le saben consciente de la falta de liquidez del país y de la urgencia de abrir la economía a la inversión extranjera para generar más divisas. Pero opinan que "va frenado".

Y no sólo por el derrumbe financiero internacional. A su juicio, el punto es que Raúl no ha logrado todavía el consenso necesario en la cúpula sobre las reformas que exige el sistema cubano para ser viable al mínimo costo político. Y lo que temen es que no lo consiga mientras Fidel -reacio a liberar el debate público y la economía- siga en activo desde la sombra del retiro.

Aunque el líder de la revolución dijo hace poco que no quiere estorbar a la dirigencia, como consejero designado del Presidente por unanimidad y todavía primer secretario del Partido Comunista, el ruido que introduce al difundir duras críticas a Obama, publicar sus conversaciones privadas con Presidentes que visitan la Isla o airear sus discrepancias con decisiones oficiales es visto como uno de los mayores obstáculos que sufre Raúl para unificar criterios y dar salida a su plan de reformas.

"Fidel pone palos en las ruedas a la carreta de su hermano", dijeron analistas locales.



Éxitos internacionales


El estilo del actual Mandatario, menos ilustrado y mucho más espontáneo que su antecesor, no gusta a todos los cubanos, al menos no tanto como su realismo y capacidad organizativa.

Sin embargo, la mayoría valora positivamente su tono práctico y conciliador en foros internacionales, como la cumbre regional de Brasil -cuando Cuba ingresó en el Grupo de Río- y el éxito de sus viajes para ampliar acuerdos económicos y políticos con viejos aliados.

El cortejo de Presidentes latinoamericanos respaldando la integración de Cuba a la región y solicitando a Estados Unidos el fin del bloqueo financiero a la Isla también se ven como logros de la política exterior de Raúl. Observadores consultados confían en que empiece a negociar con Obama el fin del diferendo bilateral.

"La gente espera que pase algo, que la diplomacia de Obama inicie un acercamiento certero a Cuba o que un ciclón parta La Habana y fuerce a nuestros dirigentes a tomar decisiones", declaró a REFORMA Ariel Domínguez, profesor universitario.

"Raúl heredó un país con graves dificultades económicas y un contexto internacional adverso; no le podemos pedir milagros, pero sí explicaciones. Este modelo obsoleto de socialismo requiere cambios orgánicos urgentes", concluyó Domínguez.




Los pendientes

Raúl Castro inició su Presidencia anunciando varias reformas. Sin embargo, los cubanos reclaman que se aceleren los cambios.


· Entre los cambios que más urgen a los cubanos destaca la reforma de una ley migratoria sumamente restrictiva, la cual impide viajar libremente a los ciudadanos isleños y los obliga a pedir permiso para salir de su país.

· Todavía hay miles de familias que resultaron damnificadas por los huracanes que azotaron Cuba y esperan materiales de construcción y viven en situación de precariedad.

· Las deficiencias en Educación y Salud se suman al deterioro de otros servicios a menudo por desorganización y apatía de jefes y empleados.

· En materia de libertades civiles. según los líderes de la disidencia organizada, este año tampoco ha mejorado la situación en la Isla.
Yolanda Martínez corresponsal, Reforma, 23 de febrero.

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