Despide Cemex a 7,500

En septiembre del año pasado, Cemex lanzó un plan global de reducción de costos y gastos (PMI), que le generarán ahorros anuales por 700 millones de dólares.

Sin embargo, para cumplir con esa meta, tuvo que recurrir a un recorte de 7 mil 500 empleados en el último trimestre del año pasado y además apagar 27 hornos y cerrar 300 plantas de concreto en el mundo.

En conferencia con analistas, durante el "Cemex Day", Lorenzo Zambrano, presidente y director general de la empresa, recordó que dicho plan incluye: reducir costos en todas sus operaciones; ajustar el tamaño de éstas a las condiciones de mercado; disminuir gastos de capital e identificar y vender activos no estratégicos.

Detalló que de los 700 millones de dólares estimados en ahorros, 250 millones son en costos fijos; 200 millones en costos variables y 250 millones en administración y ventas.

"En el proceso hemos reducido el personal en más de 11 por ciento el año pasado, lo que implica 7 mil 500 empleados", dijo Zambrano.

La inversión se redujo de 2 mil 200 millones de dólares en 2008, a 650 millones este año, por lo que detuvieron proyectos grandes, y cancelaron nuevos.

"No pondremos en riesgo nuestro negocio clave, la salud, y compromisos de seguridad de nuestros empleados y comunidades", indicó.

Al hablar ante analistas en conferencia desde Connecticut, y transmitida vía internet, Zambrano, destacó que el tamaño de la empresa se ha ajustado al entorno.

"Hemos apagado 27 hornos de cemento y cerrado 300 plantas de concreto y al menos 50 sitios de agregados", expresó.

Héctor Medina, vicepresidente de Planeación y Finanzas de Cemex, detalló que de los ahorros estimados, 110 millones de dólares provendrán de sus operaciones en México, a través del cierre de capacidad, recortes de personal, y uso de combustibles alternos, principalmente.

Y en Estados Unidos esperan ahorros por 150 millones de dólares, reduciendo gastos de viajes, optimizando fuentes de abasto de cemento, y ajustando capacidad en todas sus operaciones.

Zambrano defendió la compra de Rinker, aunque reconoció que no fue en el mejor momento.

El empresario admitió que la deuda de Cemex es alta, y tienen vencimientos apretados, pero, dijo están comprometidos a restaurar su flexibilidad financiera.

Además subrayó que su modelo de negocio sigue intacto, y la empresa ha demostrado la capacidad para afrontar retos financieros en tiempos difíciles.

César Sánchez corresponsal, Reforma, 5 de febrero.

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