El secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, demandó ayer al Congreso asumir su responsabilidad y realizar de una vez por todas la reforma a la Ley Federal del Trabajo, con las 264 iniciativas acumuladas en los últimos 11 años y en espera de ser dictaminadas.
Aseguró que la Ley Federal del Trabajo, como está ahora, “es un ordenamiento que cobija la opacidad y genera incentivos perversos para prolongar indebidamente los juicios laborales, lo que finalmente se traduce en impunidad”.
“Puede no ser la reforma perfecta, pero si esperamos que sea perfecta y se dé por consenso, probablemente vamos a tener que esperar otros 11 años para sentarnos a la mesa. Tratamos de sacar una muy buena reforma, no conformista ni mediocre, aunque no sea la óptima”, señaló.
Sin embargo, la respuesta fue inmediata por parte de los coordinadores del PRI en la Cámara de Diputados, Emilio Gamboa Patrón, y en el Senado, Manlio Fabio Beltrones, quienes aseguraron que “no existen condiciones para realizar la reforma laboral”.
Para ello se requiere la construcción de acuerdos y (Javier) Lozano, en dos años, no ha sabido o desconoce cómo se hace el trabajo legislativo; “nunca ha acudido a cabildear”, acusó Gamboa.
“Que primero venga (el secretario del Trabajo) y sepa lo que es el Congreso. Es muy fácil hablar como representante del Ejecutivo y muy distinto vivir lo que es el Legislativo”, insistió Gamboa, quien advirtió además que no es a través de una reforma laboral como se dará solución a la crisis que enfrenta el país.
Tras conocer el posicionamiento de Gamboa, el secretario del Trabajo aseguró que sí están dadas las condiciones para discutir la reforma, independientemente de que sea este un año electoral:
“Las necesidades son crecientes, apremiantes, y no sólo es indispensable la reforma para enfrentar la crisis, sino también para retomar el crecimiento económico y la generación de empleos de manera sostenida y mucho más robusta”, subrayó.
Y es que, dijo, “la generación de empleo no se hace por decreto”, por lo que en medio de la crisis no se debe perder de vista el mediano y largo plazo, es decir, se tienen que forjar las condiciones óptimas de inversión segura y rentable en el país.
“Quitémosle las trabas a la economía, a la inversión, a la competencia económica que sólo perjudican al trabajador y al consumidor”, subrayó Lozano, quien admitió que las medidas contracíclicas adoptadas “no son por sí solas suficientes para superar el tamaño de la crisis”.
Luego, otro reconocimiento: “México ocupa en el Índice General de Competitividad del Foro Económico Mundial, el lugar 60 de 134 países; pero si vamos al tema de flexibilidad laboral estamos en el lugar 99, y si se trata del rubro de eficiencia en el mercado laboral caemos hasta el lugar 110”, finalizó.
Aseguró que la Ley Federal del Trabajo, como está ahora, “es un ordenamiento que cobija la opacidad y genera incentivos perversos para prolongar indebidamente los juicios laborales, lo que finalmente se traduce en impunidad”.
“Puede no ser la reforma perfecta, pero si esperamos que sea perfecta y se dé por consenso, probablemente vamos a tener que esperar otros 11 años para sentarnos a la mesa. Tratamos de sacar una muy buena reforma, no conformista ni mediocre, aunque no sea la óptima”, señaló.
Sin embargo, la respuesta fue inmediata por parte de los coordinadores del PRI en la Cámara de Diputados, Emilio Gamboa Patrón, y en el Senado, Manlio Fabio Beltrones, quienes aseguraron que “no existen condiciones para realizar la reforma laboral”.
Para ello se requiere la construcción de acuerdos y (Javier) Lozano, en dos años, no ha sabido o desconoce cómo se hace el trabajo legislativo; “nunca ha acudido a cabildear”, acusó Gamboa.
“Que primero venga (el secretario del Trabajo) y sepa lo que es el Congreso. Es muy fácil hablar como representante del Ejecutivo y muy distinto vivir lo que es el Legislativo”, insistió Gamboa, quien advirtió además que no es a través de una reforma laboral como se dará solución a la crisis que enfrenta el país.
Tras conocer el posicionamiento de Gamboa, el secretario del Trabajo aseguró que sí están dadas las condiciones para discutir la reforma, independientemente de que sea este un año electoral:
“Las necesidades son crecientes, apremiantes, y no sólo es indispensable la reforma para enfrentar la crisis, sino también para retomar el crecimiento económico y la generación de empleos de manera sostenida y mucho más robusta”, subrayó.
Y es que, dijo, “la generación de empleo no se hace por decreto”, por lo que en medio de la crisis no se debe perder de vista el mediano y largo plazo, es decir, se tienen que forjar las condiciones óptimas de inversión segura y rentable en el país.
“Quitémosle las trabas a la economía, a la inversión, a la competencia económica que sólo perjudican al trabajador y al consumidor”, subrayó Lozano, quien admitió que las medidas contracíclicas adoptadas “no son por sí solas suficientes para superar el tamaño de la crisis”.
Luego, otro reconocimiento: “México ocupa en el Índice General de Competitividad del Foro Económico Mundial, el lugar 60 de 134 países; pero si vamos al tema de flexibilidad laboral estamos en el lugar 99, y si se trata del rubro de eficiencia en el mercado laboral caemos hasta el lugar 110”, finalizó.
Luciano Franco, Crónica, 10 de febrero.
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