'Hemos vuelto a ser una familia' (IV)

El ex diputado del Partido Conservador de Colombia Óscar Tulio Lizcano, retenido en la selva por más de ocho años para ser usado como rehén de las FARC, estaba separado de la libertad y de su amada Martha por un caudaloso río, aquel 23 de octubre de 2008.

La sordera involuntaria de los soldados que se encontraban en la otra orilla en su retén daban el toque de angustia y de desesperación al desenlace de la historia de Lizcano y su acompañante, el guerrillero "Isaza" quien le había facilitado la huida.

Llevaban media hora gritando hacia la otra orilla.

La guerrilla, seguramente, avanzaba en la búsqueda de los fugados. "Isaza" no disimulaba ese temor y miraba constantemente hacia atrás. Lizcano rezaba, y el que ahora gritaba era el guerrillero.



"Pasó otra hora, y nada. Yo, desesperado... y, no sé, me iluminó Dios... 'Isaza' tenía un fusil que traía envuelto en una toalla. Entonces, le dije: '¡Présteme el fusil!'. Con él en mis manos, lo alcé sobre mi cabeza todo lo alto que podía y volví a gritar: '¡Ejército! ¡Ejército! ¡Un reinsertado! ¡Un reinsertado! ¡Él se va entregar!'".



De pronto, el cambio de estrategia de Lizcano dio resultado.

"Los militares fueron saliendo de a uno. Un soldado se tiró al río y cruzó. Al llegar preguntó que quién era el que se iba a entregar. Yo señalé a 'Isaza' y, mientras le revisaba su armamento, llegó otro soldado y le dije: 'Yo soy Lizcano'. '¿Usted es el que llevamos buscando tanto tiempo?. ¡Se nos arregló la Navidad! ¡Se nos apareció el Niño Dios!'", dijo sonriendo.

"Ya habían traído la canoa para cruzarnos. Así fue que les dije: 'Yo me monto en la canoa con la condición que vuelvan por él, con el que me liberó, al que le debo la vida', dije señalando a 'Isaza'. Pude ver luego que la canoa volvía por él".



Las imágenes de video mostraron a Lizcano siendo cargado por los soldados una vez que llegó a la orilla. Sus fuerzas estaban al límite.

"Después de tanto jolgorio, hasta llegó un helicóptero con el Ministro de Defensa. Cuando me iban a montar, les volví a decir que no me subía hasta que 'Isaza' viniera conmigo. Él se montó primero que yo".



Tras sus primeras palabras en público y su encuentro con las autoridades, tanto el político como el rehén fueron trasladados a una revisión médica.

Aunque no había habido ningún compromiso formal en la selva, porque "Isaza" se había rehusado, Lizcano sabía que haría por él lo que estuviera a su alcance. Quería agradecer de alguna manera la oportunidad que le había dado este hombre originario de su misma región. "Isaza", cuyo verdadero nombre es Wilson Bueno Largo, terminaría viviendo en Francia con su novia, adonde llegarían tras las gestiones de la también ex rehén de las FARC Ingrid Betancourt.

"Por eso, porque nunca alcanzamos un trato, una vez afuera tuve que negociar con el Presidente Uribe y el Fiscal de la Nación para que le dieran una recompensa especial y garantías especiales. Siempre agradecido, porque sin él yo no hubiera salido con vida.



La familia de Lizcano se enteró rápidamente del gran acontecimiento de la fuga. Su esposa, su "barquerita", estaba aún lejos para el abrazo, pero fija y clara en su pensamiento... y él, en el de ella. Habla Martha:

"La primera persona de la familia que pudo estar con él fue nuestro hijo mayor, Mauricio, porque estaba más cerca del lugar. En la tarde, viajaron sus hermanos y el otro hijo. Yo alcancé a llegar en horas de la noche... Digamos que de las personas de la familia yo fui la última en llegar, pues estaba en un lugar apartado y tuve que tomar varios vuelos... Lo pude abrazar recién en la noche. Él estaba internado en la clínica y ya nos quedamos durante ocho días en la clínica, durmiendo con él, compartiendo con él. Ninguno quería alejarse. Todos desayunábamos, comíamos, dormíamos en la clínica porque ninguno de nuestros hijos ni yo queríamos apartarnos un momento de él".

Y, ¿qué pasó en el corazón y en la mente de Óscar cuando volvió a estar rodeado de todos sus seres queridos?

"No hay palabras para describir... ¡muy fuerte! Mi proyecto de vida se convirtió en vivir la vida. Como decían los griegos: la medida de todas las cosas es el hombre. Y, la libertad es la primera posesión del hombre sobre la Tierra. Ya que la tengo, quiero aprovechar cada instante. Aprendí a amar mucho a la vida y, por consiguiente, a darme cuenta que no podía robarle más tiempo a mi familia".



Fue entonces el primer paso de la reconstrucción familiar. Como pocos ejemplos de parejas que vivieron las circunstancias de un cautiverio prolongado de uno de ellos, Martha y Óscar siguen juntos, trabajando para volver a ser los de antes y aun superarse.

Para ella está claro cuál es el desafío y el deseo.

"Mi experiencia me ha enseñado que el secuestro es algo que deja unas secuelas muy graves, muy irreversibles, y nosotros estamos en un proceso de reconstruir nuestra vida, de volver a ser una familia. Óscar llega después de más de ocho años. Había dejado al hijo menor de 18 años y lo encuentra ya casi un profesional. El hijo mayor es un político igual que él. Creo que ha sido un proceso de adaptación, donde hemos puesto de nuestra parte, siempre viendo a la unión familiar como algo que hemos de preservar y por la cual luchamos todos los días.

"Después de afrontar dos secuestros, puedo decir que hemos vuelto a ser una familia. Nos hemos vuelto a abrazar, a compartir, y podemos salir a un parque a disfrutar de un helado y tomarnos de la mano".



En la selva se quedaron olvidados no sólo los fantasmas. Al momento de la huida, se anclaron allí para siempre algunos cuadernos con poesías que él había guardado tan celosamente para obsequiárselos a su amada en el momento del ansiado reencuentro. Era el regalo perfecto porque, de casi 100 poemas, 80 estaban dedicados a ella. Los que se salvaron, enviados como prueba de vida durante el cautiverio, forman parte del tesoro que cuidan celosamente.

Al fin, fue la semilla que hizo renacer el "nuevo amor" de Óscar y Martha.





'Fue la Virgen de Guadalupe'


"Me sentía espiritualmente fuerte por mis oraciones a la Virgen de Guadalupe, a quien me encomendé los últimos tres meses porque a los otros santos les solicité otras tareas. Hice mi combo de santos.

"Quiero decirle a México que no vayan a abandonar a la Virgen de Guadalupe, que sigan orando. Porque lo mío fue un milagro, y fue ella.

"Dos años antes que me secuestraran, estuve en México dictando unas conferencias en la UNAM. Coincidió con el día de la Virgen de Guadalupe, y había una procesión por la calle, y yo me uní a ella. Y me arrodillé.

"En la selva, en los últimos tres meses de mi cautiverio me puse a pensar que me iba a morir y oraba con una fe ciega. Reflexioné: Tú eres la única Virgen de México y si hay 100 millones de habitantes que creen en ti, es por algo. Porque has hecho un milagro. Mira, aquí hay un colombiano que quiere pedirte ese favor... que me saques de aquí, que me voy a morir, que me des una oportunidad más en la vida de acercarme a mi familia, de volver a mi hogar, a la tierra de mis recuerdos... Y recé, recé, recé... y aquí estoy".
Homero Fernández, Reforma, 18 de febrero.

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