El Gobierno del Distrito Federal no cuenta con las armas suficientes para enfrentar la crisis económica y tendrá que observar desde la barrera el aumento de locales en renta, además de la quiebra y cierre de más de 12,000 empresas.
Ante la imposibilidad de otorgar apoyos importantes, pues no posee los instrumentos legales ni financieros suficientes, el sector privado de la ciudad pide dos cosas: seguridad y eliminar la tramitología y, con ella, la corrupción.
Las propuestas del gobierno local son un cúmulo de “buenas intenciones”, pero no forman una política integral, coinciden empresarios y académicos; en ellas hay un punto débil, coinciden.
“Los esfuerzos de las diferentes secretarías en el gobierno del DF son aislados, y esa falta de coordinación con las demás áreas de gobierno definitivamente no permite avanzar”, explica a El Economista, Juan de Dios Barba, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex-DF), porque ve insuficientes e inoperantes algunas medidas anticrisis anunciadas por Marcelo Ebrard.
Una de ellas es la devolución de 50% del Impuesto Sobre Nómina a las pequeñas empresas que no tengan adeudos y hayan cumplido con el pago de este gravamen durante el 2008. Barba Nava expone que la devolución para algunas PYMES será de 500 pesos, lo que no representa un verdadero apoyo.
“Meter al microempresario a un tramite de devolución no nos sirve, nos resulta inoperante, la intención es buena, la operatividad es mala”, asegura.
La reducción de otra carga fiscal a la Iniciativa Privada no está dentro de sus posibilidades, pues la mayoría de los gravámenes los controla la federación, lo que acota el margen de maniobra del GDF, detalla el economista y catedrático de El Colegio de México, Gerado Esquivel.
Algo más que ayudaría a la economía local es un mayor gasto en infraestructura; no obstante, esto no ocurrirá, ya que al menos cuatro proyectos viales -las supervías del poniente y los puentes de Calzada del Hueso y las Bombas- y dos de transporte público -nuevas líneas de Metrobús y tranvía- quedaron canceladas de manera indefinida.
La Coparmex estima que serán cerca de 12,000 empresas capitalinas las que cerrarán durante este año debido al estancamiento económico, además de que no se creará ni un solo empleo nuevo en la capital.
Por su parte, Lorenzo Ysasi, presidente de la Cámara de Comercio Servicios y Turismo de la ciudad de México (Canaco DF), pide una mayor acción a la Secretaría de Desarrollo Económico local (Sedeco).
Explica que el GDF se ha centrado en atraer la inversión, pero no ha trabajado en el fortalecimiento de las empresas y su vinculación hacia los tres niveles de gobierno: delegacional, local y federal, lo que trae como resultado una dispersión de recursos que no permite otorgar una verdadera ayuda a la iniciativa privada.
Delegaciones, la piedra en el zapato
El “coto de poder” y el control que les otorga la expedición de permisos a los gobiernos delegacionales son los principales obstáculos con los que se enfrentan los empresarios que buscan abrir un negocio, denuncia Ysasi Martínez.
En esa materia, tanto las jefaturas delegacionales, como el gobierno central quieren el poder incrementando la “tramitología”, utilizada como un pretexto para la corrupción.
Y es que tramitar un permiso para un mismo modelo de negocio tiene hasta seis trámites distintos dependiendo la delegación en que se realice. Las de gestiones más engorrosas son Cuauhtémoc, Cuajimalpa, Miguel Hidalgo y Gustavo A. Madero.
Un cambio en la ley permitiría eliminar distorsiones operativas y normatividad, que impiden el buen funcionamiento de la economía, puntualiza el académico.
Ante esto, Barba Nava propone tres soluciones: una verdadera simplificación de trámites en todas las demarcaciones; suspender las clausuras, cuando al negocio le falte un requisito administrativo y que el gobierno local compre los productos de las pequeñas y medianas empresas para fortalecer el mercado interno.
Dichos cambios deben realizarse desde el GDF en colaboración con la Asamblea Legislativa; no obstante, deberán esperar pues el sector privado vaticina un impass en los próximos seis meses debido a que los diputados y delegados están más concentrados sobre hacia cuál será su siguiente puesto político.
La otra mirada
Desde la Sedeco el panorama no se ve tan desolador como empresarios y académicos vaticinan. Su titular, Laura Velázquez, adelanta a este diario que ya tiene listo un programa para eliminar la tramitología; no obstante, éste aún espera en el escritorio del Jefe de Gobierno para ser aprobado “en los próximos días”, pues es urgente.
Con este programa se reducirán los trámites para iniciar un negocio hasta en 70%, además contiene una propuesta para combatir la corrupción.
La Secretaría afirma que este año “vamos a recuperarnos” en materia de empleo, pues estima que gracias a las obras de infraestructura del GDF y a la atracción de algunas inversiones se podrían crear durante el 2009 cerca de 100,000 empleos.
Ante la imposibilidad de otorgar apoyos importantes, pues no posee los instrumentos legales ni financieros suficientes, el sector privado de la ciudad pide dos cosas: seguridad y eliminar la tramitología y, con ella, la corrupción.
Las propuestas del gobierno local son un cúmulo de “buenas intenciones”, pero no forman una política integral, coinciden empresarios y académicos; en ellas hay un punto débil, coinciden.
“Los esfuerzos de las diferentes secretarías en el gobierno del DF son aislados, y esa falta de coordinación con las demás áreas de gobierno definitivamente no permite avanzar”, explica a El Economista, Juan de Dios Barba, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex-DF), porque ve insuficientes e inoperantes algunas medidas anticrisis anunciadas por Marcelo Ebrard.
Una de ellas es la devolución de 50% del Impuesto Sobre Nómina a las pequeñas empresas que no tengan adeudos y hayan cumplido con el pago de este gravamen durante el 2008. Barba Nava expone que la devolución para algunas PYMES será de 500 pesos, lo que no representa un verdadero apoyo.
“Meter al microempresario a un tramite de devolución no nos sirve, nos resulta inoperante, la intención es buena, la operatividad es mala”, asegura.
La reducción de otra carga fiscal a la Iniciativa Privada no está dentro de sus posibilidades, pues la mayoría de los gravámenes los controla la federación, lo que acota el margen de maniobra del GDF, detalla el economista y catedrático de El Colegio de México, Gerado Esquivel.
Algo más que ayudaría a la economía local es un mayor gasto en infraestructura; no obstante, esto no ocurrirá, ya que al menos cuatro proyectos viales -las supervías del poniente y los puentes de Calzada del Hueso y las Bombas- y dos de transporte público -nuevas líneas de Metrobús y tranvía- quedaron canceladas de manera indefinida.
La Coparmex estima que serán cerca de 12,000 empresas capitalinas las que cerrarán durante este año debido al estancamiento económico, además de que no se creará ni un solo empleo nuevo en la capital.
Por su parte, Lorenzo Ysasi, presidente de la Cámara de Comercio Servicios y Turismo de la ciudad de México (Canaco DF), pide una mayor acción a la Secretaría de Desarrollo Económico local (Sedeco).
Explica que el GDF se ha centrado en atraer la inversión, pero no ha trabajado en el fortalecimiento de las empresas y su vinculación hacia los tres niveles de gobierno: delegacional, local y federal, lo que trae como resultado una dispersión de recursos que no permite otorgar una verdadera ayuda a la iniciativa privada.
Delegaciones, la piedra en el zapato
El “coto de poder” y el control que les otorga la expedición de permisos a los gobiernos delegacionales son los principales obstáculos con los que se enfrentan los empresarios que buscan abrir un negocio, denuncia Ysasi Martínez.
En esa materia, tanto las jefaturas delegacionales, como el gobierno central quieren el poder incrementando la “tramitología”, utilizada como un pretexto para la corrupción.
Y es que tramitar un permiso para un mismo modelo de negocio tiene hasta seis trámites distintos dependiendo la delegación en que se realice. Las de gestiones más engorrosas son Cuauhtémoc, Cuajimalpa, Miguel Hidalgo y Gustavo A. Madero.
Un cambio en la ley permitiría eliminar distorsiones operativas y normatividad, que impiden el buen funcionamiento de la economía, puntualiza el académico.
Ante esto, Barba Nava propone tres soluciones: una verdadera simplificación de trámites en todas las demarcaciones; suspender las clausuras, cuando al negocio le falte un requisito administrativo y que el gobierno local compre los productos de las pequeñas y medianas empresas para fortalecer el mercado interno.
Dichos cambios deben realizarse desde el GDF en colaboración con la Asamblea Legislativa; no obstante, deberán esperar pues el sector privado vaticina un impass en los próximos seis meses debido a que los diputados y delegados están más concentrados sobre hacia cuál será su siguiente puesto político.
La otra mirada
Desde la Sedeco el panorama no se ve tan desolador como empresarios y académicos vaticinan. Su titular, Laura Velázquez, adelanta a este diario que ya tiene listo un programa para eliminar la tramitología; no obstante, éste aún espera en el escritorio del Jefe de Gobierno para ser aprobado “en los próximos días”, pues es urgente.
Con este programa se reducirán los trámites para iniciar un negocio hasta en 70%, además contiene una propuesta para combatir la corrupción.
La Secretaría afirma que este año “vamos a recuperarnos” en materia de empleo, pues estima que gracias a las obras de infraestructura del GDF y a la atracción de algunas inversiones se podrían crear durante el 2009 cerca de 100,000 empleos.
Lizbeth Padilla, El Economista, 23 de febrero.
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