La recesión económica actual es menos profunda que la de hace 15 años -"el error de diciembre"-; sin embargo, tendrá una lenta recuperación a diferencia de la rapidez con que se vivió aquella del gobierno de Ernesto Zedillo, indicó Raúl Feliz, investigador y profesor del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
Explicó que aunque tenemos una economía abierta y somos afectados directamente por esta crisis originada en Estados Unidos, la macroeconomía de México cuenta con una relativa fortaleza.
De acuerdo con el estudio "Pobreza y Desempleo de la Crisis de 1994", cuando se desató una aguda crisis económica en nuestro país, lo primero que entonces se vio afectado fue el empleo de millones de mexicanos, y en situaciones de crisis es cuando se observa más la estrecha relación que existe entre empleo, salario y consumo.
"La caída que sufre el consumo es por el bajo poder adquisitivo debido al recorte de personal en las empresas o reducción de jornadas laborales y por lo tanto también una baja en la producción", expone el documento.
En la crisis de 1994 el entonces Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) reportó una tasa de desempleo, a finales de ese año, de 3.2 por ciento, con lo que se situó en 6.6 por ciento a finales de 1995, lo que significó un millón 120 mil desempleados de la Población Económicamente Activa (PEA).
A finales del año pasado, de acuerdo con cifras oficiales, la tasa de desempleo terminó en 4.32 por ciento, aunque expertos económicos consideran que 2009 puede terminar con hasta 5.70 por ciento; es decir, de 1 a 1.8 millones de personas de la PEA sin trabajo.
Raúl Feliz comentó que no es cierto que la tasa de desempleo de 1994 a la fecha haya bajado, pues existen muchos empleos informales y no se ha podido hacer una estadística exacta en ese ámbito. No obstante, previó que la tasa de desempleo al finalizar el año rebasará el cinco por ciento.
Según la Organización Internacional de Trabajo (OIT) la tasa de desocupación se situará a finales de 2009 entre 7.9 y 8.3 por ciento; la tasa de desempleo en la crisis de 1994 fue de 4.90 por ciento.
Estudios del INEGI señalaron que en el primer semestre de 1995 el consumo tuvo una caída de 18 por ciento, aunada a la caída del poder adquisitivo y los ingresos de asalariados y productores del campo y la ciudad. Este año se prevé una caída del 15 por ciento en el consumo y se calcula un porcentaje similar en el poder adquisitivo.
Reportes de prensa publicados en medio de la crisis del 94 concluyeron que la fragilidad de la economía mexicana ese año se debió al poco gasto público en la creación de empleos en un periodo de crisis en que la inversión privada era insuficiente para generarlos y era necesario el apoyo gubernamental para la recuperación y expansión de la masa de asalariados con fuentes temporales de empleo.
Señalaron también que la pobreza se acentuó a partir de esa crisis, pues nunca se atacó este problema.
De acuerdo con el experto de la CIDE, las medidas de Felipe Calderón no tienen capacidad para enfrentar una crisis, pero sí servirán para atenuar un golpe que es inevitable, a diferencia de lo que ocurrió en 1994-95, cuando las finanzas públicas se hallaban en situación frágil.
Tal como lo expresó el presidente Calderón en su gira por Davos, Suiza, "la fortaleza de las finanzas públicas en el país evitará una crisis como las que el país solía sufrir en el pasado y que llevaba a empresas a la bancarrota", dijo.
Feliz comentó que en esta ocasión México no tendrá que pedir apoyo externo para salir de la crisis producto de la situación que enfrentan también muchos países del mundo.
Consideró que la crisis de 1994 y la actual fueron ocasionadas por las mismas causas: devaluación del peso, exceso en la deuda, quiebra de compañías; sin embargo, la diferencia radica en que la coyuntura económica actual es producida desde EU y México es "victima" de la misma, por lo que la solución no depende de nuestro gobierno.
El "error de diciembre" fue causado, entre otras cosas, por la devaluación del peso, lo que llevó a una caída de su valor de un 40 por ciento frente al dólar.
En aquella época de crisis, el gobierno de Zedillo creó el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) para absorber las deudas de los bancos, capitalizar el sistema financiero y garantizar el dinero de los ahorradores.
Los pasivos del Fobaproa ascendieron a 552 mil millones de dólares, 40 por ciento del PIB de 1997, por lo que se creó el Programa de Capitalización Temporal (Procapte) para sanear el sistema financiero con el acceso rápido y en mayor volumen de capital extranjero y recuperar la solvencia de los bancos.
El año pasado el presidente Felipe Calderón presentó el Acuerdo Nacional en Favor de la Economía Familiar y el Empleo, que pretende apoyar el empleo, la economía familiar, la competitividad, la infraestructura, y acciones para tener un gasto público transparente y eficiente.
Además, anunció el congelamiento a los precios de las gasolinas todo el año, la reducción al precio del gas LP y aceleración en el Programa Nacional de Infraestructura.
Vania Arroyo, Crónica, 8 de febrero.
Explicó que aunque tenemos una economía abierta y somos afectados directamente por esta crisis originada en Estados Unidos, la macroeconomía de México cuenta con una relativa fortaleza.
De acuerdo con el estudio "Pobreza y Desempleo de la Crisis de 1994", cuando se desató una aguda crisis económica en nuestro país, lo primero que entonces se vio afectado fue el empleo de millones de mexicanos, y en situaciones de crisis es cuando se observa más la estrecha relación que existe entre empleo, salario y consumo.
"La caída que sufre el consumo es por el bajo poder adquisitivo debido al recorte de personal en las empresas o reducción de jornadas laborales y por lo tanto también una baja en la producción", expone el documento.
En la crisis de 1994 el entonces Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) reportó una tasa de desempleo, a finales de ese año, de 3.2 por ciento, con lo que se situó en 6.6 por ciento a finales de 1995, lo que significó un millón 120 mil desempleados de la Población Económicamente Activa (PEA).
A finales del año pasado, de acuerdo con cifras oficiales, la tasa de desempleo terminó en 4.32 por ciento, aunque expertos económicos consideran que 2009 puede terminar con hasta 5.70 por ciento; es decir, de 1 a 1.8 millones de personas de la PEA sin trabajo.
Raúl Feliz comentó que no es cierto que la tasa de desempleo de 1994 a la fecha haya bajado, pues existen muchos empleos informales y no se ha podido hacer una estadística exacta en ese ámbito. No obstante, previó que la tasa de desempleo al finalizar el año rebasará el cinco por ciento.
Según la Organización Internacional de Trabajo (OIT) la tasa de desocupación se situará a finales de 2009 entre 7.9 y 8.3 por ciento; la tasa de desempleo en la crisis de 1994 fue de 4.90 por ciento.
Estudios del INEGI señalaron que en el primer semestre de 1995 el consumo tuvo una caída de 18 por ciento, aunada a la caída del poder adquisitivo y los ingresos de asalariados y productores del campo y la ciudad. Este año se prevé una caída del 15 por ciento en el consumo y se calcula un porcentaje similar en el poder adquisitivo.
Reportes de prensa publicados en medio de la crisis del 94 concluyeron que la fragilidad de la economía mexicana ese año se debió al poco gasto público en la creación de empleos en un periodo de crisis en que la inversión privada era insuficiente para generarlos y era necesario el apoyo gubernamental para la recuperación y expansión de la masa de asalariados con fuentes temporales de empleo.
Señalaron también que la pobreza se acentuó a partir de esa crisis, pues nunca se atacó este problema.
De acuerdo con el experto de la CIDE, las medidas de Felipe Calderón no tienen capacidad para enfrentar una crisis, pero sí servirán para atenuar un golpe que es inevitable, a diferencia de lo que ocurrió en 1994-95, cuando las finanzas públicas se hallaban en situación frágil.
Tal como lo expresó el presidente Calderón en su gira por Davos, Suiza, "la fortaleza de las finanzas públicas en el país evitará una crisis como las que el país solía sufrir en el pasado y que llevaba a empresas a la bancarrota", dijo.
Feliz comentó que en esta ocasión México no tendrá que pedir apoyo externo para salir de la crisis producto de la situación que enfrentan también muchos países del mundo.
Consideró que la crisis de 1994 y la actual fueron ocasionadas por las mismas causas: devaluación del peso, exceso en la deuda, quiebra de compañías; sin embargo, la diferencia radica en que la coyuntura económica actual es producida desde EU y México es "victima" de la misma, por lo que la solución no depende de nuestro gobierno.
El "error de diciembre" fue causado, entre otras cosas, por la devaluación del peso, lo que llevó a una caída de su valor de un 40 por ciento frente al dólar.
En aquella época de crisis, el gobierno de Zedillo creó el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) para absorber las deudas de los bancos, capitalizar el sistema financiero y garantizar el dinero de los ahorradores.
Los pasivos del Fobaproa ascendieron a 552 mil millones de dólares, 40 por ciento del PIB de 1997, por lo que se creó el Programa de Capitalización Temporal (Procapte) para sanear el sistema financiero con el acceso rápido y en mayor volumen de capital extranjero y recuperar la solvencia de los bancos.
El año pasado el presidente Felipe Calderón presentó el Acuerdo Nacional en Favor de la Economía Familiar y el Empleo, que pretende apoyar el empleo, la economía familiar, la competitividad, la infraestructura, y acciones para tener un gasto público transparente y eficiente.
Además, anunció el congelamiento a los precios de las gasolinas todo el año, la reducción al precio del gas LP y aceleración en el Programa Nacional de Infraestructura.
Vania Arroyo, Crónica, 8 de febrero.
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