El ex diputado colombiano, Sigifredo López, secuestrado hace casi siete años, se reencontró ayer con su familia luego de que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) lo entregaran a una misión humanitaria.
López, de 45 años, llegó al aeropuerto de Cali —al suroeste de Bogotá— acompañado de una misión encabezada por la senadora Piedad Córdoba e integrantes del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
Su llegada en helicóptero fue transmitida por la televisión y el ex rehén fue retirado desde un punto no revelado en el departamento de Cauca, en el suroeste del país, donde más temprano fue entregado por las FARC.
Apenas bajó del helicóptero a las 14:05 horas locales, sus dos hijos varones, Lucas y Sergio, se le abalanzaron y se fundieron los tres en una abrazo, en medio del llanto, al que se unió la esposa, Patricia Nieto.
Con una camiseta oscura, una gorra y una pequeña cruz de madera al cuello, López levantó su mano derecha, como en señal de triunfo y no pudo contener el llanto.
Decenas de personas con camisetas blancas y con flores blancas (la mayoría amigos y miembros del movimiento Colombianos por la Paz, integrado por activistas e intelectuales) rodearon a López en una avalancha de abrazos y saludos para celebrar su libertad tras siete años de pesadilla.
López, de 45 años, llegó al aeropuerto de Cali —al suroeste de Bogotá— acompañado de una misión encabezada por la senadora Piedad Córdoba e integrantes del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
Su llegada en helicóptero fue transmitida por la televisión y el ex rehén fue retirado desde un punto no revelado en el departamento de Cauca, en el suroeste del país, donde más temprano fue entregado por las FARC.
Apenas bajó del helicóptero a las 14:05 horas locales, sus dos hijos varones, Lucas y Sergio, se le abalanzaron y se fundieron los tres en una abrazo, en medio del llanto, al que se unió la esposa, Patricia Nieto.
Con una camiseta oscura, una gorra y una pequeña cruz de madera al cuello, López levantó su mano derecha, como en señal de triunfo y no pudo contener el llanto.
Decenas de personas con camisetas blancas y con flores blancas (la mayoría amigos y miembros del movimiento Colombianos por la Paz, integrado por activistas e intelectuales) rodearon a López en una avalancha de abrazos y saludos para celebrar su libertad tras siete años de pesadilla.
Crónica, 6 de febrero.
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