TIJUANA, BC.— México es sin duda ni discusión uno de los países más peligrosos para el periodismo. Lo más grave es que la expectativa no es muy halagüeña; la tendencia indica que si el Estado sigue rebasado por la delincuencia, los crímenes contra informadores seguirán ocurriendo.
Esta fue una de las conclusiones del informe anual del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) que también evidenció la tendencia de comunicadores mexicanos a huir del país ante riesgos para su seguridad, reveló Carlos Lauría, coordinador del Programa de las Américas de esta organización.
Al presentar el reporte Ataques a la prensa 2008, advirtió que la situación es muy grave y el impacto alcanza al resto de la comunidad ante la violación a la libertad de información y expresión.
“México vive una crisis de libertad de expresión profunda, hay ataques violentos, secuestros, levantones, desapariciones, autocensura y temor muy grande entre medios y periodistas; es una situación que plantea desafíos muy grandes para periodistas y autoridades”, señaló.
El reporte señala que poderosos cárteles y violencia creciente situaron a periodistas mexicanos en vulnerabilidad ante ataques sin precedentes.
Añade que el gobierno de Felipe Calderón tiene ante sí el reto de poner la protección a la prensa entre las prioridades de la agenda nacional y crear un sistema de justicia que acabe con la impunidad de crímenes contra el gremio.
Ninguno de los 24 asesinatos cometidos contra comunicadores de 2000 a la fecha —afirma— ha sido resuelto y tampoco se sabe el paradero de siete reporteros desaparecidos desde 2005, cuyo trabajo de investigación relacionada con el crimen organizado está entre las causas de su muerte o desaparición.
Acompañado por Clearence Page, integrante de la junta directiva del CPJ, Lauría explicó que todo el país se ha vuelto zona de riesgo para los comunicadores, a diferencia de hace cuatro años cuando el problema se concentraba en estados del norte.
Esta fue una de las conclusiones del informe anual del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) que también evidenció la tendencia de comunicadores mexicanos a huir del país ante riesgos para su seguridad, reveló Carlos Lauría, coordinador del Programa de las Américas de esta organización.
Al presentar el reporte Ataques a la prensa 2008, advirtió que la situación es muy grave y el impacto alcanza al resto de la comunidad ante la violación a la libertad de información y expresión.
“México vive una crisis de libertad de expresión profunda, hay ataques violentos, secuestros, levantones, desapariciones, autocensura y temor muy grande entre medios y periodistas; es una situación que plantea desafíos muy grandes para periodistas y autoridades”, señaló.
El reporte señala que poderosos cárteles y violencia creciente situaron a periodistas mexicanos en vulnerabilidad ante ataques sin precedentes.
Añade que el gobierno de Felipe Calderón tiene ante sí el reto de poner la protección a la prensa entre las prioridades de la agenda nacional y crear un sistema de justicia que acabe con la impunidad de crímenes contra el gremio.
Ninguno de los 24 asesinatos cometidos contra comunicadores de 2000 a la fecha —afirma— ha sido resuelto y tampoco se sabe el paradero de siete reporteros desaparecidos desde 2005, cuyo trabajo de investigación relacionada con el crimen organizado está entre las causas de su muerte o desaparición.
Acompañado por Clearence Page, integrante de la junta directiva del CPJ, Lauría explicó que todo el país se ha vuelto zona de riesgo para los comunicadores, a diferencia de hace cuatro años cuando el problema se concentraba en estados del norte.
Julieta Martínez corresponsal, El Universal, 11 de febrero.
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