Especialistas en seguridad nacional advirtieron que el Gobierno de Felipe Calderón no tiene una política de Estado para el combate a la delincuencia organizada, aunque la captura de capos de la droga siga en aumento.
Luis Astorga, Raúl Benítez Manaut y Jorge Chabat señalaron que los gobiernos panistas siguen operando las estructuras de las instituciones de seguridad como el priismo; no han coordinado acciones con estados y municipios, no le han apostado a las labores de inteligencia ni han combatido a fondo el problema de la corrupción.
En el marco de la mesa redonda Narcotráfico y Seguridad Nacional. Hacia dónde va el Estado mexicano en la lucha contra el narcotráfico, organizada por Emerging Markets Political Risk Analysis, los especialistas coincidieron en que si el gobierno calderonista no modifica estos aspectos, la visión la guerra contra la delincuencia seguirá siendo ineficaz.
Luis Astorga dijo que el PAN no conformó instituciones sólidas que continuaran con el control que había ejercido el Estado autoritario priista sobre los cárteles de la droga, por lo que poco a poco la delincuencia organizada fue independizándose del poder político hasta convertirse en un factor incontrolable.
"Lo que no vemos en todo este proceso de transición democrática es un acuerdo fundamental, de base, entre las distintas fuerzas políticas que gobiernan este País para crear una política de seguridad de Estado.
"En ese sentido gobernadores, presidentes municipales, etcétera, van a hacer su propio juego con sus propias estructuras de seguridad sumamente debilitadas y las directrices del Gobierno federal simple y sencillamente no van a aterrizar en los otros niveles de gobierno", aseguró.
Raúl Benítez Manaut, investigador del Centro de Investigaciones sobre América del Norte de la UNAM, advirtió que la ausencia de modificaciones en las instituciones de seguridad desde la llegada de Fox a la Presidencia se refleja de manera preocupante en la falta de sistemas de inteligencia que generen información para combatir al narcotráfico.
"Organizativamente, políticamente no se quiso hacer nunca la reforma al sector defensa. El Ejército actúa solo, la Armada actúa sola, no hay un comando conjunto de las Fuerzas Armadas ni hay un ministerio de defensa que centralice todo, por lo tanto no hay inteligencia militar centralizada", opinó.
Jorge Chabat, académico del Centro de Investigación y Docencia Económica, apuntó que no ha sido combatido adecuadamente el origen de la violencia por los gobiernos panistas: la corrupción. Si este problema no se combate, los cambios constitucionales que plantea la estrategia de seguridad del Presidente Felipe Calderón serán inútiles.
"Lo que tenemos son las leyes que señalan que el narcotráfico es un delito, que se debe perseguir por la vía penal, pero no se pueden aplicar. El Estado mexicano no tiene la capacidad de aplicarlas. Si el Estado mexicano no es capaz de controlar la corrupción evidentemente la estrategia de fortalecer instituciones no va a funcionar. Incluso darles a los cuerpos de seguridad más equipo, más instrumentos, no tiene sentido", dijo.
Luis Astorga, Raúl Benítez Manaut y Jorge Chabat señalaron que los gobiernos panistas siguen operando las estructuras de las instituciones de seguridad como el priismo; no han coordinado acciones con estados y municipios, no le han apostado a las labores de inteligencia ni han combatido a fondo el problema de la corrupción.
En el marco de la mesa redonda Narcotráfico y Seguridad Nacional. Hacia dónde va el Estado mexicano en la lucha contra el narcotráfico, organizada por Emerging Markets Political Risk Analysis, los especialistas coincidieron en que si el gobierno calderonista no modifica estos aspectos, la visión la guerra contra la delincuencia seguirá siendo ineficaz.
Luis Astorga dijo que el PAN no conformó instituciones sólidas que continuaran con el control que había ejercido el Estado autoritario priista sobre los cárteles de la droga, por lo que poco a poco la delincuencia organizada fue independizándose del poder político hasta convertirse en un factor incontrolable.
"Lo que no vemos en todo este proceso de transición democrática es un acuerdo fundamental, de base, entre las distintas fuerzas políticas que gobiernan este País para crear una política de seguridad de Estado.
"En ese sentido gobernadores, presidentes municipales, etcétera, van a hacer su propio juego con sus propias estructuras de seguridad sumamente debilitadas y las directrices del Gobierno federal simple y sencillamente no van a aterrizar en los otros niveles de gobierno", aseguró.
Raúl Benítez Manaut, investigador del Centro de Investigaciones sobre América del Norte de la UNAM, advirtió que la ausencia de modificaciones en las instituciones de seguridad desde la llegada de Fox a la Presidencia se refleja de manera preocupante en la falta de sistemas de inteligencia que generen información para combatir al narcotráfico.
"Organizativamente, políticamente no se quiso hacer nunca la reforma al sector defensa. El Ejército actúa solo, la Armada actúa sola, no hay un comando conjunto de las Fuerzas Armadas ni hay un ministerio de defensa que centralice todo, por lo tanto no hay inteligencia militar centralizada", opinó.
Jorge Chabat, académico del Centro de Investigación y Docencia Económica, apuntó que no ha sido combatido adecuadamente el origen de la violencia por los gobiernos panistas: la corrupción. Si este problema no se combate, los cambios constitucionales que plantea la estrategia de seguridad del Presidente Felipe Calderón serán inútiles.
"Lo que tenemos son las leyes que señalan que el narcotráfico es un delito, que se debe perseguir por la vía penal, pero no se pueden aplicar. El Estado mexicano no tiene la capacidad de aplicarlas. Si el Estado mexicano no es capaz de controlar la corrupción evidentemente la estrategia de fortalecer instituciones no va a funcionar. Incluso darles a los cuerpos de seguridad más equipo, más instrumentos, no tiene sentido", dijo.
Jésica Zermeño, Reforma, 20 de marzo.
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