El retiro de los militares de las calles no es posible en estos momentos, al no existir una policía capacitada para combatir al crimen organizado en tales lugares, aunque su permanencia debe ser temporal, aseguró el viernes pasado el presidente Felipe Calderón.
Ante el ombudsman José Luis Soberanes, quien puso énfasis en los presuntos abusos del Ejército durante su último Informe como Presidente de la Comisión de Derechos Humanos, el Ejecutivo aseguró que su gobierno ha actuado a costa de los riesgos, las críticas y la incomprensión que esto conlleva.
“El compromiso de temporalidad en las acciones de las Fuerzas Armadas del país, en tanto, precisamente las instituciones civiles, las policías, los ministerios públicos, estén en la capacidad logística de confiabilidad y de operación para enfrentar por sí solas a la criminalidad”, dijo.
El Ejecutivo justificó la presencia del Ejército, al celebrar la detención del narcotraficante Sigrifredo Nájera Talamantes, alias El Canicón, “responsable directo de la tortura y ejecución de nueve militares en Nuevo León, atentados al Consulado de Estados Unidos y a las instalaciones de Televisa Monterrey”.
También resaltó que gracias a la presencia del Ejército, en Ciudad Juárez se ha reducido la violencia en 73 por ciento.
Aun así reconoció que la principal amenaza a los derechos humanos de los mexicanos es la corrupción, la impunidad y la inseguridad pública.
Aunque no negó que el problema del crimen organizado es grave, dijo que es fundamental ponerlo en su justa dimensión.
Más quejas al Ejército
En el Informe presentado por la CNDH, Soberanes informó que la Secretaría de la Defensa Nacional obtuvo en el 2008 el mayor número de quejas por presuntas violaciones a los derechos humanos.
Mientras que otras dependencias como la Procuraduría General de la República rechazaron las recomendaciones realizadas .
Ante el ombudsman José Luis Soberanes, quien puso énfasis en los presuntos abusos del Ejército durante su último Informe como Presidente de la Comisión de Derechos Humanos, el Ejecutivo aseguró que su gobierno ha actuado a costa de los riesgos, las críticas y la incomprensión que esto conlleva.
“El compromiso de temporalidad en las acciones de las Fuerzas Armadas del país, en tanto, precisamente las instituciones civiles, las policías, los ministerios públicos, estén en la capacidad logística de confiabilidad y de operación para enfrentar por sí solas a la criminalidad”, dijo.
El Ejecutivo justificó la presencia del Ejército, al celebrar la detención del narcotraficante Sigrifredo Nájera Talamantes, alias El Canicón, “responsable directo de la tortura y ejecución de nueve militares en Nuevo León, atentados al Consulado de Estados Unidos y a las instalaciones de Televisa Monterrey”.
También resaltó que gracias a la presencia del Ejército, en Ciudad Juárez se ha reducido la violencia en 73 por ciento.
Aun así reconoció que la principal amenaza a los derechos humanos de los mexicanos es la corrupción, la impunidad y la inseguridad pública.
Aunque no negó que el problema del crimen organizado es grave, dijo que es fundamental ponerlo en su justa dimensión.
Más quejas al Ejército
En el Informe presentado por la CNDH, Soberanes informó que la Secretaría de la Defensa Nacional obtuvo en el 2008 el mayor número de quejas por presuntas violaciones a los derechos humanos.
Mientras que otras dependencias como la Procuraduría General de la República rechazaron las recomendaciones realizadas .
Laura Vega, El Economista, 23 de marzo.
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