LA HABANA.- El líder cubano Fidel Castro acusó ayer de indignos y ambiciosos a dos dirigentes removidos de sus cargos el lunes, dentro de una reestructuración de Gobierno en la cual el Mandatario Raúl Castro sustituyó a 11 altos funcionarios.
En un artículo titulado "Cambios Sanos en el Consejo de Ministros", el líder retirado en 2006 respaldó los cambios en el Ejecutivo hechos por su hermano y sin citarlos por su nombre, arremetió contra dos funcionarios que, según dijo, fueron mencionados en los medios como "los más afectados".
"La miel del poder por el cual no conocieron sacrificio alguno, despertó en ellos ambiciones que los condujeron a un papel indigno. El enemigo externo se llenó de ilusiones con ellos", afirmó.
La reacción en la calle iba del desconcierto a la indignación. Los nombres en boca de la mayoría y que resaltó la prensa extranjera eran el del ex Canciller Felipe Pérez Roque y el del vicepresidente Carlos Lage, sustituido como Jefe de Gabinete.
Se trata de dos figuras políticas formadas junto a Fidel que muchos cubanos respetan por su capacidad y experiencia y a los que incluso la Oposición considera incondicionales de los hermanos Castro.
"Creo que se refiere a (Carlos) Lage y a Felipe (Pérez Roque), y me asombra porque ambos eran de una lealtad absoluta; ni con el pensamiento se atreven a contradecir las decisiones de los Castro", dijo a REFORMA el líder opositor Elisardo Sánchez.
"El argumento de que no abrieron la boca cuando se les informó de su destitución es pueril. Si lo hacen, van a prisión o al paredón de fusilamiento. Que se lo pregunten a otros Ministros defenestrados", agregó.
En su nota, el ex Gobernante reveló, además, que, pese a haber renunciado al poder, sigue siendo consultado, y así fue también con la reestructuración del Ejecutivo.
"Los nuevos Ministros que acaban de nombrarse fueron consultados conmigo, a pesar de que ninguna norma obligaba a los que los propusieron a esa conducta, ya que renuncié hace rato a las prerrogativas del poder. Actuaron sencillamente como revolucionarios auténticos que llevan en sí mismos la lealtad a los principios", señaló Castro.
Aunque el líder retirado negó que en la reciente reorganización del Gobierno cubano haya habido una sustitución de fidelistas por raulistas, lo cierto es que en el nuevo Ejecutivo, y sobre todo en los cargos más cercanos al actual Mandatario cada vez hay más militares.
En el nuevo esquema, según observadores, Raúl no sólo reafirma al Partido Comunista, sino que posiciona a una decena de militares en sectores clave de la economía interna cubana.
Al vicepresidente Carlos Lage lo sustituyó en el cargo de Secretario del Consejo de Ministros un General de brigada, José Amado Ricardo Guerra, quien en su anterior puesto, como Jefe de la Secretaría del Ministro de las Fuerzas Armadas (FAR), fue mano derecha de Raúl.
La cartera del Ministerio de la Industria Sideromecánica también pasa a manos de otro oficial de las FAR: el General de brigada Salvador Pardo Cruz, quien antes fue director general de la Unión de Industria Militar a cargo de más de 12 empresas militares.
Y otro de los defenestrados, el vicepresidente y titular de Economía José Luis Rodríguez, ha sido sustituido por Marino Murillo, un ex coronel de las FAR que desde 2006 era Ministro de Comercio Interior.
Analistas locales consideran que todos estos cambios en el Ejecutivo son los más importantes en décadas de Gobierno revolucionario y que Raúl ha consolidado el poder militar en el Consejo de Ministros.
En un artículo titulado "Cambios Sanos en el Consejo de Ministros", el líder retirado en 2006 respaldó los cambios en el Ejecutivo hechos por su hermano y sin citarlos por su nombre, arremetió contra dos funcionarios que, según dijo, fueron mencionados en los medios como "los más afectados".
"La miel del poder por el cual no conocieron sacrificio alguno, despertó en ellos ambiciones que los condujeron a un papel indigno. El enemigo externo se llenó de ilusiones con ellos", afirmó.
La reacción en la calle iba del desconcierto a la indignación. Los nombres en boca de la mayoría y que resaltó la prensa extranjera eran el del ex Canciller Felipe Pérez Roque y el del vicepresidente Carlos Lage, sustituido como Jefe de Gabinete.
Se trata de dos figuras políticas formadas junto a Fidel que muchos cubanos respetan por su capacidad y experiencia y a los que incluso la Oposición considera incondicionales de los hermanos Castro.
"Creo que se refiere a (Carlos) Lage y a Felipe (Pérez Roque), y me asombra porque ambos eran de una lealtad absoluta; ni con el pensamiento se atreven a contradecir las decisiones de los Castro", dijo a REFORMA el líder opositor Elisardo Sánchez.
"El argumento de que no abrieron la boca cuando se les informó de su destitución es pueril. Si lo hacen, van a prisión o al paredón de fusilamiento. Que se lo pregunten a otros Ministros defenestrados", agregó.
En su nota, el ex Gobernante reveló, además, que, pese a haber renunciado al poder, sigue siendo consultado, y así fue también con la reestructuración del Ejecutivo.
"Los nuevos Ministros que acaban de nombrarse fueron consultados conmigo, a pesar de que ninguna norma obligaba a los que los propusieron a esa conducta, ya que renuncié hace rato a las prerrogativas del poder. Actuaron sencillamente como revolucionarios auténticos que llevan en sí mismos la lealtad a los principios", señaló Castro.
Aunque el líder retirado negó que en la reciente reorganización del Gobierno cubano haya habido una sustitución de fidelistas por raulistas, lo cierto es que en el nuevo Ejecutivo, y sobre todo en los cargos más cercanos al actual Mandatario cada vez hay más militares.
En el nuevo esquema, según observadores, Raúl no sólo reafirma al Partido Comunista, sino que posiciona a una decena de militares en sectores clave de la economía interna cubana.
Al vicepresidente Carlos Lage lo sustituyó en el cargo de Secretario del Consejo de Ministros un General de brigada, José Amado Ricardo Guerra, quien en su anterior puesto, como Jefe de la Secretaría del Ministro de las Fuerzas Armadas (FAR), fue mano derecha de Raúl.
La cartera del Ministerio de la Industria Sideromecánica también pasa a manos de otro oficial de las FAR: el General de brigada Salvador Pardo Cruz, quien antes fue director general de la Unión de Industria Militar a cargo de más de 12 empresas militares.
Y otro de los defenestrados, el vicepresidente y titular de Economía José Luis Rodríguez, ha sido sustituido por Marino Murillo, un ex coronel de las FAR que desde 2006 era Ministro de Comercio Interior.
Analistas locales consideran que todos estos cambios en el Ejecutivo son los más importantes en décadas de Gobierno revolucionario y que Raúl ha consolidado el poder militar en el Consejo de Ministros.
Yolanda Martínez corresponsal, Reforma, 4 de marzo.
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