Perredistas olvidan su pacto de civilidad y vuelven al cochinero

Entre acusaciones mutuas de acarreos, compra de votos, entrega de despensas, operaciones tamal y carrusel, exigencias de anulación de las votaciones en ciertas delegaciones, robo de paquetes electorales, conatos de enfrentamientos, presencia de grupos de choque y armados, y al menos diez personas presentadas ante el Ministerio Público, se desarrolló ayer la elección interna del PRD en esta ciudad para elegir a sus candidatos a diputados locales, federales y jefes delegacionales.

A pocas horas del arranque del proceso y pese al acuerdo de civilidad firmado en días previos por los principales líderes de las corrientes perredistas, miembros de Nueva Izquierda (NI), de Izquierda Unida (IU) y candidatos independientes comenzaron a denunciar diversas anomalías, las cuales se multiplicaron conforme avanzaron los comicios, a grado tal que algunos precandidatos calificaron el proceso de “cochinero” y de “elección de Estado”, por lo que evalúan desconocer los resultados aun cuando resulten ganadores.

Así lo anunciaron los precandidatos independientes a la jefatura delegacional en Cuauhtémoc y a diputaciones Tomás Pliego, Armando Barreiro y Alfonso Suárez del Real, quienes presentarán videos y fotografías como prueba de cómo se utilizó la infraestructura de la demarcación para la compra de votos mediante la entrega de despensas, vales o dinero en efectivo, lo cual fue “el colmo del cinismo, pues criticamos estas prácticas, y las utilizamos para imponernos”.

Mientras, el jefe delegacional con licencia en Cuauhtémoc, José Luis Muñoz Soria, arribó a la coordinación territorial cinco del Ministerio Público, en Santa María la Ribera, con un séquito de hombres y una presunta abogada para acusar a María de los Ángeles Gómez Ramos y Susana Haro de “poner en riesgo su seguridad” al tomarle fotos fuera del domicilio donde realizaba “su conteo de votos”, y por “aventarle el auto”. Ambas mujeres, sin embargo, lo denunciaron por privación ilegal de la libertad; además, una de ellas, Gómez Ramos, es colaboradora de Tomás Pliego.

Las denuncias de compra de votos –que se cotizaron entre 100 y 500 pesos–, entrega de despensas o vales también fueron una constante en Tláhuac, Venustiano Carranza, Coyoacán, Azcapotzalco, Gustavo A. Madero e Iztapalapa. En esta última demarcación algunos funcionarios de casilla, como Claudia Ramírez, fueron golpeados por gente identificada con NI, la cual era acompañada por “grupos de choque” que portaban una insignia de un dragón amarillo, y se encargaron de amedrantar a los votantes. Mientras, en la zona denominada Frente 10 se utilizaron los “servicios” de Isidro Silva Severiano, que al portar un arma de fuego logró que votara gente ajena a ese distrito electoral.

Integrantes del Servicio Estatal Electoral y líderes de NI e IU, sin embargo, consideraron que esos hechos no eran “graves” y que estaban “dentro de la normalidad”. Incluso, subrayaron que no había elementos suficientes para considerar la anulación de la elección interna. “No es un desastre ni una situación de catastrofismo”, remarcó Jesús Zambrano, líder de NI; aunque por la tarde, cerca del cierre de casillas, comenzaron a llegar las primeras denuncias por robo de paquetería, fundamentalmente en Álvaro Obregón.

Proveedores denunciaron que funcionarios de esa delegación les exigieron 200 mil pesos para apoyar la campaña de Eduardo Santillán, precandidato a la jefatura delegacional, por lo que fueron convocados el pasado viernes por la Dirección General de Administración, a cargo de Víctor Cuadros, al restaurante El Cascabel. Ahí fueron recibidos por Héctor Ávalos y Deyanira Carrillo, quien “es la persona que siempre nos hace los cobros. Nos dijeron que se trataba de hacer una operación para reafirmar el triunfo de Santillán, quien tenía un margen muy pequeño respecto a sus adversarios, y mantener nuestros contratos”, agregaron.

Sin embargo, los órganos responsables de la jornada electoral no dijeron nada ante esta serie de denuncias que se presentaron en gran parte de las casillas instaladas, así como tampoco lo hicieron los integrantes de la comisión tripartita GDF-NI-IU, pese a la presentación de al menos 10 personas ante el Ministerio Público en las delegaciones Cuauhtémoc, Iztapalapa y Coyoacán.

Por la noche, en Iztacalco, los integrantes de Izquierda Unida celebraban el triunfo sobre NI por más de 20 puntos de ventaja. “Vencimos al dinero, la trampa, la corrupción y el acarreo de gente traída de Guanajuato, Hidalgo y el estado de México, y acabamos con todas las ofensivas de NI”, afirmó Armando Quintero.

Cerca de medianoche, militantes del PRD informaron que simpatizantes de los precandidatos a diputado federal Miguel Sosa y local Carlos Ortiz, de la corriente Izquierda Unida, tomaron el local donde se asienta el Comité Distrital ubicado en la calle de París, delegación Coyoacán, y quemaron boletas de la elección.
Raúl Llanos, Laura Gómez, Mirna Servín y Bertha Ramírez, La Jornada, 16 de marzo.

0 Responses to "Perredistas olvidan su pacto de civilidad y vuelven al cochinero"