La crisis ha provocado el empobrecimiento masivo de los trabajadores de México, Canadá y Estados Unidos, señalaron el presidente de la Unión de Sindicatos de la Energía, Comunicaciones y del Papel de Canadá, Dave Coles, y el vicepresidente internacional de los trabajadores del acero, Gary Beevers.
Durante el tercer Encuentro de Trabajadores de la Energía de América del Norte, organizado por el Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Nuclear, Coles señaló que en algunas comunidades de Canadá existe ciento por ciento de desempleo, porque las empresas que existían cerraron y todos los trabajadores quedaron cesantes.
En la región de la Columbia Británica, agregó, en la comunidad llamada Mckenzie, cerraron dos plantas de celulosa y tres aserraderos propiedad de empresas mineras. Se trata de plantas modernas que despidieron a todos los trabajadores. Ésta es la magnitud de la situación laboral, dijo el dirigente de una de las uniones sindicales más grandes de Canadá.
Señaló que ya perdió la cuenta del número de desempleados, porque más de 300 mil personas se han ido a la calle por la crisis, e indicó que los sectores más golpeados son el manufacturero, el automotriz y el de autopartes, así como las cadenas de producción que estaban alrededor de éstos.
Explicó que lo más grave es que menos de la mitad de los trabajadores canadienses están en el sistema de seguridad social; hay desplazamiento de mano de obra de una región a otra en busca de empleo, e industrias como la de autopartes han reducido salarios y prestaciones. Este entorno ha provocado que la situación política de Canadá sea inestable.
Por su parte, el líder de los trabajadores del acero, Gary Beevers, destacó que se han perdido 60 mil empleos en cada uno de los seis meses recientes, en promedio, sólo en el sector metalúrgico. Sostuvo que la tasa oficial de desempleo es de 8 por ciento, pero en realidad llega a 15 o 16 puntos. En total, afirmó, existen casi 4.5 millones de desempleados en la economía estadunidense.
Señaló que de 28 altos hornos que había en Estados Unidos cerraron 25, porque se está importando acero de China, por lo cual miles de trabajadores quedaron desempleados, y atribuyó este hecho a las erróneas políticas del gobierno de George W. Bush.
Beevers comentó que existe preocupación en los sindicatos de Estados Unidos y Canadá porque en México no se respetan los derechos laborales y, en cambio, se dan casos de violación a la autonomía sindical, como la persecución emprendida contra los líderes mineros.
Criticó que en Estados Unidos no se permita la aprobación del proyecto de libre elección, para que los trabajadores puedan elegir sindicalizarse sin ser amedrentados o despedidos.
Durante el tercer Encuentro de Trabajadores de la Energía de América del Norte, organizado por el Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Nuclear, Coles señaló que en algunas comunidades de Canadá existe ciento por ciento de desempleo, porque las empresas que existían cerraron y todos los trabajadores quedaron cesantes.
En la región de la Columbia Británica, agregó, en la comunidad llamada Mckenzie, cerraron dos plantas de celulosa y tres aserraderos propiedad de empresas mineras. Se trata de plantas modernas que despidieron a todos los trabajadores. Ésta es la magnitud de la situación laboral, dijo el dirigente de una de las uniones sindicales más grandes de Canadá.
Señaló que ya perdió la cuenta del número de desempleados, porque más de 300 mil personas se han ido a la calle por la crisis, e indicó que los sectores más golpeados son el manufacturero, el automotriz y el de autopartes, así como las cadenas de producción que estaban alrededor de éstos.
Explicó que lo más grave es que menos de la mitad de los trabajadores canadienses están en el sistema de seguridad social; hay desplazamiento de mano de obra de una región a otra en busca de empleo, e industrias como la de autopartes han reducido salarios y prestaciones. Este entorno ha provocado que la situación política de Canadá sea inestable.
Por su parte, el líder de los trabajadores del acero, Gary Beevers, destacó que se han perdido 60 mil empleos en cada uno de los seis meses recientes, en promedio, sólo en el sector metalúrgico. Sostuvo que la tasa oficial de desempleo es de 8 por ciento, pero en realidad llega a 15 o 16 puntos. En total, afirmó, existen casi 4.5 millones de desempleados en la economía estadunidense.
Señaló que de 28 altos hornos que había en Estados Unidos cerraron 25, porque se está importando acero de China, por lo cual miles de trabajadores quedaron desempleados, y atribuyó este hecho a las erróneas políticas del gobierno de George W. Bush.
Beevers comentó que existe preocupación en los sindicatos de Estados Unidos y Canadá porque en México no se respetan los derechos laborales y, en cambio, se dan casos de violación a la autonomía sindical, como la persecución emprendida contra los líderes mineros.
Criticó que en Estados Unidos no se permita la aprobación del proyecto de libre elección, para que los trabajadores puedan elegir sindicalizarse sin ser amedrentados o despedidos.
Patricia Muñoz Rìos, La Jornada, 18 de marzo.
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