Relaja Obama presión a Cuba

WASHINGTON.- La flexibilización de la política de sanciones de Estados Unidos hacia Cuba avanzará en las próximas semanas, ya sea por la acción del Presidente Barack Obama o por presión del Congreso, coincidieron partidarios y opositores.

Luego que en febrero la Cámara de Representantes insertara en el Proyecto de Presupuesto de 2009 un lenguaje que suaviza diversas limitaciones -incluida la de los viajes de cubanoestadounidenses a la Isla-, el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, admitió ayer que la propuesta tiene amplias posibilidades de avanzar.

"Yo mismo no estoy muy entusiasmado con algunas de las provisiones sobre Cuba en el proyecto, pero no son razón suficiente para echarlo todo por la borda", dijo Reid.

Sin alterar el embargo comercial impuesto por Estados Unidos hace 47 años, la flexibilización impulsaría viajes más frecuentes a Cuba y eliminaría piedras en el camino para la venta de medicinas y alimentos.

Al mismo tiempo existe un creciente consenso en el Congreso, el exilio y la academia que le piden a Obama mostrar ciertos cambios en la política hacia Cuba.

"Creo que hemos llegado al momento en que se ha construido una masa crítica para el cambio", apuntó el director ejecutivo del Cuba Study Group, Tomás Bilbao.

Este grupo, así como la Brookings Institution y otros centros, intentan aprovechar las promesas de campaña de Obama para eliminar los límites a los viaje y las remesas.

"Muchas personas han reconocido esto. El exilio cubano lo reconoce ahora y está exigiendo la eliminación de viajes y de envíos de dinero, y los mundos académico y político también lo han hecho", comentó Bilbao.

Una señal de que el debate sobre relajar la política de sanciones, establecida por Bush en 2004, está creciendo es que cada vez más grupos en el exilio deciden hacer pública su oposición a ellas.

"La política de sanción de 2004 no ha contribuido a animar un cambio democrático en la Isla porque, de alguna forma, dañó el contacto de pueblo a pueblo", dijo Ramón Saúl Sánchez, director en Miami de Movimiento Democracia.

Pero, incluso los opositores al levantamiento de las sanciones reconocen que la flexibilización en la política hacia Cuba es inevitable, aunque esperan que las decisiones del nuevo Gobierno sean limitadas.

"Cuando uno hace una concesión incondicional a un adversario, este simplemente se pone esa concesión en el bolsillo y pide su próxima demanda. Eso exactamente es lo que pienso que va a hacer el Gobierno cubano", dijo José Azel, investigador del Instituto para Estudios Cubanos y Cubanoestadounidenses de la Universidad de Miami, quien dejó la Isla a los 13 años, en 1961, mediante la Operación Pedro Pan.

Encuestas como la de la Florida International University muestran que 55 por ciento de los cubanos en Estados Unidos están a favor del levantamiento del embargo.

"El régimen castrista necesita tener un diferendo con Estados Unidos para que piensen que es David contra Goliat en lugar de lo que en realidad es: una lucha del pueblo de Cuba contra un dictador, y ahora dos dictadores", concluyó Sánchez.
José Díaz Briseño corresponsal, Reforma, 4 de marzo.

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