Los sepultureros del líder histórico de las FARC, Pedro Antonio Marín, alias Manuel Marulanda o Tirofijo, fueron fusilados por orden de su compañera sentimental para evitar que el ejército ubique el sitio donde fue enterrado en el sur de Colombia, aseguró ayer el diario bogotano El Tiempo.
Un informe del matutino indicó que Bertha, la esposa de uno de los guerrilleros encargado de sepultar a Tirofijo, confirmó que su compañero fue fusilado después de enterrar al hombre que fundó a las FARC en mayo de 1964.
Bertha recibió informes de que “la compañera de Tirofijo ordenó su muerte y la de otros tres después del entierro del hombre al que por más de 60 años, de sus 78 años de vida, nadie llamó por su verdadero nombre”, reseñó.
La mujer hacía parte de uno de los anillos de seguridad de Marulanda, pero unas semanas antes de morir él, el 26 de marzo del año pasado, fue enviada en comisión a las selvas del Coreguaje (en el departamento sureño del Caquetá) y perdió de vista a su compañero José y a su máximo comandante.
“Los últimos días fueron complicados para el camarada Manuel. Por más que hubieran hecho hasta lo imposible para salvarlo, lo del paro cardiaco era inevitable”, dijo Bertha a El Tiempo.
Pistas falsas. Los militares encargados de buscar su tumba han recibido un sinnúmero de informaciones sobre la ubicación de la tumba de Tirofijo, pero todas han resultados falsas, según oficiales que intentan recuperar su cadáver.
Incluso existe una recompensa a las personas que den la ubicación del sitio donde está enterrado el líder histórico de las FARC para comprobar las causas de su muerte, la cual según los rebeldes fue por un paro cardiaco.
Un informe del matutino indicó que Bertha, la esposa de uno de los guerrilleros encargado de sepultar a Tirofijo, confirmó que su compañero fue fusilado después de enterrar al hombre que fundó a las FARC en mayo de 1964.
Bertha recibió informes de que “la compañera de Tirofijo ordenó su muerte y la de otros tres después del entierro del hombre al que por más de 60 años, de sus 78 años de vida, nadie llamó por su verdadero nombre”, reseñó.
La mujer hacía parte de uno de los anillos de seguridad de Marulanda, pero unas semanas antes de morir él, el 26 de marzo del año pasado, fue enviada en comisión a las selvas del Coreguaje (en el departamento sureño del Caquetá) y perdió de vista a su compañero José y a su máximo comandante.
“Los últimos días fueron complicados para el camarada Manuel. Por más que hubieran hecho hasta lo imposible para salvarlo, lo del paro cardiaco era inevitable”, dijo Bertha a El Tiempo.
Pistas falsas. Los militares encargados de buscar su tumba han recibido un sinnúmero de informaciones sobre la ubicación de la tumba de Tirofijo, pero todas han resultados falsas, según oficiales que intentan recuperar su cadáver.
Incluso existe una recompensa a las personas que den la ubicación del sitio donde está enterrado el líder histórico de las FARC para comprobar las causas de su muerte, la cual según los rebeldes fue por un paro cardiaco.
EFE en Bogotá, Crónica, 23 de marzo.
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