Hace medio siglo se creó la Comisión Nacional del Libro de Texto Gratuito y, con ello, en México se dio la pauta a que, en el contexto de la educación pública, gratuita y laica, como lo instruye la Constitución, cada niño tuviera acceso a los libros de texto sin costo alguno.
Ayer, en la sesión solemne para conmemorar el 50 aniversario de la expedición del libro de texto gratuito, en el pleno de la Cámara de Diputados se planteó la urgencia de una reforma educativa tendente a combatir los graves rezagos que existen en la materia.
En sus posicionamientos, legisladores de las ocho fracciones parlamentarias de la Cámara baja puntualizaron que, para que los mexicanos sean más competitivos a nivel mundial, es necesaria esa reforma.
“Sin educación no hay democracia, sin democracia no haya desarrollo y sin desarrollo no hay libertad”, dijo en su turno la diputada federal del PRI, María del Carmen Pinete Vargas, en tanto el presidente de la Comisión de Educación, el perredista Itzcóatl Tonatiuh Bravo Padilla, sostuvo que es preocupante el rezago educativo, con un 7.7 por ciento de analfabetismo a nivel nacional, que representa a seis millones de personas mayores de 15 años, sin saber leer ni escribir, de acuerdo con cifras del año pasado.
En consecuencia, planteó la urgencia de una nueva reforma educativa que permita una educación con resultados porque, adujo, “no basta con que sea gratuita, sino que hace falta mayor apoyo a quienes viven en pobreza extrema”.
En tanto, el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, César Duarte Jáquez, manifestó que los libros de texto gratuito son títulos sólidos, de confianza, armonía y solidaridad, con los que todos los niños de preescolar, primaria y secundaria tienen la posibilidad de aprender un conjunto de conocimientos similares, independientemente de su origen y su condición social.
Ayer, en la sesión solemne para conmemorar el 50 aniversario de la expedición del libro de texto gratuito, en el pleno de la Cámara de Diputados se planteó la urgencia de una reforma educativa tendente a combatir los graves rezagos que existen en la materia.
En sus posicionamientos, legisladores de las ocho fracciones parlamentarias de la Cámara baja puntualizaron que, para que los mexicanos sean más competitivos a nivel mundial, es necesaria esa reforma.
“Sin educación no hay democracia, sin democracia no haya desarrollo y sin desarrollo no hay libertad”, dijo en su turno la diputada federal del PRI, María del Carmen Pinete Vargas, en tanto el presidente de la Comisión de Educación, el perredista Itzcóatl Tonatiuh Bravo Padilla, sostuvo que es preocupante el rezago educativo, con un 7.7 por ciento de analfabetismo a nivel nacional, que representa a seis millones de personas mayores de 15 años, sin saber leer ni escribir, de acuerdo con cifras del año pasado.
En consecuencia, planteó la urgencia de una nueva reforma educativa que permita una educación con resultados porque, adujo, “no basta con que sea gratuita, sino que hace falta mayor apoyo a quienes viven en pobreza extrema”.
En tanto, el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, César Duarte Jáquez, manifestó que los libros de texto gratuito son títulos sólidos, de confianza, armonía y solidaridad, con los que todos los niños de preescolar, primaria y secundaria tienen la posibilidad de aprender un conjunto de conocimientos similares, independientemente de su origen y su condición social.
Moisés Sánchez Limón, Crónica, 25 de marzo.
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