LA HABANA.- Cuba será la ausente pero a su vez presente en la Cumbre de las Américas, que empieza el viernes en Trinidad y Tobago, un encuentro que significa el debut hemisférico del Presidente estadounidense, Barack Obama, y del cual sigue excluida la Isla.
Analistas cubanos consultados por REFORMA califican de "absurda e inexplicable" la ausencia actual de su país en una cumbre regional, así como que la Isla continúe excluida de la Organización de Estados Americanos (OEA), cuando el motivo de aquella suspensión fue que Cuba pertenecía al eje chino-soviético, "y hoy ni China es China ni existe la Unión Soviética".
"Es cínico que Cuba sea el único país del mundo vetado a los estadounidenses. Que nadie se haga el ingenuo: ni las libertades políticas ni los derechos humanos afectan en nada las relaciones de Washington con China", opinó un politólogo local.
Aunque Cuba no es un tema central de la cumbre, la mayoría de los especialistas isleños consultados no duda de que Obama dialogará con los líderes de América Latina sobre qué puede hacer su Gobierno para normalizar las relaciones con La Habana, entre otras razones, porque muchos de los Jefes de Estado con los que se verá le van a plantear el tema del diferendo bilateral.
Desde que en 1962 Cuba fue expulsada de la OEA, todos los países miembros, menos Estados Unidos, han restablecido relaciones con la Isla. El último, El Salvador, a través de su Presidente electo, Mauricio Funes, ya anunció que lo hará.
Este nuevo escenario no es sólo diplomático, sino que se concreta en crecientes intercambios políticos, y de cooperación que mantiene hoy la Isla con los países latinoamericanos, caribeños y Canadá, dejando a Estados Unidos como único adversario.
Así pues, en su bautismo regional, Obama afrontará una realidad sin precedentes en cualquier cumbre hemisférica anterior.
"Hasta las piedras hablarán", auguró Fidel Castro en una de sus últimas columnas de opinión refiriéndose al asunto.
No obstante, de acuerdo con fuentes estadounidenses en La Habana, Obama también dejará en claro que espera señales de cambios democráticos de su contraparte cubana, y ahí puede hacerse un nudo difícil de desatar porque si bien el Presidente Raúl Castro sigue dispuesto a un diálogo diplomático con Washington, no aceptará imposición alguna que desmonte el sistema cubano.
En ese sentido, Fidel ha pedido a Obama que "utilice su talento" para poner fin progresivamente a un "castigo injusto", como lo es el bloqueo.
"Cuba ha resistido y resistirá; no extenderá jamás sus manos pidiendo limosnas" aseguró el ex Presidente.
Y, para que nadie dude de la firmeza de sus aseveraciones, ayer por la tarde, en su segundo artículo del día, Fidel advirtió que Cuba no pedirá de rodillas el ingreso en la OEA.
Respondiendo a declaraciones del Secretario General del organismo, José Miguel Insulza, quien dijo que Cuba debe expresar su compromiso con la democracia si quiere regresar a la OEA, Fidel agregó:
"El tren ha pasado hace rato, e Insulza no se ha enterado todavía. No le pediremos de rodillas a la OEA ingresar en la infamia.
"Ahora el centro de la atención se concentra en la Cumbre de las Américas. Significará un privilegio conocer lo que allí se diga; será un test de inteligencia y vergüenza", comentó el líder de la Revolución.
Como sea, "la Cumbre no desilusionará a Cuba porque es evidente que nos hacemos pocas ilusiones", dijeron funcionarios en La Habana.
Analistas cubanos consultados por REFORMA califican de "absurda e inexplicable" la ausencia actual de su país en una cumbre regional, así como que la Isla continúe excluida de la Organización de Estados Americanos (OEA), cuando el motivo de aquella suspensión fue que Cuba pertenecía al eje chino-soviético, "y hoy ni China es China ni existe la Unión Soviética".
"Es cínico que Cuba sea el único país del mundo vetado a los estadounidenses. Que nadie se haga el ingenuo: ni las libertades políticas ni los derechos humanos afectan en nada las relaciones de Washington con China", opinó un politólogo local.
Aunque Cuba no es un tema central de la cumbre, la mayoría de los especialistas isleños consultados no duda de que Obama dialogará con los líderes de América Latina sobre qué puede hacer su Gobierno para normalizar las relaciones con La Habana, entre otras razones, porque muchos de los Jefes de Estado con los que se verá le van a plantear el tema del diferendo bilateral.
Desde que en 1962 Cuba fue expulsada de la OEA, todos los países miembros, menos Estados Unidos, han restablecido relaciones con la Isla. El último, El Salvador, a través de su Presidente electo, Mauricio Funes, ya anunció que lo hará.
Este nuevo escenario no es sólo diplomático, sino que se concreta en crecientes intercambios políticos, y de cooperación que mantiene hoy la Isla con los países latinoamericanos, caribeños y Canadá, dejando a Estados Unidos como único adversario.
Así pues, en su bautismo regional, Obama afrontará una realidad sin precedentes en cualquier cumbre hemisférica anterior.
"Hasta las piedras hablarán", auguró Fidel Castro en una de sus últimas columnas de opinión refiriéndose al asunto.
No obstante, de acuerdo con fuentes estadounidenses en La Habana, Obama también dejará en claro que espera señales de cambios democráticos de su contraparte cubana, y ahí puede hacerse un nudo difícil de desatar porque si bien el Presidente Raúl Castro sigue dispuesto a un diálogo diplomático con Washington, no aceptará imposición alguna que desmonte el sistema cubano.
En ese sentido, Fidel ha pedido a Obama que "utilice su talento" para poner fin progresivamente a un "castigo injusto", como lo es el bloqueo.
"Cuba ha resistido y resistirá; no extenderá jamás sus manos pidiendo limosnas" aseguró el ex Presidente.
Y, para que nadie dude de la firmeza de sus aseveraciones, ayer por la tarde, en su segundo artículo del día, Fidel advirtió que Cuba no pedirá de rodillas el ingreso en la OEA.
Respondiendo a declaraciones del Secretario General del organismo, José Miguel Insulza, quien dijo que Cuba debe expresar su compromiso con la democracia si quiere regresar a la OEA, Fidel agregó:
"El tren ha pasado hace rato, e Insulza no se ha enterado todavía. No le pediremos de rodillas a la OEA ingresar en la infamia.
"Ahora el centro de la atención se concentra en la Cumbre de las Américas. Significará un privilegio conocer lo que allí se diga; será un test de inteligencia y vergüenza", comentó el líder de la Revolución.
Como sea, "la Cumbre no desilusionará a Cuba porque es evidente que nos hacemos pocas ilusiones", dijeron funcionarios en La Habana.
Yolanda Martínez corresponsal, Reforma, 15 de abril.
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