TIJUANA, BC.— Cada vez más migrantes que intentan cruzar sin documentos a Estados Unidos, son víctimas de secuestro y extorsión por parte de organizaciones criminales que han encontrado ventajas en el tráfico de personas.
Por ello, activistas defensores de los derechos humanos dedicaron el tradicional “Vía Crucis del Migrante”, que organizan cada Semana Santa, para mostrar la semejanza entre las experiencias de quienes buscan mejores niveles de vida en un país extraño con la Pasión de Cristo.
Durante el Vía Crucis, la Coalición Pro Defensa del Migrante denunció que “entre tanta traición”, los aspirantes a indocumentados son secuestrados y hasta torturados, con el fin de que sus familias paguen fuertes cantidades de dinero para su rescate.
Esta es “otra dura realidad” que afrontan quienes van en busca de mejores niveles de vida, explicaron.
Los propios migrantes han dejado testimonios de cómo bandas del crimen organizado los plagian hasta que sus familiares pagan su rescate o, incluso, casos en que grupos delictivos rivales prácticamente “roban” a los grupos de personas cuando van camino al vecino país.
Los casos generalmente se dan en las zonas donde se contratan los “servicios” de coyotes o guías, o en las rutas de cruce al vecino país.
Y aunque es una realidad cada vez más frecuente, casi nunca se denuncian a las autoridades, porque las víctimas van en tránsito y tienen temor de reportarlo para no sufrir represalias.
Durante el “Vía Crucis del Migrante” se evocó la “segunda estación”, cuando Jesús es traicionado por Judas, con el fin de hacer conciencia sobre la realidad que viven los indocumentados.
El acto inició con una caminata que partió del Centro Scalabrini para Migrantes, donde mujeres y hombres albergados cargaron cruces de madera para emular el sufrimiento de Jesús.
Miles de muertos
El “Vía Crucis del Migrante” concluyó en la barda limítrofe que divide a México de Estados Unidos, donde los activistas han colocado miles de cruces de madera que representan a los migrantes fallecidos en su camino.
De acuerdo con la coalición, desde 1995 a la fecha, más de 5 mil personas han muerto en su intento por ingresar sin documentos a Estados Unidos.
La estadística mortal corresponde al periodo vigente del Operativo Guardián, que inició en octubre de 1994 y consiste en la colocación de bardas, cámaras y equipo de vigilancia, y la contratación de más agentes de la Patrulla Fronteriza.
Por ello, los defensores de los derechos humanos renovaron las cruces colocadas en el muro fronterizo, en un esfuerzo por demostrar que las muertes de migrantes siguen siendo una realidad.
Por ello, activistas defensores de los derechos humanos dedicaron el tradicional “Vía Crucis del Migrante”, que organizan cada Semana Santa, para mostrar la semejanza entre las experiencias de quienes buscan mejores niveles de vida en un país extraño con la Pasión de Cristo.
Durante el Vía Crucis, la Coalición Pro Defensa del Migrante denunció que “entre tanta traición”, los aspirantes a indocumentados son secuestrados y hasta torturados, con el fin de que sus familias paguen fuertes cantidades de dinero para su rescate.
Esta es “otra dura realidad” que afrontan quienes van en busca de mejores niveles de vida, explicaron.
Los propios migrantes han dejado testimonios de cómo bandas del crimen organizado los plagian hasta que sus familiares pagan su rescate o, incluso, casos en que grupos delictivos rivales prácticamente “roban” a los grupos de personas cuando van camino al vecino país.
Los casos generalmente se dan en las zonas donde se contratan los “servicios” de coyotes o guías, o en las rutas de cruce al vecino país.
Y aunque es una realidad cada vez más frecuente, casi nunca se denuncian a las autoridades, porque las víctimas van en tránsito y tienen temor de reportarlo para no sufrir represalias.
Durante el “Vía Crucis del Migrante” se evocó la “segunda estación”, cuando Jesús es traicionado por Judas, con el fin de hacer conciencia sobre la realidad que viven los indocumentados.
El acto inició con una caminata que partió del Centro Scalabrini para Migrantes, donde mujeres y hombres albergados cargaron cruces de madera para emular el sufrimiento de Jesús.
Miles de muertos
El “Vía Crucis del Migrante” concluyó en la barda limítrofe que divide a México de Estados Unidos, donde los activistas han colocado miles de cruces de madera que representan a los migrantes fallecidos en su camino.
De acuerdo con la coalición, desde 1995 a la fecha, más de 5 mil personas han muerto en su intento por ingresar sin documentos a Estados Unidos.
La estadística mortal corresponde al periodo vigente del Operativo Guardián, que inició en octubre de 1994 y consiste en la colocación de bardas, cámaras y equipo de vigilancia, y la contratación de más agentes de la Patrulla Fronteriza.
Por ello, los defensores de los derechos humanos renovaron las cruces colocadas en el muro fronterizo, en un esfuerzo por demostrar que las muertes de migrantes siguen siendo una realidad.
Julieta Martínez corresponsal, El Universal, 11 de abril.
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