Obama abre los brazos pero compromete poco

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, afirmó que la relación con México puede ser más fuerte aún, pero en su discurso faltaron los compromisos concretos.

Luego de una reunión con su homólogo mexicano Felipe Calderón, ambos mandatarios ratificaron su voluntad de renovar los vínculos bilaterales y se comprometieron a “ponerle fin a la guerra de la droga”, como la llamó Obama.

En conferencia de prensa, expresaron su intención de encontrar salidas legales y viables al tráfico de armas, porque este delito no se elimina “por decreto”, expresó Calderón, mientras que su par dijo que acabar totalmente con este flagelo no sería realista.

Tras su llegada al aeropuerto, a las 13:25 horas, para su primera visita oficial a México, Obama se trasladó en helicóptero al Campo Marte para dirigirse, en su limusina, a la residencia oficial de Los Pinos. Ahí lo esperaba el presidente Calderón. Con una sonrisa y una leve inclinación de la cabeza agradecía, relajado, los aplausos de bienvenida.

Calderón convocó a iniciar una nueva era en las relaciones bilaterales.

Más tarde, en el tema de migración, Obama ratificó su deseo de alcanzar un acuerdo que ordene el flujo migratorio, aunque aclaró que regularizar la situación de los indocumentados, implicaría que éstos sean acreedores a una multa por violar la ley de Estados Unidos.

En materia comercial, Calderón propuso tres medidas para agilizar el intercambio de bienes en la frontera: mejorar la infraestructura con 200 proyectos de diversa envergadura, impulsar la cooperación aduanera para agilizarla con formatos únicos y, por último, avanzar hacia la homologación de estándares en normas.

Por su parte, Obama expresó su deseo de que se revisen medidas adoptadas en su país a fin de no generar represalias, como en el caso del transporte.

Acerca de la entrada ilegal de armas estadounidenses a México, Calderón propuso las siguientes soluciones: que se aplique la legislación vigente en EU para que no se exporten armas prohibidas a países como México, rastrear las armas decomisadas para conocer los puntos de donde provinieron, tener un registro de armas y prohibir la venta masiva de armas de alto poder.

Por la noche, en el Museo de Antropología, Obama dijo que México y Estados Unidos no sólo comparten sus fronteras, sino también sus valores.

Calderón, al final de su discurso, propuso un brindis por Barack Obama y las buenas relaciones entre ambos países.
Sergio Javier Jiménez, El Universal, 17 de abril.

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