Obama, en deuda con los migrantes

WASHINGTON .— En su histórico ascenso y llegada a la Casa Blanca, el presidente Barack Obama contó con un aliado de excepción: los electores hispanos que le respaldaron con 66% de sus votos.

Hoy, líderes políticos, dirigentes comunitarios, sindicales y religiosos se preguntan si cumplirá sus promesas y corresponderá a este apoyo con un impulso decisivo a una reforma migratoria justa y humanitaria.


A pesar de que la Casa Blanca ha confirmado que el presidente Obama se propone impulsar una reforma migratoria este año, reconoce que el ambiente político condicionado por una crisis económica sin precedentes desde la Gran Depresión (1929), podrían postergar cualquier acuerdo hasta 2010.


La reforma migratoria, una asignatura pendiente que prometió resolver en su primer año de gobierno para sacar de las sombras a más de 12 millones de indocumentados, será un componente inevitable durante su próxima visita a México, país de origen de millones de inmigrantes que esperan que Obama les permita abandonar su condición de “invisibles” y esclavos de la era moderna.


Según encuestas realizadas por organizaciones como Pew Hispanic Center y la Encuesta de Población Activa, los inmigrantes de origen mexicano en Estados Unidos son casi 7 millones, es decir, más de 30% de la fuerza laboral inmigrante en la Unión Americana.


Su creciente peso político en estados como California, Nuevo México, Nevada, Texas, Arizona y Florida les han convertido en codiciado objeto para demócratas y republicanos.


Según recientes proyecciones del Pew Hispanic Center, hacia el año 2050 uno de cada cinco ciudadanos en EU será inmigrante y 30% de la población total será latina. Una fuerza demográfica difícil de ignorar para políticos como el presidente Obama que, tan sólo en Nevada, recabó 74% del voto latino:


“Al presidente Obama lo elegimos 66% de los latinos y por ello tendría que preocuparse por quienes le ayudaron a llegar a la Casa Blanca y no por la derecha conservadora que jamás habría votado por él”, aseguró Nativo López, dirigente de la Asociación Política México Americana (MAPA), en alusión a la campaña que han orquestado representantes de la extrema derecha para acusar a Obama de preparar “una amnistía para los ilegales”.


Precisamente, Nativo López se encuentra entre los líderes y dirigentes de más de 60 organizaciones defensoras de los derechos de inmigrantes que han decidido lanzar una intensa campaña para solicitarle al presidente Obama no esperar hasta 2010 y aliviar con medidas concretas la situación de millones de inmigrantes que han sido víctimas de redadas. “La decisión de promover una reforma migratoria desde este mismo año es un avance y una buena noticia”, consideró López.
Jaime Hernández corresponsal, El Universal, 13 de abril.

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