El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ofreció a su similar mexicano, Felipe Calderón, trabajar para que se cumplan las leyes actuales que prohíben el traslado de armas de alto poder a través de la frontera.
Aunque aseveró que no sería fácil volver a instaurar la prohibición para que los estadunidenses adquieran armas de asalto, que se levantó desde 2004, se comprometió a trabajar con su gabinete de seguridad para que esas armas no lleguen a manos de los narcotraficantes en México.
En conferencia de prensa con su homólogo mexicano, celebrada al término de sendas reuniones privadas entre ambos jefes de Estado y reuniones con comitivas binacionales en la Residencia Oficial de Los Pinos, el mandatario norteamericano respondió en dichos términos a la petición del presidente Calderón, quien demandó:
“Hacer efectiva la ley de su país (EU) que prohíbe la venta de armas de asalto a países en donde está prohibido su uso, como es el caso de México”.
Calderón confió en que esas armas que hoy apuntan contra autoridades y ciudadanos mexicanos no sean utilizadas en un futuro en contra de autoridades y del pueblo americano.
“Esas armas hoy apuntan contra autoridades mexicanas y ciudadanos mexicanos, pero el crimen no está actuando sólo en México, el crimen también está actuando en Estados Unidos, el crimen organizado”, dijo.
Al respecto, Obama admitió que “nadie tiene ilusiones de que tratar de restaurar esta eliminación será fácil. Lo he dicho antes y lo repito, tengo enorme admiración por el valor del presidente (Calderón) y de todo su gabinete, por los policías y los militares que están atacando a estos cárteles”.
Admitió que la demanda de droga en Estados Unidos es lo que ayuda a que estos cárteles funcionen. “Esta guerra (contra el narcotráfico) se está librando con armas no compradas aquí, sino en mi país”, agregó. En tanto, Calderón dijo que ambas naciones revisarán los recursos asignados para la Iniciativa Mérida
Insistió acerca de que “en la medida en que detengamos el flujo de drogas, de dinero ilícito y de armas, va haber más progreso y más seguridad en Estados Unidos y en México”.
Desde el punto de vista de Calderón, una forma de medirlo es valorando las capacidades tecnológicas, especialmente de detección no intrusiva, para que la frontera esté abierta a la gente que quiere invertir o trabajar, y esté cerrada a la gente que quiere delinquir o al dinero ilícito o a las armas, sobre todo con este poder letal.
Aunque aseveró que no sería fácil volver a instaurar la prohibición para que los estadunidenses adquieran armas de asalto, que se levantó desde 2004, se comprometió a trabajar con su gabinete de seguridad para que esas armas no lleguen a manos de los narcotraficantes en México.
En conferencia de prensa con su homólogo mexicano, celebrada al término de sendas reuniones privadas entre ambos jefes de Estado y reuniones con comitivas binacionales en la Residencia Oficial de Los Pinos, el mandatario norteamericano respondió en dichos términos a la petición del presidente Calderón, quien demandó:
“Hacer efectiva la ley de su país (EU) que prohíbe la venta de armas de asalto a países en donde está prohibido su uso, como es el caso de México”.
Calderón confió en que esas armas que hoy apuntan contra autoridades y ciudadanos mexicanos no sean utilizadas en un futuro en contra de autoridades y del pueblo americano.
“Esas armas hoy apuntan contra autoridades mexicanas y ciudadanos mexicanos, pero el crimen no está actuando sólo en México, el crimen también está actuando en Estados Unidos, el crimen organizado”, dijo.
Al respecto, Obama admitió que “nadie tiene ilusiones de que tratar de restaurar esta eliminación será fácil. Lo he dicho antes y lo repito, tengo enorme admiración por el valor del presidente (Calderón) y de todo su gabinete, por los policías y los militares que están atacando a estos cárteles”.
Admitió que la demanda de droga en Estados Unidos es lo que ayuda a que estos cárteles funcionen. “Esta guerra (contra el narcotráfico) se está librando con armas no compradas aquí, sino en mi país”, agregó. En tanto, Calderón dijo que ambas naciones revisarán los recursos asignados para la Iniciativa Mérida
Insistió acerca de que “en la medida en que detengamos el flujo de drogas, de dinero ilícito y de armas, va haber más progreso y más seguridad en Estados Unidos y en México”.
Desde el punto de vista de Calderón, una forma de medirlo es valorando las capacidades tecnológicas, especialmente de detección no intrusiva, para que la frontera esté abierta a la gente que quiere invertir o trabajar, y esté cerrada a la gente que quiere delinquir o al dinero ilícito o a las armas, sobre todo con este poder letal.
Cecilia Téllez Cortés, Crónica, 17 de abril.
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