El presidente Felipe Calderón aseguró ayer que hubo coincidencia con su homólogo estadunidense, Barack Obama, en que ambos gobiernos “trabajarán para contribuir a hacer de la migración un proceso seguro, ordenado y respetuoso de los derechos humanos”.
En conferencia de prensa posterior a sus reuniones privadas en la residencia oficial de Los Pinos, el mandatario mexicano señaló que ambos gobiernos deben contribuir a generar un debate propositivo en materia de migración, con miras a una eventual reforma en Estados Unidos, que se concretaría con pleno respeto a las decisiones autónomas y soberanas de ambos congresos.
Horas antes, al recibir al gobernante de EU en la explanada Francisco I. Madero de la residencia presidencial, Calderón pidió construir una nueva era en la relación entre México y Estados Unidos, con una reforma migratoria que abra la puerta al encuentro entre las familias de ambos lados de la frontera.
“Iniciemos una nueva era en donde forjemos el desarrollo sustentable y la prosperidad de la gente, que nuestra frontera sea un ejemplo de productividad y seguridad; México necesita de las inversiones de Estados Unidos y Estados Unidos requiere del trabajo de los mexicanos”, dijo Calderón a Obama.
El jefe del Ejecutivo convocó a una nueva era de entendimiento para una valoración justa de la migración y manifestó su deseo de que se alcance una reforma migratoria integral, con el fin de regresarle la esperanza a las familias que viven divididas por la frontera.
“No rehuiré el desafío”
En tanto, Obama se comprometió a “despolitizar” el tema de la migración en Washington y refrendó el compromiso de su administración por “reparar” el sistema migratorio estadunidense.
En la conferencia de prensa, Obama dejó en claro que la agenda migratoria sigue al tope de su agenda. Advirtió: la Casa Blanca no rehuirá a enfrentar el desafío migratorio.
“Mi país ha sido enriquecido enormemente por la migración de México, un pueblo que establece un lazo duradero e importante entre nuestros dos países, y estoy dedicado a arreglar el sistema migratorio de modo que cumpla con nuestras expectativas… como estado de Derecho y como país de inmigración”, planteó.
Tras reiterar que en dos ocasiones votó en favor de una reforma migratoria integral, Obama expuso que el sistema migratorio estadunidense “está roto” y requiere urgentemente de modificaciones que le permitan funcionar de forma adecuada.
Subrayó que si bien EU es una nación de inmigrantes, también es una nación de leyes y que los indocumentados que cruzan la frontera han roto la legalidad estadunidense al residir en las sombras y “afectar los salarios legítimos” de los ciudadanos de ese país.
Obama retomó los planteamientos de la reforma migratoria que fue rechazada durante las administraciones de Vicente Fox y George W. Bush, y definió que aquellos inmigrantes que se han arraigado en Estados Unidos aun sin tener documentos bien podrían pagar una multa por romper la ley y pasar un proceso legal para permitirles convertirse en residentes legales.
“De modo que si quieren quedarse en Estados Unidos, con el tiempo tendrán la oportunidad de ganarse esa posibilidad. Llegamos muy cerca de una reforma de este tipo hace varios años y luego se modificó. Mi objetivo aquí es eliminar la política en este tema y adoptar un enfoque de sentido común y práctico que beneficie a los pueblos de ambos lados de la frontera”, concluyó.
En conferencia de prensa posterior a sus reuniones privadas en la residencia oficial de Los Pinos, el mandatario mexicano señaló que ambos gobiernos deben contribuir a generar un debate propositivo en materia de migración, con miras a una eventual reforma en Estados Unidos, que se concretaría con pleno respeto a las decisiones autónomas y soberanas de ambos congresos.
Horas antes, al recibir al gobernante de EU en la explanada Francisco I. Madero de la residencia presidencial, Calderón pidió construir una nueva era en la relación entre México y Estados Unidos, con una reforma migratoria que abra la puerta al encuentro entre las familias de ambos lados de la frontera.
“Iniciemos una nueva era en donde forjemos el desarrollo sustentable y la prosperidad de la gente, que nuestra frontera sea un ejemplo de productividad y seguridad; México necesita de las inversiones de Estados Unidos y Estados Unidos requiere del trabajo de los mexicanos”, dijo Calderón a Obama.
El jefe del Ejecutivo convocó a una nueva era de entendimiento para una valoración justa de la migración y manifestó su deseo de que se alcance una reforma migratoria integral, con el fin de regresarle la esperanza a las familias que viven divididas por la frontera.
“No rehuiré el desafío”
En tanto, Obama se comprometió a “despolitizar” el tema de la migración en Washington y refrendó el compromiso de su administración por “reparar” el sistema migratorio estadunidense.
En la conferencia de prensa, Obama dejó en claro que la agenda migratoria sigue al tope de su agenda. Advirtió: la Casa Blanca no rehuirá a enfrentar el desafío migratorio.
“Mi país ha sido enriquecido enormemente por la migración de México, un pueblo que establece un lazo duradero e importante entre nuestros dos países, y estoy dedicado a arreglar el sistema migratorio de modo que cumpla con nuestras expectativas… como estado de Derecho y como país de inmigración”, planteó.
Tras reiterar que en dos ocasiones votó en favor de una reforma migratoria integral, Obama expuso que el sistema migratorio estadunidense “está roto” y requiere urgentemente de modificaciones que le permitan funcionar de forma adecuada.
Subrayó que si bien EU es una nación de inmigrantes, también es una nación de leyes y que los indocumentados que cruzan la frontera han roto la legalidad estadunidense al residir en las sombras y “afectar los salarios legítimos” de los ciudadanos de ese país.
Obama retomó los planteamientos de la reforma migratoria que fue rechazada durante las administraciones de Vicente Fox y George W. Bush, y definió que aquellos inmigrantes que se han arraigado en Estados Unidos aun sin tener documentos bien podrían pagar una multa por romper la ley y pasar un proceso legal para permitirles convertirse en residentes legales.
“De modo que si quieren quedarse en Estados Unidos, con el tiempo tendrán la oportunidad de ganarse esa posibilidad. Llegamos muy cerca de una reforma de este tipo hace varios años y luego se modificó. Mi objetivo aquí es eliminar la política en este tema y adoptar un enfoque de sentido común y práctico que beneficie a los pueblos de ambos lados de la frontera”, concluyó.
Lorena López y Víctor Hugo Michel, Milenio, 17 de abril.
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