Suspender las redadas, reforma migratoria y un alto a la venta indiscriminada de armas, demandaron organizaciones civiles a las afueras de la embajada de Estados Unidos en México, que fue centro de manifestaciones por la visita del presidente estadunidense Barack Obama.
En medio de un fuerte dispositivo de seguridad, la embajada, a
través de su consejero político, Frank K. Perrirlan, atendió a los manifestantes, entre ellos niños migrantes y Elvira Arellano, quien fue deportada y separada de su hijo.
Arellano señaló que la carta se dirigió al presidente Obama en solidaridad con los más de 4 millones de niños que son ciudadanos estadunidenses y viven con el temor de que en las redadas arresten a sus padres y sean deportados.
En México, dijo, no se hace nada por los niños, “ellos llegan aquí y nadie saben donde están, si tienen seguro médico y si los nacidos aquí no tienen oportunidad, menos los nacidos en Estados Unidos”.
Al gobierno mexicano “le pedimos que asuma su responsabilidad para que existan oportunidades de trabajo en el país. Y se establezca un acuerdo migratorio, porque tal parece que sólo le interesa el combate al narcotráfico y que la gente envié dólares en las remesas, no que se mueran en el intento por cruzar el río Bravo”.
Como si estuvieran coordinados, al retirarse los familiares de migrantes llegaron los integrantes del Movimiento Blanco, quienes demandaron que el consumo de drogas en Estados Unidos debe ser disminuido.
En medio de un fuerte dispositivo de seguridad, la embajada, a
través de su consejero político, Frank K. Perrirlan, atendió a los manifestantes, entre ellos niños migrantes y Elvira Arellano, quien fue deportada y separada de su hijo.
Arellano señaló que la carta se dirigió al presidente Obama en solidaridad con los más de 4 millones de niños que son ciudadanos estadunidenses y viven con el temor de que en las redadas arresten a sus padres y sean deportados.
En México, dijo, no se hace nada por los niños, “ellos llegan aquí y nadie saben donde están, si tienen seguro médico y si los nacidos aquí no tienen oportunidad, menos los nacidos en Estados Unidos”.
Al gobierno mexicano “le pedimos que asuma su responsabilidad para que existan oportunidades de trabajo en el país. Y se establezca un acuerdo migratorio, porque tal parece que sólo le interesa el combate al narcotráfico y que la gente envié dólares en las remesas, no que se mueran en el intento por cruzar el río Bravo”.
Como si estuvieran coordinados, al retirarse los familiares de migrantes llegaron los integrantes del Movimiento Blanco, quienes demandaron que el consumo de drogas en Estados Unidos debe ser disminuido.
Eugenia Jiménez, Milenio, 17 de abril.
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