En abril pasado, 220 mil personas se sumaron a los dos millones 153 personas que han perdido su empleo los últimos meses, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
El nivel de desempleo representa la segunda tasa de desocupación más alta de los últimos nueve años, es decir, 5.25 por ciento de la población en edad de trabajar, destacó el instituto.
El INEGI expuso que en abril, el número de personas desempleadas ascendió a 2 millones 373 mil, y que esta cifra fue mayor a la reportada en el mismo periodo del año pasado cuando se ubicó en 3.61 por ciento.
Académicos esperan un repunte aún mayor en el desempleo, ya que éste podría llegar al millón de plazas perdidas el presente año.
Carlos Canfield, investigador del Tec de Monterrey, recalcó que en materia de desempleo lo peor está por venir y que las expectativas sobre la pérdida de plazas laborales al final del año podrían situarse entre 850 y un millón de plazas.
Canfield detalló que otro problema que enfrenta el mercado se da en el nivel de instrucción, pues el académico resaltó que tener un mayor grado escolar no implica mayores oportunidades de encontrar un trabajo formal.
“No se requieren personas de educación media y media superior, los trabajos que se ofertan son temporales, sin prestaciones sociales, empleos de baja calidad, poca remuneración y reorientados a actividades de poco valor agregado”, indicó.
La cifra presentada por el INEGI estuvo por encima de lo esperado por los analistas, que ubicaban la tasa en un promedio de 5 por ciento.
Como consecuencia de la crisis económica, el empleo ha sido una de las variables más dañadas, pues en los últimos 12 meses más de 745 mil personas se han quedado fuera del mercado laboral.
Los datos del instituto destacan que los hombres se quedan cada vez más sin empleo, ya que la tasa de desocupación del género masculino pasó de 3.28 a 5.48 por ciento en el último año.
Por su parte, las mujeres siguen con su tendencia al desempleo, ya que pasaron de un nivel de desocupación de 4.14 a 4.88 por ciento.
“Parece que llegó una convergencia en cuanto a las tasas de ambos géneros, y pese a que hay una diferencia de salarios en perjuicio de las mujeres, el trabajo masculino ha sido últimamente el más vulnerable”, dijo el investigador del Tec de Monterrey.
Crisis sanitaria empeora la cifra
La empresa consultora de inteligencia mediática Consulting Media indicó que la emergencia sanitaria provocará que en el futuro la tasa de desempleo se incremente de manera importante.
De acuerdo con su reporte Axis, la empresa anticipó que debido al brote de la influenza humana el sector empresarial despidió a cerca de 110 mil personas.
“Además hay que tomar en cuenta que el desempleo creciente implica una pérdida de poder adquisitivo, con el consecuente impacto negativo en el consumo al haber una tasa de desempleo el presente año de 5 por ciento”, señaló la consultoría.
Carlos Canfield explicó que tras la abrupta caída en la oferta de plazas laborales, muchas personas han encontrado un refugio en la informalidad a fin de mantener algún tipo de ingreso.
El incremento en la informalidad y sobre todo de aquella población sin seguridad social afectará en el futuro, presionará a las finanzas públicas y, sobre todo, afectará al sistema de
pensiones, dijo.
Alberto Verdusco, Milenio, 27 de mayo.
El nivel de desempleo representa la segunda tasa de desocupación más alta de los últimos nueve años, es decir, 5.25 por ciento de la población en edad de trabajar, destacó el instituto.
El INEGI expuso que en abril, el número de personas desempleadas ascendió a 2 millones 373 mil, y que esta cifra fue mayor a la reportada en el mismo periodo del año pasado cuando se ubicó en 3.61 por ciento.
Académicos esperan un repunte aún mayor en el desempleo, ya que éste podría llegar al millón de plazas perdidas el presente año.
Carlos Canfield, investigador del Tec de Monterrey, recalcó que en materia de desempleo lo peor está por venir y que las expectativas sobre la pérdida de plazas laborales al final del año podrían situarse entre 850 y un millón de plazas.
Canfield detalló que otro problema que enfrenta el mercado se da en el nivel de instrucción, pues el académico resaltó que tener un mayor grado escolar no implica mayores oportunidades de encontrar un trabajo formal.
“No se requieren personas de educación media y media superior, los trabajos que se ofertan son temporales, sin prestaciones sociales, empleos de baja calidad, poca remuneración y reorientados a actividades de poco valor agregado”, indicó.
La cifra presentada por el INEGI estuvo por encima de lo esperado por los analistas, que ubicaban la tasa en un promedio de 5 por ciento.
Como consecuencia de la crisis económica, el empleo ha sido una de las variables más dañadas, pues en los últimos 12 meses más de 745 mil personas se han quedado fuera del mercado laboral.
Los datos del instituto destacan que los hombres se quedan cada vez más sin empleo, ya que la tasa de desocupación del género masculino pasó de 3.28 a 5.48 por ciento en el último año.
Por su parte, las mujeres siguen con su tendencia al desempleo, ya que pasaron de un nivel de desocupación de 4.14 a 4.88 por ciento.
“Parece que llegó una convergencia en cuanto a las tasas de ambos géneros, y pese a que hay una diferencia de salarios en perjuicio de las mujeres, el trabajo masculino ha sido últimamente el más vulnerable”, dijo el investigador del Tec de Monterrey.
Crisis sanitaria empeora la cifra
La empresa consultora de inteligencia mediática Consulting Media indicó que la emergencia sanitaria provocará que en el futuro la tasa de desempleo se incremente de manera importante.
De acuerdo con su reporte Axis, la empresa anticipó que debido al brote de la influenza humana el sector empresarial despidió a cerca de 110 mil personas.
“Además hay que tomar en cuenta que el desempleo creciente implica una pérdida de poder adquisitivo, con el consecuente impacto negativo en el consumo al haber una tasa de desempleo el presente año de 5 por ciento”, señaló la consultoría.
Carlos Canfield explicó que tras la abrupta caída en la oferta de plazas laborales, muchas personas han encontrado un refugio en la informalidad a fin de mantener algún tipo de ingreso.
El incremento en la informalidad y sobre todo de aquella población sin seguridad social afectará en el futuro, presionará a las finanzas públicas y, sobre todo, afectará al sistema de
pensiones, dijo.
Alberto Verdusco, Milenio, 27 de mayo.
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