Los mexicanos no valoran su voto, alerta un estudio de Alianza Cívica.
Tan es así, señala, que están abiertos a recibir de los partidos una ganancia temporal a cambio de su sufragio.
Además, los ciudadanos están tan acostumbrados a las prácticas clientelares y a la compra y coacción del voto, que no las ven como delitos, indica la organización civil, con base en los resultados parciales del estudio "Clientelismo, compra y coacción del voto en zonas de riesgo".
"La información... indica que muchos de los ciudadanos no perciben a la compra y coacción del voto como delitos, sino como beneficios coyunturales, y le dan tan poco valor a su sufragio que están dispuestos a votar por un determinado partido o candidato a cambio de un beneficio inmediato, pero en ningún caso a denunciar", señala.
Estas conclusiones son resultado de 115 entrevistas realizadas a funcionarios electorales y representantes de partidos, así como miembros de medios de comunicación y de la sociedad civil.
"Todos (los entrevistados) coinciden y todos tienen la percepción de que sí ha habido un aumento en relación a la compra y coacción del voto.
"Ellos piensan que la gente no conoce los delitos electorales y por lo tanto no los denuncia. La gente dice: 'bueno es que llegan y me están ofreciendo una despensa, me están ofreciendo entrarle a una rifa o me invitan a una fiesta, y eso ¿qué tiene de delito?'", dijo ayer Beatriz Camacho, integrante de Alianza Cívica.
Lourdes Morales, presidenta de la organización, señaló que, con la última reforma electoral, los partidos han destinado más recursos a las campañas territoriales, lo que crea un escenario propicio para el clientelismo.
Advirtió que los programas sociales estatales y municipales -como Piso Fiel, en Veracruz-, son los que más se usan para coaccionar el voto, aunque mencionó a Oportunidades, de carácter federal, como otro de los más señalados.
Aunque todos los partidos se acusan de coaccionar el voto, dijo, no hay denuncias al respecto.
Tan es así, señala, que están abiertos a recibir de los partidos una ganancia temporal a cambio de su sufragio.
Además, los ciudadanos están tan acostumbrados a las prácticas clientelares y a la compra y coacción del voto, que no las ven como delitos, indica la organización civil, con base en los resultados parciales del estudio "Clientelismo, compra y coacción del voto en zonas de riesgo".
"La información... indica que muchos de los ciudadanos no perciben a la compra y coacción del voto como delitos, sino como beneficios coyunturales, y le dan tan poco valor a su sufragio que están dispuestos a votar por un determinado partido o candidato a cambio de un beneficio inmediato, pero en ningún caso a denunciar", señala.
Estas conclusiones son resultado de 115 entrevistas realizadas a funcionarios electorales y representantes de partidos, así como miembros de medios de comunicación y de la sociedad civil.
"Todos (los entrevistados) coinciden y todos tienen la percepción de que sí ha habido un aumento en relación a la compra y coacción del voto.
"Ellos piensan que la gente no conoce los delitos electorales y por lo tanto no los denuncia. La gente dice: 'bueno es que llegan y me están ofreciendo una despensa, me están ofreciendo entrarle a una rifa o me invitan a una fiesta, y eso ¿qué tiene de delito?'", dijo ayer Beatriz Camacho, integrante de Alianza Cívica.
Lourdes Morales, presidenta de la organización, señaló que, con la última reforma electoral, los partidos han destinado más recursos a las campañas territoriales, lo que crea un escenario propicio para el clientelismo.
Advirtió que los programas sociales estatales y municipales -como Piso Fiel, en Veracruz-, son los que más se usan para coaccionar el voto, aunque mencionó a Oportunidades, de carácter federal, como otro de los más señalados.
Aunque todos los partidos se acusan de coaccionar el voto, dijo, no hay denuncias al respecto.
Itzel Ramírez, Reforma, 16 de junio.
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