Entra PRD en crisis a días de la elección

A tres semanas de la elección del 5 de julio, las corrientes del PRD entraron de nuevo en crisis tras el fallo del Tribunal Electoral que destituyó a Clara Brugada como candidata a Jefa Delegacional en Iztapalapa y designó en su lugar a Silvia Oliva Fragoso.

Al cierre de esta edición, se acordó un encuentro del Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, con los dirigentes de las corrientes internas para iniciar una negociación que sacara al partido del sol azteca de la nueva crisis.

A lo largo del día, todos los grupos del bloque de Izquierda Unida exigieron al presidente nacional del PRD, Jesús Ortega, que obligara la declinación de Oliva Fragoso, de Nueva Izquierda, para reconocer a Brugada como candidata.

A tal posición se sumaron las corrientes mexiquenses de Alternativa Democrática Nacional (ADN) y Grupo Acción Política (GAP).

Todo ello con el apoyo de Marcelo Ebrard.

Por la noche, 8 de 15 integrantes de la Comisión Política Nacional acordaron firmar un resolutivo donde piden a Oliva declinar la candidatura.

El documento sería firmado y presentado antes de la media noche por Armando Quintero, Martí Batres, Juan José García Ochoa, Dolores Padierna, Alejandro Sánchez Camacho, Ricardo Ruiz, Héctor Bautista y por la secretaria general del partido, Hortensia Aragón.

Sin embargo, para la corriente de Nueva Izquierda (NI) fue inaceptable la declinación, porque legalmente significaría dejar al partido sin candidata.

Los dirigentes de NI concluyeron que Oliva debía ser registrada para cumplir con la resolución del Tribunal Electoral y que la Comisión Política Nacional no tenía facultades para designar a otra candidata luego de una declinación.

Además, señalaron que la legislación capitalina en materia electoral ya no prevé un cambio de candidato 30 días antes de la elección.

La Comisión Política Nacional del partido estaba citada a partir de las 17:00 horas en la sede nacional, pero sólo acudieron dirigentes de Izquierda Unida.

Ningún dirigente de la corriente Nueva Izquierda acudió a la reunión, pues en un sitio alterno deliberaban qué decisión tomar.

Además, advirtieron que no acudiría Ortega porque podría ser retenido en la sede del partido por los seguidores de Brugada, quienes habían sido citados cerca de las 19:00 horas.

A lo largo del día, Ortega Martínez fue presionado por integrantes de su corriente y por los dirigentes de Izquierda Unida, mientras esperaba entrar en contacto con Marcelo Ebrard para negociar, según indicaron fuentes de ese partido.

El plan de defensa de Izquierda Unida fue trazado desde temprana hora: presionar a Ortega, obligar a que declinara Silva Oliva, esposa de René Arce y líder en el DF de Izquierda Unida, para ratificar a Brugada.

De no lograr la declinación, lanzaron la amenaza de un proceso de expulsión a Oliva para hacerla inelegible como candidata, con un proceso de suspensión de derechos con el argumento de que violó los principios y la autonomía del partido.

Eso también fue repudiado por Nueva Izquierda y advirtieron que con esas amenazas tampoco transitaba un acuerdo.

Afuera de la sede nacional, Clara Brugada advirtió que Iztapalapa estaba en pie de guerra y exigió que Oliva declinara a su favor.

"Estamos pidiendo a Jesús Ortega que pueda concretar en su corriente, Nueva Izquierda, la presentación de la renuncia a la candidatura de la ciudadana Silvia Oliva, le vamos a hacer un exhorto formal de la Comisión Política", indicó Armando Quintero.

Por la noche, Miguel Barbosa, coordinador de Nueva Izquierda, declaró que estaban dispuestos a dialogar y llegar a un acuerdo, pero que era inaceptable la declinación de Oliva y que el camino legal del partido era su registro.

Martha Dalia Gastélum, quien acudió a la cita de Comisión Política Nacional, indicó era grave que el partido entrara de nuevo en una crisis institucional, a tres semanas de las elecciones.
Claudia Salazar, Reforma, 13 de junio.

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