La Comisión Política Nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), encabezada por Jesús Ortega Martínez, se pronunciaba hasta anoche por que Silvia Oliva ceda su candidatura a jefe delegacional de Iztapalapa “como una solidaria y generosa colaboración para el fortalecimiento del partido”.
Al cierre de la edición, el órgano partidista decretó un receso, tras darse a conocer una propuesta elaborada por Ortega y Juan José García Ochoa, funcionario del gobierno capitalino, confirmó este último.
Se convocó para reanudar la sesión hoy a las 11 horas, después de que –se informó– se prevé que Ortega desayune con el jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, para dar salida al conflicto.
El documento de cinco puntos que ayer quedó sobre la mesa considera que la resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación sobre esa candidatura “se constituye como elemento lesivo a la estabilidad e institucionalidad partidaria”.
Y que la resolución del tribunal “introduce en el PRD elementos perturbadores que buscan distraer y afectar los objetivos del partido. Nos distrae y puede alejarnos del cumplimiento de los objetivos principales del PRD en esta etapa electoral”.
Según asistentes a la reunión, prevalece la idea de que Oliva decline, mas no hay acuerdo sobre el contenido del documento. Dirigentes de Nueva Izquierda como Guadalupe Acosta Naranjo, Jesús Zambrano, Verónica Juárez, René Arce y Carlos Navarrete, entre otros, insisten en defender a Silvia Oliva, mientras Izquierda Unida se mantiene porque Clara Brugada se quede con la candidatura.
En el texto se reconoce que la resolución en contra del triunfo de esta última “hace que resurjan puntos de conflicto internos que ya habían sido superados”.
En la mesa también quedó pendiente la posibilidad de llegar a un acuerdo político para que se nombre a un tercer candidato o candidata, en caso de no alcanzar consenso los planteamientos ya descritos.
Los integrantes de la comisión política fueron citados a sesionar a las ocho de la noche en la sede nacional de ese partido. A esa hora arribó Silvia Oliva al edificio de Benjamín Franklin, en espera de que le dieran derecho de audiencia, tras el fallo emitido por el órgano partidista el viernes pasado para que declinara su candidatura bajo riesgo de sanción de sus derechos partidistas. No fue recibida y quedó pendiente que hoy ocurra.
El documento que quedó en la mesa reconoce que las resoluciones del tribunal electoral son inatacables, pero también que la resolución se da en determinadas circunstancias y tiempos tales, “a tres semanas de la elección y con las boletas ya impresas y la imposibilidad técnica de modificarlas (entre guiones), que hacen que la pretendida impartición de justicia se convierta más en una acción que afecta el desarrollo del proceso electoral constitucional y dificulta la participación del PRD en el mismo”.
Se cuestiona también que sentencias como éstas son inoportunas y dañinas para el mejor desenvolvimiento de las elecciones.
Al cierre de la edición, el órgano partidista decretó un receso, tras darse a conocer una propuesta elaborada por Ortega y Juan José García Ochoa, funcionario del gobierno capitalino, confirmó este último.
Se convocó para reanudar la sesión hoy a las 11 horas, después de que –se informó– se prevé que Ortega desayune con el jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, para dar salida al conflicto.
El documento de cinco puntos que ayer quedó sobre la mesa considera que la resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación sobre esa candidatura “se constituye como elemento lesivo a la estabilidad e institucionalidad partidaria”.
Y que la resolución del tribunal “introduce en el PRD elementos perturbadores que buscan distraer y afectar los objetivos del partido. Nos distrae y puede alejarnos del cumplimiento de los objetivos principales del PRD en esta etapa electoral”.
Según asistentes a la reunión, prevalece la idea de que Oliva decline, mas no hay acuerdo sobre el contenido del documento. Dirigentes de Nueva Izquierda como Guadalupe Acosta Naranjo, Jesús Zambrano, Verónica Juárez, René Arce y Carlos Navarrete, entre otros, insisten en defender a Silvia Oliva, mientras Izquierda Unida se mantiene porque Clara Brugada se quede con la candidatura.
En el texto se reconoce que la resolución en contra del triunfo de esta última “hace que resurjan puntos de conflicto internos que ya habían sido superados”.
En la mesa también quedó pendiente la posibilidad de llegar a un acuerdo político para que se nombre a un tercer candidato o candidata, en caso de no alcanzar consenso los planteamientos ya descritos.
Los integrantes de la comisión política fueron citados a sesionar a las ocho de la noche en la sede nacional de ese partido. A esa hora arribó Silvia Oliva al edificio de Benjamín Franklin, en espera de que le dieran derecho de audiencia, tras el fallo emitido por el órgano partidista el viernes pasado para que declinara su candidatura bajo riesgo de sanción de sus derechos partidistas. No fue recibida y quedó pendiente que hoy ocurra.
El documento que quedó en la mesa reconoce que las resoluciones del tribunal electoral son inatacables, pero también que la resolución se da en determinadas circunstancias y tiempos tales, “a tres semanas de la elección y con las boletas ya impresas y la imposibilidad técnica de modificarlas (entre guiones), que hacen que la pretendida impartición de justicia se convierta más en una acción que afecta el desarrollo del proceso electoral constitucional y dificulta la participación del PRD en el mismo”.
Se cuestiona también que sentencias como éstas son inoportunas y dañinas para el mejor desenvolvimiento de las elecciones.
Alma Muñoz, La Jornada, 16 de junio.
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