Buscar la reconciliación con AMLO, clave del PRD para frenar la ruptura

Morelia, Mich., 12 de julio. Del cónclave perredista realizado el sábado por la noche resaltan tres acuerdos: buscar la reconciliación del Partido de la Revolución Democrática (PRD) con Andrés Manuel López Obrador, el Partido del Trabajo (PT) y Convergencia; amnistía para 638 militantes que fueron candidatos de otros partidos en el pasado proceso electoral, y para quienes los apoyaron; asimismo, que Jesús Ortega Martínez no deja la presidencia nacional. Es decir, freno a la ruptura.

El resto de lo asumido, con base en los seis puntos leídos pasada la medianoche por la gobernadora de Zacatecas, Amalia García Medina, va encaminado a la construcción de diversos caminos para intentar la reconciliación interna.

Pasa por privilegiar el acuerdo político y la unidad, a partir del discurso de que todos son útiles para el PRD, así como la elaboración inmediata de una propuesta de política legislativa que se impulse por un sola fracción en la Cámara de Diputados y en el Senado de la República; la integración de una comisión de alto nivel para la elaboración de una propuesta de línea política, y de un equipo para la integración de otra comisión para la reforma del partido.

El primer acuerdo que la madrugada de este domingo se hizo visible fue un pacto de silencio de todos los presentes para no hablar de más sobre lo ocurrido en la encerrona de cinco horas, una vez que la gobernadora Amalia García diera lectura al documento de seis puntos.

La reunión, convocada tras avivarse la crisis interna a consecuencia de la debacle electoral del domingo 5 de julio para el perredismo, transcurrió –según versiones recabadas a lo largo del día entre asistentes a la misma– de manera armoniosa, pero crítica, propositiva y en busca de la reconciliación.

No hubo “exabruptos”, refirió uno de los asistentes, a propósito de que los integrantes de la corriente Nueva Izquierda (NI), presentes en el encuentro –además de Ortega, el coordinador de los senadores, Carlos Navarrete, y el ex presidente perredista interino, Guadalupe Acosta Naranjo–, llegaron con una actitud muy diferente a la que mantuvieron hasta hace unos días, y que se inclinaba por el castigo hacia quienes apoyaron otras causas políticas, en un mensaje indirecto para Andrés Manuel López Obrador y militantes del sol azteca afines a su movimiento.

Llegaron, se dijo, con una actitud de reconocimiento para el ex candidato presidencial, y de mantener la unidad, acorde con el discurso de todos los presentes: Amalia García; el gobernador anfitrión, Leonel Godoy; el jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard Casaubon; el coordinador de los diputados perredistas, Javier González Garza; el senador Pablo Gómez; Alejandro Encinas, Dolores Padierna, la secretaria general, Hortensia Aragón, y Manuel Camacho Solís, cuya presencia en el cónclave fue considerada por algunos como clave para la búsqueda de la reconciliación de las izquierdas desde el Partido de la Revolución Democrática.

Camacho Solís aclaró, en entrevista posterior, que acudió a título personal a proyectar un documento que hace dos años exhibió en el Frente Amplio Progresista (FAP), de lo cual fueron testigos muchos de los que acudieron a la encerrona perredista, y que también fue conocido por López Obrador.

“Entonces se vieron cuáles eran las opciones que se tenían”, señaló en referencia a cuatro escenarios plasmados en su texto, donde a decir de otro de los asistentes a la reunión del sábado resaltó el inciso D, que señala que, de haber división entre PRD-PT y Convergencia para los comicios intermedios, el resultado sería 12 por ciento de votación, como ocurrió con el perredismo. Camacho explicó: “Quisimos hacer un balance para tener un punto de referencia inicial y luego ver cómo habían cambiado las condiciones políticas del país y de la izquierda esos dos años. Fue para mal”, resaltó, y por eso se llegó a la conclusión de los seis puntos leídos por Amalia García con el visto bueno de todos los presentes.

Las decisiones están claras, expuso. “El punto central es la unidad, tener un proyecto político bien definido y una estrategia pensada no en términos de las luchas internas de la izquierda, sino en términos de cómo posesionarnos para las elecciones federales, en este caso para 2012.”

–Entonces, ¿el PRD se mantiene dentro del FAP?

–Lo dijo Amalia García. Es decir, se privilegia la unidad, se reconoce el costo que tuvo la división y que no habrá expulsiones ni nada de eso. De tal manera que lo que mucha gente pensaba que era inevitable, por lo pronto no va a ocurrir.

“Pienso que habrá un frente progresista, un polo progresista en el futuro, y que ése va a tener una gran capacidad de competencia, porque las condiciones del país lo favorecen.” En la Cámara de Diputados, admitió, “no sé qué tanto se vaya a dar la unidad, pero si hay una posición clara dentro del grupo parlamentario del PRD, eso facilitará la comunicación con los dos partidos (PT y Convergencia)”, sostuvo.

De acuerdo con la información recabada sobre lo ocurrido en el encuentro de Morelia, el análisis que presentó Hortensia Aragón sobre los militantes perredistas que fueron candidatos uninominales, plurinominales o suplentes a escala nacional sorprendió a muchos. Duplica uno de Nueva Izquierda, también con nombres y apellidos, porque abarca 638 militantes.

En primer lugar, se explicó, se ubican quienes lo fueron de la coalición Salvemos a México; después, del Partido Social Demócrata –que perdió el registro en los comicios del 5 de julio–, luego, del Partido Nueva Alianza, el Verde Ecologista, el PRI y el PAN.

A consecuencia de la reunión de este sábado en Morelia, el martes habrá una más de líderes de corrientes; el miércoles se prevé una de la Comisión Política Nacional, y hasta el momento se mantiene el Consejo Nacional para el 25 y 26, aunque hay quienes sugieren adelantarlo para este fin de semana.
Alma Muñoz, La jornada, 13 de julio.

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