Manuel Espino, ex dirigente del Partido Acción Nacional (PAN), consideró ayer que el presidente Felipe Calderón es corresponsable de la derrota electoral que sufrió su partido el domingo pasado y confió en que la renuncia de Germán Martínez a la presidencia del blanquiazul sea consecuencia de una reflexión personal y no por orden presidencial, pues ello “sería terrible”.
Al evaluar los resultados de la elección del 5 de julio expresó que constituyen una debacle electoral. Se trata de la derrota “más estrepitosa, más dolorosa que ha tenido el PAN en toda su historia”, subrayó.
Agregó que el blanquiazul no sólo perdió en términos cuantitativos, sino también cualitativos, ya que al hecho de no poder retener dos gubernaturas en las que había trabajado desde hacía bastante tiempo, ciudades importantes de diversos estados y tantos espacios en la Cámara de Diputados se suma la imposibilidad de acompañar con mayor vigor al Presidente de México desde una mayoría legislativa, que era el objetivo político y estratégico más importante del sexenio.
Junto a esta situación, refirió que el PAN también perdió el control de sus acciones y se fue a pisar terrenos que no eran los suyos. Hoy esa desviación, ese descarrilamiento de la trayectoria panista, “nos la reclaman los ciudadanos en las urnas”, puntualizó.
En entrevista con La Jornada, Manuel Espino consideró que se llegó a los magros resultados del domingo por las designaciones caprichosas y autoritarias de candidatos; por la discriminación que sufrieron algunos abanderados a los que no se dio el mínimo apoyo para ir a la contienda electoral, mientras otros tuvieron un trato de privilegio, y por los muchos agravios internos que se han cometido en los últimos meses.
Ante la renuncia de Germán Martínez, dijo que le gustaría que fuera consecuencia de una reflexión personal, con sentido profundo de responsabilidad; que sea como un acto de desagravio al partido y no por orden presidencial.
Espino resaltó que se opondrá a que el blanquiazul vuelva a tener un dirigente impuesto por Los Pinos, mediante la compra de consejeros con promesas de cargos públicos y de poder. “Yo espero que el consejo nacional no se vuelva a poner en la posición de cómplice por el interés de un espacio de gobierno”, añadió.
Insistió en que Calderón es corresponsable de la derrota electoral, pues de alguna manera se hizo parte del proceso que llevó a la debacle “desde el momento mismo en que su gobierno hizo dirigente a Germán Martínez, desde el momento en el que su gobierno se quiso dirigir la tarea legislativa, desde el momento en que su gente se involucró directamente en querer inducir el resultado electoral, para elegir a candidatos a gobernadores, diputados y alcaldes, y desde el momento en que se permitió que se usaran las delegaciones estatales para inclinar la balanza en los procesos internos del partido”. Por último rechazó que vaya a contender por la dirigencia del blanquiazul.
Al evaluar los resultados de la elección del 5 de julio expresó que constituyen una debacle electoral. Se trata de la derrota “más estrepitosa, más dolorosa que ha tenido el PAN en toda su historia”, subrayó.
Agregó que el blanquiazul no sólo perdió en términos cuantitativos, sino también cualitativos, ya que al hecho de no poder retener dos gubernaturas en las que había trabajado desde hacía bastante tiempo, ciudades importantes de diversos estados y tantos espacios en la Cámara de Diputados se suma la imposibilidad de acompañar con mayor vigor al Presidente de México desde una mayoría legislativa, que era el objetivo político y estratégico más importante del sexenio.
Junto a esta situación, refirió que el PAN también perdió el control de sus acciones y se fue a pisar terrenos que no eran los suyos. Hoy esa desviación, ese descarrilamiento de la trayectoria panista, “nos la reclaman los ciudadanos en las urnas”, puntualizó.
En entrevista con La Jornada, Manuel Espino consideró que se llegó a los magros resultados del domingo por las designaciones caprichosas y autoritarias de candidatos; por la discriminación que sufrieron algunos abanderados a los que no se dio el mínimo apoyo para ir a la contienda electoral, mientras otros tuvieron un trato de privilegio, y por los muchos agravios internos que se han cometido en los últimos meses.
Ante la renuncia de Germán Martínez, dijo que le gustaría que fuera consecuencia de una reflexión personal, con sentido profundo de responsabilidad; que sea como un acto de desagravio al partido y no por orden presidencial.
Espino resaltó que se opondrá a que el blanquiazul vuelva a tener un dirigente impuesto por Los Pinos, mediante la compra de consejeros con promesas de cargos públicos y de poder. “Yo espero que el consejo nacional no se vuelva a poner en la posición de cómplice por el interés de un espacio de gobierno”, añadió.
Insistió en que Calderón es corresponsable de la derrota electoral, pues de alguna manera se hizo parte del proceso que llevó a la debacle “desde el momento mismo en que su gobierno hizo dirigente a Germán Martínez, desde el momento en el que su gobierno se quiso dirigir la tarea legislativa, desde el momento en que su gente se involucró directamente en querer inducir el resultado electoral, para elegir a candidatos a gobernadores, diputados y alcaldes, y desde el momento en que se permitió que se usaran las delegaciones estatales para inclinar la balanza en los procesos internos del partido”. Por último rechazó que vaya a contender por la dirigencia del blanquiazul.
Georgina Saldierna, La Jornada, 7 de julio.
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