Aun cuando el PRD ganó 12 delegaciones y Rafael Acosta consiguió el triunfo en Iztapalapa, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubon, se mostró cansado, ojeroso y malhumorado.
Y es que al interior del gobierno capitalino aún pesa la derrota en la delegación Miguel Hidalgo, donde apostaron fuertemente; la derrota en Cuajimalpa, pero sobre todo el conflicto que le representa el triunfo de Juanito en Iztapalapa. Por si esto fuera poco, uno de sus colaboradores cercanos, Pablo de Antuniano, quien estuvo al frente del Instituto del Deporte, perdió en el Distrito II local en Gustavo A. Madero, contra la candidata del PAN, Rosi Orozco.
Luego de la jornada electoral del domingo, se esperaba algún pronunciamiento sobre los resultados que obtuvo su partido en la ciudad y a nivel nacional, así como su postura respecto a la amenaza de Jesús Ortega de expulsar a los militantes que apoyaron a otros partidos, sin embargo, las preguntas fueron acotadas al evento de BBVA Bancomer.
Al término del evento se le pidió unos minutos, pero se alejó en compañía de los banqueros y del secretario de Finanzas local, Mario Delgado.
Aunque se le notó un tanto distraído con su teléfono celular durante la presentación de los proyectos arquitectónicos de dos edificios para el banco, destacó que la normalidad democrática que se vive en la ciudad de México, ha permitido inversiones y que en tan sólo dos semanas se ha logrado captar mil 200 millones de dólares. (En el Centro Operativo y la Torre BBVA Bancomer, invertirá 900 millones de dólares durante los próximos tres años y los 300 millones de dólares más en los Centros de Transferencia Modal).
Esto, dijo Marcelo Ebrard, representa una clara señal de confianza y expectativa favorable en el futuro económico de la ciudad de México y del país.
Aseguró que el proceso electoral en la ciudad de México demostró la existencia de una normalidad y estabilidad democráticas favorable para todo tipo de inversiones privadas, inclusive de gran magnitud, a corto y mediano plazos, lo cual favorece, junto con los incentivos fiscales de la administración local, la reactivación económica en la capital de la República.
Guarda silencio. Mientras tanto, Clara Brugada apareció ayer en conferencia de prensa; pero en esta ocasión apareció con un perro en brazos, pues no estaban a su lado Juanito ni López Obrador.
Se mostró satisfecha por el triunfo del petista Rafael Acosta; empero no quiso emitir declaración alguna sobre su futuro político, en especial si demandaría a Marcelo Ebrard que la proponga como delegada sustituta en Iztapalapa.
Anunció que creará un Frente Ciudadano con diferentes personajes de la delegación, no precisó cuáles, quien propondrán a Marcelo Ebrard a los personajes que les parezcan más factibles a encabezar a la administración delegacional.
Dijo que la creación del frente es una de las últimas etapas para conformar el gobierno democrático por el que la gente votó en rechazo a la “imposición” que quería realizar el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y la corriente de René Bejarano.
“No puedo hablar en estos momento del tema, sé que hay muchas preguntas en al aire pero se irán respondiendo poco a poco, por el momento no”, señaló.
Sostuvo que el Presidente Nacional del PRD, Jesús Ortega, es quien tendría que renunciar al partido por los “pésimos” resultados obtenidos en la elección.
Tira la toalla. En contraparte, Silvia Oliva Fragoso aceptó ayer su derrota en las urnas y anunció que no impugnarán la elección que le da el triunfo al contendiente del Partido del Trabajo, Rafael Acosta Juanito.
“El resultado no me fue favorable pero seguimos trabajando, sin romper un vidrio, sin cerrar una calle vamos a seguir luchando, a los iztapalapenses ahora les deseo suerte”, dijo Oliva Fragoso. Aseguró que la decisión de no impugnar la elección la hace a pesar de que hubo irregularidades durante la jornada electoral de ayer.
“No por no ganar la delegación vamos a llamar al gobierno espurio o ilegítimo, nosotros (Nueva Izquierda) estamos demostrando que los demócratas son demócratas en la victoria pero principalmente en la derrota”, señaló Horacio Martínez Meza, quien estuvo presente.
Y es que al interior del gobierno capitalino aún pesa la derrota en la delegación Miguel Hidalgo, donde apostaron fuertemente; la derrota en Cuajimalpa, pero sobre todo el conflicto que le representa el triunfo de Juanito en Iztapalapa. Por si esto fuera poco, uno de sus colaboradores cercanos, Pablo de Antuniano, quien estuvo al frente del Instituto del Deporte, perdió en el Distrito II local en Gustavo A. Madero, contra la candidata del PAN, Rosi Orozco.
Luego de la jornada electoral del domingo, se esperaba algún pronunciamiento sobre los resultados que obtuvo su partido en la ciudad y a nivel nacional, así como su postura respecto a la amenaza de Jesús Ortega de expulsar a los militantes que apoyaron a otros partidos, sin embargo, las preguntas fueron acotadas al evento de BBVA Bancomer.
Al término del evento se le pidió unos minutos, pero se alejó en compañía de los banqueros y del secretario de Finanzas local, Mario Delgado.
Aunque se le notó un tanto distraído con su teléfono celular durante la presentación de los proyectos arquitectónicos de dos edificios para el banco, destacó que la normalidad democrática que se vive en la ciudad de México, ha permitido inversiones y que en tan sólo dos semanas se ha logrado captar mil 200 millones de dólares. (En el Centro Operativo y la Torre BBVA Bancomer, invertirá 900 millones de dólares durante los próximos tres años y los 300 millones de dólares más en los Centros de Transferencia Modal).
Esto, dijo Marcelo Ebrard, representa una clara señal de confianza y expectativa favorable en el futuro económico de la ciudad de México y del país.
Aseguró que el proceso electoral en la ciudad de México demostró la existencia de una normalidad y estabilidad democráticas favorable para todo tipo de inversiones privadas, inclusive de gran magnitud, a corto y mediano plazos, lo cual favorece, junto con los incentivos fiscales de la administración local, la reactivación económica en la capital de la República.
Guarda silencio. Mientras tanto, Clara Brugada apareció ayer en conferencia de prensa; pero en esta ocasión apareció con un perro en brazos, pues no estaban a su lado Juanito ni López Obrador.
Se mostró satisfecha por el triunfo del petista Rafael Acosta; empero no quiso emitir declaración alguna sobre su futuro político, en especial si demandaría a Marcelo Ebrard que la proponga como delegada sustituta en Iztapalapa.
Anunció que creará un Frente Ciudadano con diferentes personajes de la delegación, no precisó cuáles, quien propondrán a Marcelo Ebrard a los personajes que les parezcan más factibles a encabezar a la administración delegacional.
Dijo que la creación del frente es una de las últimas etapas para conformar el gobierno democrático por el que la gente votó en rechazo a la “imposición” que quería realizar el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y la corriente de René Bejarano.
“No puedo hablar en estos momento del tema, sé que hay muchas preguntas en al aire pero se irán respondiendo poco a poco, por el momento no”, señaló.
Sostuvo que el Presidente Nacional del PRD, Jesús Ortega, es quien tendría que renunciar al partido por los “pésimos” resultados obtenidos en la elección.
Tira la toalla. En contraparte, Silvia Oliva Fragoso aceptó ayer su derrota en las urnas y anunció que no impugnarán la elección que le da el triunfo al contendiente del Partido del Trabajo, Rafael Acosta Juanito.
“El resultado no me fue favorable pero seguimos trabajando, sin romper un vidrio, sin cerrar una calle vamos a seguir luchando, a los iztapalapenses ahora les deseo suerte”, dijo Oliva Fragoso. Aseguró que la decisión de no impugnar la elección la hace a pesar de que hubo irregularidades durante la jornada electoral de ayer.
“No por no ganar la delegación vamos a llamar al gobierno espurio o ilegítimo, nosotros (Nueva Izquierda) estamos demostrando que los demócratas son demócratas en la victoria pero principalmente en la derrota”, señaló Horacio Martínez Meza, quien estuvo presente.
Ana Cecilia García y Josué Huerta, Crónica, 7 de julio.
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