Germán Castañón Galaviz, presidente del PAN en Morelos, atribuyó los triunfos electorales del PRI a su versada experiencia en las “prácticas sucias” y al “dinero del narcotráfico que gastó para comprar miles de votos”; mientras Eduardo Rosales Castellanos, líder panista en Jalisco, consideró obligatorio reconocer los resultados negativos, y el gobernador de la entidad, Emilio González Márquez, negó que sus escándalos provocaran la debacle del PAN.
En Guanajuato el albiazul perdió la capital, Acámbaro, Ocampo, San Luis de la Paz y Juventino Rosas entre 11 municipios donde las candidaturas comunes PRD-PRI lograron la alternancia. Retuvo 25 de los 36 que detentaba (de 46 en total) y preservó la mayoría en el Congreso local por su triunfo en los 22 distritos electorales.
El PAN mantuvo por escaso margen su hegemonía en León.
En Morelos, donde el PRI ganó 16 de 33 alcaldías –incluida la de Cuernavaca– lo cual, según el dirigente panista Germán Castañón Galaviz, fue como si el cártel de La Familia “ganara la elección a la Sagrada Familia” del estado, como se conoce a la elite de su partido.
El gobernador de Morelos, Antonio Adame Castillo, tendrá que lidiar con un Congreso de mayoría priísta, luego de tres años de convivencia con una legislatura controlada por el PAN.
Respecto de Cuernavaca, este ayuntamiento era panista desde 1997, cuando Sergio Estrada Cajigal se convirtió en alcalde.
No obstante, en la conferencia conjunta del presidente del PAN morelense y el candidato perdedor en Cuernavaca, Sergio Álvarez Mata, al final coincidieron en que deben analizarse los resultados para reconocer por qué la ciudadanía les asestó un voto de castigo.
A su vez, el líder del PAN en Jalisco, Eduardo Rosales Castellanos, consideró “obligatorio” reconocer el resultado negativo y dijo que su partido perdió la mayoría en el Congreso local y toda la zona metropolitana, donde la capital Guadalajara quedó con el priísta Aristóteles Sandoval Díaz, quien dejó atrás a Jorge Salinas y así se puso término a 15 años de dominio panista.
Al contabilizarse 98.47 por ciento de la votación el PRI se adjudicó cinco de seis alcaldías de la zona metropolitana, con Zapopan, Tlaquepaque, Tonalá y El Salto además de Guadalajara. También Puerto Vallarta, donde Salvador González Reséndiz se alzó con tercera la victoria consecutiva de su partido.
En el Congreso del estado el PRI obtuvo 19 escaños: 12 de mayoría y 7 de representación proporcional, que le darán el dominio.
En Hidalgo –donde hay gobierno priísta– se confirmaron los triunfos perredistas en Huazalingo y Zimapán (esta última con una diferencia de 22 votos contra el PRI); así como la del PVEM en Emiliano Zapata.
La Jornada, 7 de julio.
En Guanajuato el albiazul perdió la capital, Acámbaro, Ocampo, San Luis de la Paz y Juventino Rosas entre 11 municipios donde las candidaturas comunes PRD-PRI lograron la alternancia. Retuvo 25 de los 36 que detentaba (de 46 en total) y preservó la mayoría en el Congreso local por su triunfo en los 22 distritos electorales.
El PAN mantuvo por escaso margen su hegemonía en León.
En Morelos, donde el PRI ganó 16 de 33 alcaldías –incluida la de Cuernavaca– lo cual, según el dirigente panista Germán Castañón Galaviz, fue como si el cártel de La Familia “ganara la elección a la Sagrada Familia” del estado, como se conoce a la elite de su partido.
El gobernador de Morelos, Antonio Adame Castillo, tendrá que lidiar con un Congreso de mayoría priísta, luego de tres años de convivencia con una legislatura controlada por el PAN.
Respecto de Cuernavaca, este ayuntamiento era panista desde 1997, cuando Sergio Estrada Cajigal se convirtió en alcalde.
No obstante, en la conferencia conjunta del presidente del PAN morelense y el candidato perdedor en Cuernavaca, Sergio Álvarez Mata, al final coincidieron en que deben analizarse los resultados para reconocer por qué la ciudadanía les asestó un voto de castigo.
A su vez, el líder del PAN en Jalisco, Eduardo Rosales Castellanos, consideró “obligatorio” reconocer el resultado negativo y dijo que su partido perdió la mayoría en el Congreso local y toda la zona metropolitana, donde la capital Guadalajara quedó con el priísta Aristóteles Sandoval Díaz, quien dejó atrás a Jorge Salinas y así se puso término a 15 años de dominio panista.
Al contabilizarse 98.47 por ciento de la votación el PRI se adjudicó cinco de seis alcaldías de la zona metropolitana, con Zapopan, Tlaquepaque, Tonalá y El Salto además de Guadalajara. También Puerto Vallarta, donde Salvador González Reséndiz se alzó con tercera la victoria consecutiva de su partido.
En el Congreso del estado el PRI obtuvo 19 escaños: 12 de mayoría y 7 de representación proporcional, que le darán el dominio.
En Hidalgo –donde hay gobierno priísta– se confirmaron los triunfos perredistas en Huazalingo y Zimapán (esta última con una diferencia de 22 votos contra el PRI); así como la del PVEM en Emiliano Zapata.
La Jornada, 7 de julio.
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