Las divisiones y fracturas en el interior del Partido Acción Nacional (PAN) que se detonaron por la renuncia de su líder nacional, Germán Martínez, han arreciado a pesar del llamado de unidad y de llevar un proceso de transición tranquilo y con base en los estatutos, según promovieron los ocho gobernadores y los coordinadores parlamentarios panistas.
Diversas fuentes del interior de PAN afirman que el ambiente está enrarecido, pues el relevo en la dirigencia no se prevé que sea rápido y menos tranquilo. Agregan que algunos líderes que podrían aspirar a encabezar el blanquiazul lo piensan dos veces antes de manifestarlo, pues hay dos rutas tras la dimisión de Germán Martínez, y la influencia presidencial aún pesa fuerte en el partido.
La primera es que la vacante que deja Germán Martínez en Acción Nacional sea ocupada por un interinato y concluya la gestión de éste, es decir, hasta diciembre de 2010.
Si este escenario fuera determinado en la sesión de Comité Ejecutivo Nacional (CEN) —que está convocado para el próximo lunes— muchos panistas que tengan la intención de asumir el cargo verían sus aspiraciones cortadas, ya que sólo sería un año y medio de liderazgo y con 10 elecciones a gobernador para 2010.
En este escenario habría distintos panistas que levantarían la mano como: José González Morfín, Rogelio Carbajal, Humberto Aguilar y Adrián Fernández, entre otros. Si la cúpula panista opta por esta ruta, lo más probable es que se quede dentro de los órganos de dirección el círculo más cercano con el que operó con Martínez; es decir, en puestos clave del partido se encuentran muchos panistas que son identificados con el ala calderonista.
La sombra de Los Pinos
Existe un segundo escenario que sería el más conveniente para la “refundación” que piden muchos, y es que el CEN panista convoque desde el lunes próximo a una elección abierta para los próximos tres años, y que fuera a partir de que se cumpla el periodo de transición de la dirigencia de Martínez y llegue hasta la elección presidencial de 2012.
Aquí suenan Josefina Vázquez Mota, Santiago Creel, Manuel Espino o el gobernador de Guanajuato, Juan Manuel Oliva.
Sin embargo, ante este escenario existe un último contratiempo y se trata de la ratificación o elección ante el órgano supremo, que es el Consejo Nacional integrado con más de 270 panistas, y que está mayoritariamente compuesto por panistas afines al presidente Felipe Calderón.
Esto, a pesar de que distintas corrientes o liderazgos han manifestado su intención de impedir que el nuevo dirigente sea un “enviado de Los Pinos”.
Diversas fuentes del interior de PAN afirman que el ambiente está enrarecido, pues el relevo en la dirigencia no se prevé que sea rápido y menos tranquilo. Agregan que algunos líderes que podrían aspirar a encabezar el blanquiazul lo piensan dos veces antes de manifestarlo, pues hay dos rutas tras la dimisión de Germán Martínez, y la influencia presidencial aún pesa fuerte en el partido.
La primera es que la vacante que deja Germán Martínez en Acción Nacional sea ocupada por un interinato y concluya la gestión de éste, es decir, hasta diciembre de 2010.
Si este escenario fuera determinado en la sesión de Comité Ejecutivo Nacional (CEN) —que está convocado para el próximo lunes— muchos panistas que tengan la intención de asumir el cargo verían sus aspiraciones cortadas, ya que sólo sería un año y medio de liderazgo y con 10 elecciones a gobernador para 2010.
En este escenario habría distintos panistas que levantarían la mano como: José González Morfín, Rogelio Carbajal, Humberto Aguilar y Adrián Fernández, entre otros. Si la cúpula panista opta por esta ruta, lo más probable es que se quede dentro de los órganos de dirección el círculo más cercano con el que operó con Martínez; es decir, en puestos clave del partido se encuentran muchos panistas que son identificados con el ala calderonista.
La sombra de Los Pinos
Existe un segundo escenario que sería el más conveniente para la “refundación” que piden muchos, y es que el CEN panista convoque desde el lunes próximo a una elección abierta para los próximos tres años, y que fuera a partir de que se cumpla el periodo de transición de la dirigencia de Martínez y llegue hasta la elección presidencial de 2012.
Aquí suenan Josefina Vázquez Mota, Santiago Creel, Manuel Espino o el gobernador de Guanajuato, Juan Manuel Oliva.
Sin embargo, ante este escenario existe un último contratiempo y se trata de la ratificación o elección ante el órgano supremo, que es el Consejo Nacional integrado con más de 270 panistas, y que está mayoritariamente compuesto por panistas afines al presidente Felipe Calderón.
Esto, a pesar de que distintas corrientes o liderazgos han manifestado su intención de impedir que el nuevo dirigente sea un “enviado de Los Pinos”.
Horacio Jiménez, EL Universal, 9 de julio.
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