Uno menos, se va el PSD

Jorge Carlos Díaz Pueblita, de 6 años, se tallaba los ojos para secarse las lágrimas mientras su padre, el líder del Partido Socialdemócrata, anunciaba ante militantes y medios la desaparición de su instituto político.

Su madre, Mónica, lo acariciaba con una mano mientras que con la otra grababa con su celular las palabras de su esposo, Jorge Carlos Díaz Cuervo.

"Son 13 años de mucho trabajo de mucho batallar y de fracasos, son 13 años que por razones que no acabamos de entender la socialdemocracia no alcanza a arraigarse en nuestro país, y son 13 años, insisto, de no poder hacerlo", decía el dirigente del PSD con sus ojos llorosos y una voz que se le quebró a lo largo de sus 20 minutos de discurso.

En un ambiente de tristeza, Díaz Cuervo dio su último mensaje en la sala en la que cada domingo daba conferencias ante escasos reporteros. Ayer ésta lucía llena y hasta con la presencia de medios internacionales.

"Muchas gracias desde aquí a esas 350 mil personas que creyeron en nosotros. Estamos en deuda con ustedes y queremos decirles que ese sueño que comparten con nosotros deberá seguir, deberemos de encontrar la forma de continuar ese sueño", dijo ante unos 50 militantes que lo escuchaban en silencio.

Alberto Begné, ex dirigente del partido, y quien protagonizó un escándalo que derivó en la renuncia de Patricia Mercado y un grupo de militantes, mantuvo el rostro serio mientras atendía el discurso.

Díaz Cuervo, flanqueado por el vicepresidente del partido, Luciano Pascoe, continuó y reconoció que fueron incapaces de construir un verdadero instituto político lo que ocasionó que tuvieran una votación que apenas superó el 1 por ciento.

Además pidió perdón a los ciudadanos que anularon su voto o se abstuvieron pues admitió que no supo cómo darles a conocer sus propuestas.

"Una disculpa por no haber tenido el talento, la audacia, la sencillez, la claridad para hacerles ver que esta era una opción que valía la pena y que era mejor que darle la espalda al País y darle la espalda a la democracia", indicó.

Carla Sánchez Armas, diputada local del DF, quien impulsó la ley de las sociedades de convivencia y la despenalización de abortó rompió en llanto al momento en que Díaz Cuervo concluyó con una disculpa a sus agremiados.

En este punto los socialdemócratas se abrazaron, lloraron y comenzaron a preguntarse a qué se iban a dedicar ahora.

Gloria Haizel Davenport, coordinadora de asuntos transgéneros, comentó que ya comenzó a girar sus currículos pero que podría regresar al trabajo sexual.

"En caso de emergencia no descartó la posibilidad de que tenga que recurrir al sexoservicio, estoy muy preocupada por no conseguir trabajo por mi condición de persona transexual y el hecho de no tener documentos, pero no por eso voy a dejarme de detener", dijo, quien también seguirá luchando por los derechos de su género.

Díaz Cuervo planea retomar su despacho de consultoría política e impulsar la socialdemocracia posiblemente desde la ciudadanía. Negó la posibilidad de afiliarse a algún otro partido.

Antes de salir del edificio con su esposa y tres hijos reiteró que el proceso de liquidación del PSD comenzará el próximo lunes y que se distinguirá por ser en "absoluta transparencia".

"También en eso queremos ser distintos a otros proyectos políticos que se convirtieron en un desfalco o negocio personal", dijo el dirigente del PSD.
Verónica Sánchez, Reforma, 7 de julio.

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