Unos dijeron que eran mil 500, otros que 2 mil, y hubo quien calculó en 3 mil el número de personas, dos de las cuales, mujeres, sufrieron soponcio como consecuencia de la resolana que invadía esa parte de la ciudad, donde diputados de PRD, PT y Convergencia, integrantes de la nueva legislatura, saldrían a su encuentro, minutos antes de que se apersonara Andrés Manuel López Obrador.
Empezaron a llegar, casi al mismo tiempo, a eso de las 16:00, y esperaron sobre la avenida Congreso de la Unión, y con gritos, cantos y consignas, todos enfocados contra el “gobierno espurio” y legisladores del “PRIAN”, esperaron a su líder, quien había anunciado la presentación de un plan económico alterno. Esta vez, lunes de modorra, no había crispación en el Palacio Legislativo.
Había poca actividad en San Lázaro, excepto por esta concentración convocada por el Movimiento Nacional por la Esperanza, cuyos ecos traspasaban los muros. La gente instaló letreros en la cerca metálica. Uno de éstos, gigantesco, decía: “Abajo los precios de alimentos, gasolina y luz; aumento salarial de emergencia…”. Y otro, del Campamento 2 de Octubre, exigía algo similar.
Para animar a la concurrencia, como siempre, subió a la tarima Claudia Sheimbaum, que alternaba arengas con Jesusa Rodríguez. Descalificaban el plan económico oficial. Una activista, integrante de la brigada Flor y Canto, mostraba un letrero: “Malditos aquellos que con palabras defienden millones y millones de veces al pueblo y en los hechos siempre, siempre lo traicionan…”.
Abundaban banderines, banderolas y pancartas —las oradoras pedían que las bajaran para que “vean los de atrás”, pero nunca entendieron— de IDN y varias más, éstas de fondo amarillo y letras negras, que anunciaban la presencia de “Víctor Hugo Lobo, delegado en Gustavo A. Madero”.
Los vigilantes abrieron la valla metálica, sobre la que se apilaban activistas, y partieron plaza los legisladores Porfirio Muñoz Ledo, Mario di Costanzo, Agustín Rodríguez, Gerardo Fernández Noroña —“el rebelde pacífico”, definió Jesusa—, Pedro Vázquez, Ifigenia Martínez, Jaime Cárdenas y Laura Itzel Castillo, entre otros.
Alejandro Encinas subió al estrado y recibió el mayor número de aplausos, junto con López Obrador, quien llegó a las 17:30. Y fue Di Costanzo quien presentó la propuesta del “presidente legítimo”, luego de prometer que los legisladores presentes rechazarán “totalmente el paquete económico del espurio”.
El diputado local Rodolfo Lara dijo que “los hombres libres estamos en pie de lucha, coordinados por nuestro presidente legítimo”. Pedro Jiménez aseguró que “el IVA con antifaz no pasará”.
Y cuando López Obrador inició su discurso, se hizo un silencio absoluto. Sólo sus palabras. Habló de “la profunda crisis y el malestar social”, de “la tragedia nacional”, de “los verdaderos ladrones, enfermos de codicia y poder”, de “los que no tienen escrúpulos y se creen dueños de México”.
Y encendió.
Propuso “austeridad republicana y acabar con privilegios fiscales”, para luego desmenuzar su proyecto y finalizar: “Nosotros con la movilización y los diputados, allá adentro, defendiendo al pueblo y a la nación”.
Y empezó a lloviznar.
Empezaron a llegar, casi al mismo tiempo, a eso de las 16:00, y esperaron sobre la avenida Congreso de la Unión, y con gritos, cantos y consignas, todos enfocados contra el “gobierno espurio” y legisladores del “PRIAN”, esperaron a su líder, quien había anunciado la presentación de un plan económico alterno. Esta vez, lunes de modorra, no había crispación en el Palacio Legislativo.
Había poca actividad en San Lázaro, excepto por esta concentración convocada por el Movimiento Nacional por la Esperanza, cuyos ecos traspasaban los muros. La gente instaló letreros en la cerca metálica. Uno de éstos, gigantesco, decía: “Abajo los precios de alimentos, gasolina y luz; aumento salarial de emergencia…”. Y otro, del Campamento 2 de Octubre, exigía algo similar.
Para animar a la concurrencia, como siempre, subió a la tarima Claudia Sheimbaum, que alternaba arengas con Jesusa Rodríguez. Descalificaban el plan económico oficial. Una activista, integrante de la brigada Flor y Canto, mostraba un letrero: “Malditos aquellos que con palabras defienden millones y millones de veces al pueblo y en los hechos siempre, siempre lo traicionan…”.
Abundaban banderines, banderolas y pancartas —las oradoras pedían que las bajaran para que “vean los de atrás”, pero nunca entendieron— de IDN y varias más, éstas de fondo amarillo y letras negras, que anunciaban la presencia de “Víctor Hugo Lobo, delegado en Gustavo A. Madero”.
Los vigilantes abrieron la valla metálica, sobre la que se apilaban activistas, y partieron plaza los legisladores Porfirio Muñoz Ledo, Mario di Costanzo, Agustín Rodríguez, Gerardo Fernández Noroña —“el rebelde pacífico”, definió Jesusa—, Pedro Vázquez, Ifigenia Martínez, Jaime Cárdenas y Laura Itzel Castillo, entre otros.
Alejandro Encinas subió al estrado y recibió el mayor número de aplausos, junto con López Obrador, quien llegó a las 17:30. Y fue Di Costanzo quien presentó la propuesta del “presidente legítimo”, luego de prometer que los legisladores presentes rechazarán “totalmente el paquete económico del espurio”.
El diputado local Rodolfo Lara dijo que “los hombres libres estamos en pie de lucha, coordinados por nuestro presidente legítimo”. Pedro Jiménez aseguró que “el IVA con antifaz no pasará”.
Y cuando López Obrador inició su discurso, se hizo un silencio absoluto. Sólo sus palabras. Habló de “la profunda crisis y el malestar social”, de “la tragedia nacional”, de “los verdaderos ladrones, enfermos de codicia y poder”, de “los que no tienen escrúpulos y se creen dueños de México”.
Y encendió.
Propuso “austeridad republicana y acabar con privilegios fiscales”, para luego desmenuzar su proyecto y finalizar: “Nosotros con la movilización y los diputados, allá adentro, defendiendo al pueblo y a la nación”.
Y empezó a lloviznar.
Humberto Rìos Navarrete, Milenio, 22 de septiembre.
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