Un mayor número de habitantes incorporados a la infructuosa búsqueda de algún empleo ocasionó que la tasa de desocupación en el país se elevara a 6.28 por ciento en agosto de este año, el mayor nivel de desempleo desde que empezó la medición de este fenómeno a escala nacional en abril de 2000, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El organismo indicó que siete de cada 10 desocupados en México cuentan con estudios de nivel medio superior y superior, mientras los tres restantes no completaron el nivel de educación secundaria.
Pero en total la desocupación afectó en agosto a más de 2 millones 870 mil personas mayores de 14 años, con lo cual el desempleo alcanzó en el país una dimensión sin precedente histórico en términos absolutos, una vez que un millón 265 mil mexicanos más se incorporaron a las filas de la desocupación entre diciembre de 2006 y agosto de 2009.
Según los datos del organismo, el desempleo ha tenido un crecimiento de 79 por ciento durante este gobierno, al pasar de casi un millón 601 mil personas en el cuarto trimestre de 2006 a 2 millones 870 mil 500 que perdieron su empleo si lo tenían o se incorporaron a los buscadores de ocupación en el octavo mes de 2009, orillados por las circunstancias económicas.
Al respecto, el más reciente informe estructural de ocupación en México indicó que en el segundo trimestre de este año 52.2 por ciento de la población desocupada “perdió o terminó su empleo”; 29.86 por ciento renunció a la ocupación que tenía; 4.40 por ciento cerró su negocio propio; 5.70 arguyó “otras causas” y en 7.83 por ciento de los casos se trató de personas sin experiencia laboral, es decir, de quienes se han incorporado recientemente a la demanda de empleo.
El informe de agosto destaca que el mayor número de personas en desocupación que registra la estadística oficial de México en su historia se ha dado también dentro del contexto de la mayor tasa histórica de participación: en el octavo mes de este año 59.8 por ciento de la población de 14 años y más se encontraba en la población económicamente activa. El restante 40.2 por ciento correspondió a la población no económicamente activa.
Por género, la desocupación afectó en agosto pasado a 7.20 por ciento de las mujeres que forman parte de la población económicamente activa, y a 5.70 por ciento de la PEA masculina.
Sobre los grados de escolaridad de la población excluida de los centros formales e informales de trabajo, el Inegi definió que en agosto “30 por ciento de los desocupados no completó los estudios de secundaria, en tanto que los de mayor nivel de instrucción representaron 70 por ciento”.
Otro de los fenómenos que ilustran la presión ejercida por las condiciones económicas sobre la población es el de la subocupación, concepto en el que se clasifica a las personas de 14 años y más que tienen una ocupación pero han declarado en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo “tener necesidad y disponibilidad para trabajar más horas”.
En agosto pasado, 9.2 por ciento de la población ocupada buscaba un empleo adicional para completar su ingreso, cuando en el mismo mes de 2008 esa proporción fue de 6.2 por ciento. Esto significó un incremento anual de 48.4 por ciento de los llamados coloquialmente “multichambas”.
Como ocurre con la relación de que a mayor preparación académica se presentan más dificultades para encontrar trabajo, en el subempleo se presenta una situación similar. En agosto 52.3 por ciento de la población ocupada que buscaba un trabajo adicional contaba con estudios de nivel medio superior y superior, mientras el 47.7 por ciento restante de la población empleada que andaba en lo mismo no concluyó la educación secundaria.
“Más hombres que mujeres presentaron características de subocupación en agosto de este año, correspondiendo a esta categoría el 10.1 por ciento de la población ocupada masculina frente a 7.8 por ciento de la femenina”, acotó el organismo responsable de la estadística nacional.
El organismo indicó que siete de cada 10 desocupados en México cuentan con estudios de nivel medio superior y superior, mientras los tres restantes no completaron el nivel de educación secundaria.
Pero en total la desocupación afectó en agosto a más de 2 millones 870 mil personas mayores de 14 años, con lo cual el desempleo alcanzó en el país una dimensión sin precedente histórico en términos absolutos, una vez que un millón 265 mil mexicanos más se incorporaron a las filas de la desocupación entre diciembre de 2006 y agosto de 2009.
Según los datos del organismo, el desempleo ha tenido un crecimiento de 79 por ciento durante este gobierno, al pasar de casi un millón 601 mil personas en el cuarto trimestre de 2006 a 2 millones 870 mil 500 que perdieron su empleo si lo tenían o se incorporaron a los buscadores de ocupación en el octavo mes de 2009, orillados por las circunstancias económicas.
Al respecto, el más reciente informe estructural de ocupación en México indicó que en el segundo trimestre de este año 52.2 por ciento de la población desocupada “perdió o terminó su empleo”; 29.86 por ciento renunció a la ocupación que tenía; 4.40 por ciento cerró su negocio propio; 5.70 arguyó “otras causas” y en 7.83 por ciento de los casos se trató de personas sin experiencia laboral, es decir, de quienes se han incorporado recientemente a la demanda de empleo.
El informe de agosto destaca que el mayor número de personas en desocupación que registra la estadística oficial de México en su historia se ha dado también dentro del contexto de la mayor tasa histórica de participación: en el octavo mes de este año 59.8 por ciento de la población de 14 años y más se encontraba en la población económicamente activa. El restante 40.2 por ciento correspondió a la población no económicamente activa.
Por género, la desocupación afectó en agosto pasado a 7.20 por ciento de las mujeres que forman parte de la población económicamente activa, y a 5.70 por ciento de la PEA masculina.
Sobre los grados de escolaridad de la población excluida de los centros formales e informales de trabajo, el Inegi definió que en agosto “30 por ciento de los desocupados no completó los estudios de secundaria, en tanto que los de mayor nivel de instrucción representaron 70 por ciento”.
Otro de los fenómenos que ilustran la presión ejercida por las condiciones económicas sobre la población es el de la subocupación, concepto en el que se clasifica a las personas de 14 años y más que tienen una ocupación pero han declarado en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo “tener necesidad y disponibilidad para trabajar más horas”.
En agosto pasado, 9.2 por ciento de la población ocupada buscaba un empleo adicional para completar su ingreso, cuando en el mismo mes de 2008 esa proporción fue de 6.2 por ciento. Esto significó un incremento anual de 48.4 por ciento de los llamados coloquialmente “multichambas”.
Como ocurre con la relación de que a mayor preparación académica se presentan más dificultades para encontrar trabajo, en el subempleo se presenta una situación similar. En agosto 52.3 por ciento de la población ocupada que buscaba un trabajo adicional contaba con estudios de nivel medio superior y superior, mientras el 47.7 por ciento restante de la población empleada que andaba en lo mismo no concluyó la educación secundaria.
“Más hombres que mujeres presentaron características de subocupación en agosto de este año, correspondiendo a esta categoría el 10.1 por ciento de la población ocupada masculina frente a 7.8 por ciento de la femenina”, acotó el organismo responsable de la estadística nacional.
Juan Antonio Zúñiga, La Jornada, 23 de septiembre.
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